Por DANIEL LOZANO
«Esto no acabó, nos van a seguir atacando». Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional, ya lo advirtió a El Mundo pocas horas después de conocerse que una jueza chavista había entregado la sede del emblemático diario El Nacional a Diosdado Cabello, número dos de la revolución.
El también vicepresidente del partido aprovechó su púlpito televisivo de Con el mazo dando para responder esta semana a las palabras de Otero. «Con el valor de El Nacional no me pagaste. Ahora me provoca ir a por la página (web) porque me debes», amenazó Cabello, quien aseguró no sentirse satisfecho con la «indemnización moral» de 13 millones de dólares dictada por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ), martillo bolivariano en contra de la oposición democrática.
«Me estás provocando que vaya un paso más adelante», se jactó el jefe revolucionario. Dicho y hecho, solo posible en revolución con las órdenes de sus jerarcas: la web de El Nacional, la más leída en Venezuela con 21 millones de visitas únicas al mes y la más influyente, sufre desde entonces el bombardeo digital del chavismo.
«Ya tenemos bloqueo parcial. Esto es un bloqueo intermitente, ya nos han tumbado la mitad del tráfico», confirmó ayer a El Mundo Jorge Makriniotis, gerente general del diario El Nacional. Incluso con el cambio del DNS (sistema de nombres de dominio) también se imposibilita el acceso, lo que fuerza a sus usuarios a emplear una VPN (red privada virtual).
Según informó el propio periódico, el bloqueo procede de proveedores en el país como Cantv (empresa estatal de telecomunicaciones) y las privadas Movistar, Digitel e Inter.
El «robo judicial» y la nueva embestida digital del gobierno bolivariano conforman el penúltimo capítulo de la expropiación puesta en marcha por Cabello, quien aprovechó una noticia publicada en el diario, que recogía a su vez una información del diario español ABC, sobre la investigación que se sigue en EE UU por narcotráfico. «Con base en esa investigación la DEA (agencia antidrogas estadounidense) estableció una recompensa de 10 millones de dólares para aquellas personas que colaboren con la captura de Cabello», recordó el rotativo.
El ataque contra uno de los diarios más emblemáticos de América Latina sucede solo días después de una nueva embestida digital del chavismo en contra de otros medios independientes, como El Pitazo, Tal Cual y Efecto Cocuyo. La hegemonía comunicacional de la revolución mezcla la compra de medios, a través de millonarios boliburgueses, con estrategias de censura y forzadas autocensuras en televisión, radio y online. El papel es hoy un cementerio de dinosaurios domados por el poder bolivariano.
Amnistía Internacional y el Foro Penal han investigado durante un año la efectividad de las amenazas que realiza Cabello desde su programa de televisión. El resultado es esclarecedor: casi la mitad de las estigmatizaciones públicas del chavismo se realizan en Con el mazo dando y de ellas, 77% se convierten en detenciones forzosas, uno de los crímenes de lesa humanidad que investiga la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI).