Si la crisis sanitaria que atraviesa Venezuela y que empeoró con la llegada del covid-19 continúa, la posibilidad de que los avances en la salud pública den marcha atrás, es una realidad latente.
Debido a la pandemia, la malaria, el dengue, el mal de Chagas, la leishmaniosis, el zika y la chikunguña han sido desatendidas.
Sin embargo, la Incubadora Venezolana de la Ciencia, organización sin fines de lucro dedicada a la investigación de enfermedades infecciosas y zoonóticas, en conjunto con el Instituto de Investigaciones Biomédicas, inició la campaña Trae Tu Chipo al comienzo del 2020. Una medida de prevención y control de la enfermedad de Chagas en Venezuela. Se hace énfasis en los estados Lara, Falcón, Portuguesa y Yaracuy por ser zonas endémicas.
Trae Tu Chipo consiste en un proyecto de ciencia ciudadana. Tiene como objetivo concienciar y capacitar a científicos ciudadanos de las distintas comunidades urbanas o rurales, que han reportado en sus casas la presencia de chipos.
Salud pública comprometida
«Estos insectos atentan contra la salud pública», al ser vectores de la enfermedad de Chagas, explicó a El Nacional Carlos Hernández, estudiante de segundo año de Medicina y coordinador de la división de Entomología Médica Dra. María Dora Feliciangeli de la IVC, cuya sede se encuentra en la Clínica IDB de Cabudare, en el estado Lara.
El IVC mediante su campaña invita a la comunidad a recolectar los chipos, causante de la enfermedad de Chagas, por medio de la transmisión vectorial, es decir, por contacto entre el ser humano y las heces u orina del triatomino, por lo que es importante que los ciudadanos tenga el debido cuidado al manejar y transportar el chipo para su estudio.
Hernández precisó que las personas deben evitar manipularlo con las manos descubiertas, usar guantes, o bien una bolsa plástica que funja como aislante, colocar al insecto en un envase de vidrio con tapa, a la que se puede hacer agujeros para que el chipo se mantenga vivo el mayor tiempo posible para su estudio, y reducir el riesgo de contagio entre las comunidades mas vulnerables.
El chipo no pica
El contacto directo entre el ser humano y las heces u orina de un chipo con el parásito Trypanosoma cruzi, es lo que produce la infección. El coordinador de la división de Entomología Médica del IVC, aclaró que el insecto no pica, sino que al «alimentarse de sangre mediante la micro-abrasión de la piel del paciente, defeca el contenido parasitario provocando a su vez una reacción inflamatoria local, que incita al rascado y arrastre del parasito hacia la piel previamente vulnerada ocasionando la infección».
De igual manera, el consumo de alimentos contaminados por las heces u orina del chipo también provoca brotes de transmisión. Este podría ser «más grave debido a una mayor cantidad de personas infectadas al mismo tiempo», según el especialista.
Otra forma de transmisión es de una madre infectada a su hijo durante el embarazo o durante el parto, y el trasplante de órganos infectados.
La causa de Chagas
El parásito que causa la enfermedad de Chagas se encuentra en el tracto gastrointestinal de los chipos. Por eso, es importante no aplastar a los insectos. El contacto directo y la transmisión oral involuntaria por consumir alguna fruta mal lavada son las vías de infección más comunes.
Es por esto que la Incubadora Venezolana de la Ciencia insiste en concienciar a los ciudadanos que están en las zonas más vulnerables del país. También donde el acceso a la información es escaso.
«Nos hemos propuesto la realización de actividades médico-científicas denominadas Rutas de la Salud y la Ciencia. Accedemos a comunidades remotas del país y logramos hacer jornadas médicas, visitas directamente en casas, concientización a la población y capacitación a las personas para que promuevan la prevención de la enfermedad», precisó Hernández.
Latinoamérica
La Organización Mundial de la Salud calcula que en el mundo hay entre 6 y 7 millones de personas infectadas por Trypanosoma cruzi, el parásito causante de la enfermedad de Chagas.
Esta enfermedad se encuentra sobre todo en zonas endémicas de 21 países de Latinoamérica, donde se transmite a los seres humanos principalmente, vale recordar, por las heces o la orina de los chipos.
Venezuela
En Venezuela se han descrito hasta el momento 23 especies de triatominos (chipos) en todo el país. Entre las especies más comunes está el Rhodnius prolixus, este tiene como preferencia colonizar viviendas. «Se ubica dentro de ellas, siendo el principal vector implicado en la transmisión domiciliaria del parasito», explicó Hernández.
Asimismo, en el país está presente el Triatoma maculata, que puede ubicarse principalmente en gallineros, y zonas aledañas al domicilio. Y finalmente, el Panstrongylus geniculatus, especie de chipo reconocida como selvática, «que se consigue deambulando en viviendas de localizaciones urbanas y suburbanas sin colonizarlas. Tiene una aparente tendencia a la adaptación. Este último se encuentra incriminado como el vector principal en la transmisión de la enfermedad de Chagas en Caracas», precisó.
Los tratamientos
La enfermedad de Chagas es catalogada como silenciosa. Eso debido a que desde que la persona se infecta hasta que empieza a mostrar la sintomatología de la fase crónica pueden pasar de 15 a 20 años. Por lo tanto, el diagnóstico en la fase aguda es fundamental.
«Si existe una persona que sospecha estar infectada por el Trypanosoma cruzi, parásito que causa la enfermedad de Chagas, bien sea porque estuvo en contacto con un chipo o con sus heces consumiendo alimentos mal lavados lo recomendable es asistir a un centro de salud o a un laboratorio para realizarse un test serológico (mediante la sangre) para su descarte», explicó el especialista.
Dos medicamentos se encuentran actualmente aprobados para su uso en la fase aguda, estos son el Nifurtimox y el Benznidazol.
Hernández aclaró que actualmente solo el Nifurtimox es dispensado por las autoridades sanitarias venezolanas.
No existe un tratamiento efectivo para la fase crónica de la infección. Sin embargo, Venezuela «es pionera en el campo de la investigación de la quimioterapia antiparasitaria en estadios crónicos de la enfermedad», aseguró.
«Actualmente se encuentra en fase de preparación un estudio fase 2 para el uso de la combinación terapéutica del anti-arrítmico Amiodarona y el inhibidor de síntesis de esterol Itraconazol para el tratamiento de estadios crónicos de la enfermedad», indicó.
Enfermedad silenciosa
Cerca de 50% de las personas afectadas por un chipo pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, inflamación de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o toráxico.
Sin embargo, durante la fase crónica (entre la primera fase y ésta pueden pasar de 15 a 20 años) los parásitos permanecen ocultos en ciertos tejidos del cuerpo humano: el tejido cardíaco, tejido nervioso, glóbulos blancos y tejido adiposo.
«Lo que también se conoce como sitios santuarios en donde la infección se instala de manera silente. Hasta 30% de los pacientes sufren trastornos cardíacos y 10% presentan alteraciones digestivas (agrandamiento del esófago o del colon), neurológicas o mixtas», indicó el coordinador de la división de Entomología Médica del IVC.
Con el paso de los años, aseveró Hernández, la infección puede causar muerte súbita. Eso se debe a arritmias cardíacas o insuficiencia cardíaca progresiva, como consecuencia de la destrucción del músculo cardíaco.
Recomendaciones
El especialista del IVC recomendó hacer revisiones constantes de la viviendas y zonas aledañas especialmente si la zona es boscosa, o se encuentra en una región rural.
Actualmente, el equipo de la campaña Trae Tu Chipo notó la presencia del insecto, que usualmente se encontraba en ambientes selváticos, en las zonas urbanas, ciudades y poblados.
De modo que, es importante estar atento a los lugares donde se suelen ubicar los chipos: debajo de los colchones, cuadros, electrodomésticos, los techos, donde duermen los animales domésticos, o bien, afuera del hogar, en las palmas, gallineros, y vegetación.
El control vectorial es la mejor manera de prevenir la enfermedad, y esto se logra mediante la concienciación de las comunidades.