Los presidentes de Ecuador, Lenín Moreno, y de Colombia, Iván Duque, rechazaron conjuntamente la instalación de un nuevo Parlamento de control chavista en Venezuela, tras las elecciones que ninguno de esos gobiernos reconoce.
Así lo señalaron tras un encuentro en la zona fronteriza ecuatoriana de Mataje, desarrollado menos de dos meses después de la realización del IX Gabinete Binacional, realizado de forma virtual a causa de la pandemia.
«En este sentido manifestaron su rechazo a las elecciones parlamentarias sin garantías democráticas realizadas el 6 de diciembre de 2020 en Venezuela, por el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro, buscando controlar la única institución legítima que sobrevivía en ese país, la Asamblea Nacional, y perpetuarse en el poder», señala la declaración.
Duque aseguró que Bogotá y Quito han alertado en distintos foros multilaterales sobre los «intereses que ha tenido la dictadura de Venezuela de incidir, de influenciar en distintos procesos que se ejecutan en América Latina».
«En este proceso que vimos en el mes de diciembre, la dictadura quiso callar la única institución democrática que le quedaba a Venezuela. Pretendió, con una Asamblea elegida de manera fraudulenta, que ese golpe se consolidara», dijo.
Y añadió: “la comunidad internacional no ha reconocido ese proceso. Por lo tanto, seguiremos en la defensa de la democracia y que se dé una transición lo más pronto posible a través de elecciones libres».
Precisó que seguirán denunciando cualquier acción o interés del régimen en desestabilizar otros países de América Latina.
“Hemos visto cómo claramente esa dictadura tiene una relación de connivencia con los grupos narcoterroristas que operan en nuestro país, pero que también tienen resguardo y protección en territorio venezolano», afirmó el mandatario Colombiano.
«Es evidente que muchos de los cabecillas de esas organizaciones terroristas están amparados y protegidos en Venezuela. También sabemos que esas son estructuras de crimen trasnacional», aseguró.
Falta de ética
Moreno, por su parte, consideró que en Venezuela gobierna «ilegal e ilegítimamente un déspota y un grupo de personas desvinculadas completamente con todo el concepto deética».
En su opinión, esas personas «están ensimismados por la corrupción, por el robo de dinero, por los réditos que rinde el narcotráfico. Ensimismados por el poder».
Consideró que el haber acudido menos de 20% de la ciudadanía venezolana a votar indica lo deplorable del sistema democrático venezolano. Reiteró el apoyo a Juan Guaidó.
Los dos gobernantes coincidieron en la importancia de incrementar la movilización de recursos de cooperación internacional para gestionar de manera segura, ordenada y regular la crisis migratoria proveniente de Venezuela.