El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, reiteró la disposición de Washington de levantar las sanciones impuestas en contra de funcionarios de Nicolás Maduro. Esto siempre y cuando adopten «medidas significativas» para restablecer la democracia en Venezuela.
«Las sanciones no son permanentes, su objetivo es generar cambios positivos en la conducta y en las acciones de un gobierno y de las personas. Y siempre es posible retirar las sanciones con respecto a personas físicas y entidades o gobierno que tomen medidas significativas para restablecer el orden democrático, que se nieguen a participar en abusos de derechos humanos y que se expresen en contra de abusos cometidos por las autoridades», dijo durante una conferencia.
Blinken recordó que las sanciones a Venezuela se establecieron con un propósito contra quienes violan los derechos humanos. «Promover la rendición de cuentas de quienes cometen violaciones de derechos humanos o actos de corrupción, o de quienes actúan para socavar la democracia».
En ese sentido, el jefe de la diplomacia estadounidense precisó que las sanciones incluyen «excepciones muy claras. Esto para garantizar que la asistencia humanitaria y otros tipos de asistencia puedan continuar».
Duras sanciones al chavismo
Estados Unidos en reiteradas oportunidades ha manifestado que apoya una salida negociada a la crisis política en Venezuela. Pero mantendrá la presión sobre Maduro hasta que haya elecciones libres y justas.
Maduro puso fin en agosto de 2019 a diálogos auspiciados por Noruega en rechazo a duras sanciones económicas norteamericanas.
El 11 de mayo, Guaidó propuso reanudar conversaciones con el oficialista, un cambio con respecto a su anterior objetivo de sacarlo del poder e instalar un gobierno de transición para organizar nuevas elecciones.
Venezuela, bajo la influencia de Maduro desde 2013, vive una debacle social y económica que según la ONU ha forzado en los últimos años la salida de más de 6 millones de personas del país.