La Comisión sobre Política de Drogas para el Hemisferio Occidental del Congreso de Estados Unidos indicó en un reciente informe que Venezuela es el ejemplo más extremo de los devastadores efectos que el crimen organizado, financiado por el narcotráfico, han tenido en la región.
«Venezuela, una democracia que ha recaído en una dictadura, desafiando las sanciones financieras con la ayuda no solo de otros países no amistosos —como Cuba, Rusia e Irán— pero también de organizaciones de crimen transnacional, incluyendo drogas ilegales y contrabandistas de oro”, describió el informe.
Son 22 países los que producen o son usados para el trasiego de drogas y 14 de los que figuran en la lista de Estados Unidos son latinoamericanos. Washington reservó un lugar especial en la lista para Venezuela.
El informe cita a Venezuela como lugar de tránsito de drogas ilícitas, y los autores aseguran que la situación no será solventada hasta que exista una transición a un gobierno democrático y estable.
«Estados Unidos y sus aliados no pueden controlar el flujo de drogas ilícitas desde Suramérica hasta detener la crisis económica y política de Venezuela, y que se llegue a una transición ordenada de poder», expuso el informe.
El documento indica que el narcotráfico y otras actividades ilegales son fuentes de recursos esenciales para el régimen de Venezuela encabezado por Nicolás Maduro.
La cantidad de cocaína que se mueve a través de Venezuela ha aumentado en los últimos años. Según el informe, en 2017 se transportaron 185 toneladas métricas de la droga, en comparación con 38 en el 2011.
El transporte se realiza principalmente en lanchas rápidas y buques pesqueros, que pasan por República Dominicana, Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses.
Afirman que el tráfico de drogas y oro en el país es facilitado gracias a la presencia en Venezuela de grupos criminales como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional.