Ocho candidatos a las primarias opositoras, fijadas para el 22 de octubre, presentaron este miércoles en un debate propuestas e ideas para afrontar el proceso, con varias coincidencias entre ellos y algunas discrepancias que nublaron por momentos la imagen de unidad que pretenden proyectar ante el objetivo común de derrotar al chavismo en las presidenciales de 2024.
Con un arranque amable, el debate transcurrió con cierta complicidad, proyectando esa unidad convertida en la insignia de la mayoría, hasta que se tocó el tema más delicado: el establecimiento de un «orden de sucesión» en caso de que el ganador de las internas sea alguno de los candidatos inhabilitados para el ejercicio de cargos públicos, entre ellos María Corina Machado y Freddy Superlano.
A continuación, cinco claves del debate entre aspirantes a las primarias:
1- Economía
Uno de los puntos en los que más coincidieron los participantes, al considerar que es necesario un cambio urgente en el modelo económico del país, es un cambio de gobierno que permita hacer reformas para garantizar el Estado de derecho y devolver la estabilidad económica, a fin de generar confianza y atraer la inversión.
Si bien el grupo, que lo completaron Carlos Prosperi, Tamara Adrián, Delsa Solórzano, Andrés Velásquez, César Pérez Vivas y Andrés Caleca, planteó diversas fórmulas centradas en la recuperación, solo Machado se atrevió a hablar abiertamente de privatización de empresas públicas, propuesta que, aunque no recibió el rechazo frontal del resto de contendientes, tampoco contó con un respaldo abierto.
2- Derechos humanos
La libertad inmediata de todos los presos políticos y el cierre de determinados lugares de reclusión, a los que denominaron centros de tortura, pusieron de acuerdo a los ocho opositores, que ven estos puntos como una prioridad, en un país donde se encuentran detenidas 286 personas por razones políticas, según ONG.
Además, pidieron justicia para los manifestantes y estudiantes fallecidos durante las protestas antigubernamentales de 2014 y 2017, pues consideran que sus victimarios, entre los que se encuentran, según la oposición, miembros de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, no pagaron por esos delitos.
3- Juntos frente a las amenazas a las primarias
Los aspirantes se comprometieron a enfrentar unidos las amenazas contra las primarias, después de que el Supremo admitiera para estudio una solicitud de suspensión del proceso, un hecho que generó gran polémica en el país y que despertó la desconfianza tanto de los participantes en el debate como de los ausentes, entre los que se encuentra el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles.
«Ya nos pusimos de acuerdo», dijo Velásquez, sin dar detalles, frente al amparo constitucional introducido ante el TSJ, requerimiento que de prosperar contará con el rechazo del antichavismo, que no prevé desistir en su proceso electoral.
4- Orden de sucesión frente a las inhabilitaciones
Los candidatos se mostraron divididos ante la idea, propuesta recientemente por Solórzano, de establecer una línea sucesoria para definir la candidatura presidencial, en caso de que gane las internas uno de los políticos inhabilitados para ejercer cargos públicos por dictamen de la Contraloría.
Machado, ya inhabilitada y líder en las encuestas para las primarias, rechazó la idea de la sucesión y ratificó que participa en esta contienda para «hacer respetar el compromiso» expresado por la mayoría en esas votaciones, pese a que no podría inscribirse ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) como aspirante a la presidencia. A pesar de esto, fue secundada por Velásquez y Superlano.
5- La tensa foto final
En un alarde de unidad, al finalizar el debate, la mayoría de participantes intentó dejar en la retina de los espectadores una imagen de bloque sólido frente al chavismo, con sus manos entrelazadas y alzadas simulando victoria, pero Machado fue la nota discordante, al soltarse de Superlano, a su derecha, y evitar, de manera forzada, subir el brazo izquierdo, como intentaba Pérez Vivas.
Mientras ella se mostró huidiza, el resto de aspirantes mantuvieron el gesto de alzar sus manos, pero Machado logró ser, una vez más, la protagonista y destacar en medio de un grupo que trata de mostrar unión frente a sus adversarios oficialistas, una unidad que, en menos de medio minuto, puso en duda la dama de hierro venezolana.