La crisis de gasolina se hace cada vez más cruenta en el interior del país. La Semana Santa tendrá que esperar, parecen decir los ciudadanos, que con ansiedad hacen las colas para poder surtir su vehículo.
El Nacional constató este sábado cómo la Autopista Regional del Centro, la vía a Trincheras, la carretera Morón-Coro y la Coro-Punto Fijo no tenían mayor afluencia que la de un sábado normal. Donde sí había gente era en las estaciones de servicio, muchas cerradas a la espera de las gandolas que llenen los depósitos, y otras abiertas, pero con largas colas de vehículos.
En las bombas donde se vende gasolina subsidiada las filas son kilométricas. Así, en Maracay, Valencia y Puerto Cumarebo. En este último pueblo del estado Falcón los ciudadanos decidieron pasar la noche de sábado esperando en la estación de servicio Miramar, lo que no es algo inédito. La situación se vive a diario. Pueden esperar hasta tres días en cola. Los carros son numerados, como se veía antaño en muchísimas ciudades venezolanas. Alrededor de la estación de servicio los locales de comida y venta de bebida están repletos, lo que hace más llevadera la espera.
En las bombas que venden a precio internacional también había colas. Cerca de Pequiven, luego de Morón, y en Boca de Aroa, ya a pocos kilómetros de Tucacas, se veía que la situación no era normal. En estas estaciones de servicio había militares intentando poner orden, aunque decir verdad eran los vendedores ambulantes, los que aparecen siempre ofreciendo agua de coco, chupetas, besitos de coco y conservas, los que conseguían que el caos no hiciera más estragos de los ya hechos.
Ya después, se podía conseguir gasolina en Yaracal, Guamachito y Guamacho, incluso en esta última localidad, la estación de servicio estaba solitaria, con el bombero sentado a la vera del camino a la espera de una oportunidad de vender.
Echar gasolina es prioritario
La soledad en la vía contrastó con el mensaje gubernamental que asegura que millones de temporadistas aprovecharán el asueto de Semana Santa para viajar a diferentes destinos en el país. Quizás muchos esperaron a este domingo o deben cumplir con sus compromisos laborales y no será hasta el miércoles o jueves que puedan salir.
La carretera Coro-Punto Fijo, que conduce a la península de Paraguaná, en donde se ubican muchas de las mejores playas de Venezuela, lucía desierta a las 7:00 pm de este sábado. Hay que hacer peripecias para poder entender a esa hora, ya cayendo la noche, cómo sortear los Médanos de Coro, que se engullen lentamente la vía. Ninguna señalización, ni un mechurrio ni personal que haga nada para orientar al temporadista.
Desde Caracas hasta Punto Fijo, un recorrido de 528,1 kilómetros, se debe pasar por seis peajes, comenzando por los de La Cabrera, ya cerca del túnel, entre Aragua y Carabobo, y siguiendo con Guacara, Trincheras, Boca de Aroa, Maicillal y el de Coro, ya en Falcón. Los precios fueron aumentados en febrero. Cobremex es la empresa encargada de la administración. Si usted, por ejemplo, viajó en diciembre se encontrará con la sorpresa de que no debe pagar 3 bolívares, como en esa fecha, si no 10 bolívares. Puede pagar en punto de venta, es la ventaja, aunque ese proceso hace más lento la circulación.
La carretera entre Tucacas y Coro finalmente ha recibido la atención que le fue negada por años. La desidia dio paso, por fin, al refaccionamiento de algunas zonas, lo que todavía es insuficiente, pero que es un avance para ayudar a que se pueda potenciar el turismo.
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