Efectivos de la Dirección de Investigación Criminal de Perú, con apoyo del Ministerio Público, detuvieron el lunes a 61 miembros de la banda Los Injertos del Tren de Aragua, todos de nacionalidad venezolana, en un inmueble ubicado en Lima.
Según reseñó el diario La República, Los Injertos del Tren de Aragua se dedicaban al cobro de cupos a mujeres que son explotadas sexualmente en distintos puntos de Lima, así como a préstamos extorsivos que se conocen como “gota a gota”.
Los detenidos presuntamente son parte de una rama de la organización criminal que opera en Perú bajo órdenes de delincuentes recluidos en Venezuela.
En el operativo fueron detenidos 43 hombres y 18 mujeres, entre ellos el cabecilla de la banda, Erick Urbina, quien es conocido como alias el Negro Gordo, y su lugarteniente, Omeliza Regardiz, alias Mily.
Además se decomisó una granada de guerra, una pistola sin número de serie y municiones, así como bolsas de marihuana, clorhidrato de cocaína y una droga conocida como tussi.
En una entrevista para un reportaje de El Nacional publicado el año pasado, el abogado criminalista Fermín Mármol García aseguró que el Tren de Aragua tiene una trilogía de raíces que lo convirtieron en una superpoderosa organización criminal. En primer lugar, puntualizó el experto, surgió como un “sindicato” en el proyecto de construcción, en esa entidad, del Sistema Ferroviario Ezequiel Zamora.
“Se trataba de una estructura que le prestaba seguridad al desarrollo ferroviario de la zona y que, evidentemente, su génesis era muy perniciosa porque no tenía nada que ver con una estructura formal de sindicato, por lo que criminológicamente le llamamos pseudosindicato. Entonces, allí teníamos un gran problema inicial: un conjunto de hombres armados en funciones parapoliciales, paramilitares, al margen de la ley, que ponía ‘orden’ en un incipiente proceso de construcción de una red ferroviaria”, señaló.
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