La opositora venezolana Dinorah Figuera aseguró este sábado que decenas de niños del país han fallecido a la espera de un trasplante de riñón, médula ósea e hígado. Instó a las autoridades a reactivar el proceso en Venezuela.
«Esto es una situación lamentable, ya que los padres deben ir a todos lados para tratar de salvar la vida de sus hijos (…) Madres y padres desesperados por una respuesta del régimen de Nicolás Maduro para llevar a cabo el trasplante», indicó en una nota de prensa.
Figuera hizo un llamado a las instancias y autoridades correspondientes para que se habilite el proceso. El objetivo es que los menores puedan tener «una esperanza de vida».
¿Por qué la exigencia de Dinorah Figuera?
A principios de junio, 92 ONG venezolanas pidieron al gobierno que reactive el programa de trasplantes en Venezuela, suspendido hace cuatro años. Esto por no «poder garantizar el suministro de inmunosupresores», los cuales sirven para impedir que el cuerpo rechace un nuevo órgano.
En un comunicado, recordaron que el programa está suspendido desde 2017, pero venía presentando problemas y una reducción en el número de beneficiarios desde 2014, año en el que la crisis económica venezolana comenzaba a agudizarse.
Desde 2014, «se inició una caída del número de trasplantes, que culminó con la notificación realizada» por la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células, adscrita al Ministerio de Salud, de la «suspensión del programa de donante cadáver en todo el país».
La fundación suspendió el programa alegando que no podía seguir garantizando los inmunosupresores.
En 2019, de cara a las constantes denuncias contra el gobierno de parte de pacientes y familiares que esperaban por trasplantes, el Ejecutivo dijo que el plan estaba paralizado debido a las sanciones económicas de EE UU.
Sin embargo, para entonces, médicos y organizaciones no gubernamentales manifestaron que la paralización del convenio no se debía a las sanciones. Alegaron que el programa presentaba retrasos desde años antes.