Venezuela comenzó este año con desafíos persistentes, pero también con algunas oportunidades tangibles. Un análisis publicado por el programa de América Latina del Instituto de Paz de Estados Unidos señala cuatro puntos que se deben considerar en 2022 para avanzar en la resolución de los conflictos internos que afectan la vida de los venezolanos.
El director para Latinoamérica del Instituto de Paz de Estados Unidos, Keith Mines, y la oficial Ana Caridad afirmaron que quedaron atrás las “poco realistas aspiraciones” de una salida inmediata del chavismo del poder. Esto, dijeron, deja un espacio para una eventual convivencia democrática.
Resaltaron, sin embargo, que para que ocurra cualquier cambio positivo el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición democrática deben regresar a las negociaciones en la Ciudad de México, suspendidas por decisión del sector oficialista en protesta por la extradición del empresario colombiano Alex Saab a Estados Unidos.
“Deberán volver a la mesa de negociaciones, donde han establecido una plataforma para la coordinación y el progreso en temas como la restauración de las instituciones democráticas, la ayuda humanitaria y, en última instancia, una salida electoral”, expresaron.
Mines y Caridad aseguraron que la comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, será un actor clave y no deberá caer en la inercia.
“Sería fácil, incluso defendible, que los partidarios de la democracia en Venezuela se retiraran de la lucha. Para muchos, simplemente no hay una lista clara de cosas por hacer, y existe el temor siempre presente de que cualquier participación directa en los problemas del país simplemente envalentona a los autócratas”, señala el análisis.
Apoyar soluciones locales a problemas locales
Los expertos manifestaron que la oposición democrática de Venezuela tiene la oportunidad de trazar un rumbo y gobernar localmente. Esto luego de que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela fuera doblemente derrotado en Barinas, estado natal de Hugo Chávez y tradicional bastión del chavismo.
“No será un camino fácil, ya que los recursos y el poder en última instancia continúan residiendo en el gobierno central, pero como los gobernadores y alcaldes de la oposición han descubierto en el pasado, hay mucho que se puede lograr para mejorar la vida de los ciudadanos venezolanos y eso ayudará a reforzar el apoyo a las fuerzas democráticas en el futuro”, plantearon.
Expresaron que la comunidad internacional debe acercarse y ofrecer tanta ayuda como sea posible a los funcionarios locales para reforzar las oportunidades a nivel local. También pueden aportar mucho para lograr la “reinstitucionalización” del país.
“Está previsto que en los próximos meses se lleve a cabo un proceso de renovación del Tribunal Supremo de Justicia. Las fuerzas democráticas y sus partidarios internacionales deben aprender de la pequeña victoria en el nombramiento de la autoridad electoral y tratar de influir en la renovación del Poder Judicial, contribuyendo aún más al proceso de reinstitucionalización”, sugirieron.
Una oposición más unida
Mines y Carinas dijeron que la comunidad internacional puede ser útil en la promoción de la unidad en la oposición. Refirieron al analista electoral Aníbal Sánchez, quien aseguró que la unidad básica le habría valido a la oposición al menos 6 gobernaciones, adicionales a las 4 que logró el 21 de noviembre, mientras que con una coordinación más profunda habrían tenido el triunfo en 10 entidades.
“La falta de unidad fragmenta las fuerzas democráticas de manera destructiva tanto para ganar elecciones como para mostrarle al pueblo que tiene los medios para abordar los problemas del país. La caída en picada del apoyo a la oposición desde un máximo de más de 60% hasta el mínimo de 10% demuestra el costo de esta debilidad”, expusieron.
Recomendaron alentar a la oposición a desarrollar nuevos mecanismos para seleccionar líderes. Esto, afirmaron, permitiría una expresión más amplia de la democracia que no descarte a sectores enteros de la oposición como “colaboradores del gobierno de Maduro y se aleje del tóxico personalismo” que ha arruinado al sistema político de Venezuela desde su inicio.
“Hay una oportunidad para el gobierno interino de Juan Guaidó, que aún cuenta con el apoyo de muchos venezolanos y es reconocido por Estados Unidos y unos cuantos países más. Significativamente, tendrá un rol en la gestión de los activos venezolanos en el extranjero y podría proporcionar una plataforma para la acción coordinada si es inclusivo y establece vínculos consultivos con todos los partidos políticos y con la sociedad civil”, manifestaron los expertos.
Continuidad de la negociación
El análisis de los expertos resalta que las oportunidades para un cambio político en Venezuela mejorarían con la continuación de la negociación en la Ciudad de México. Las tres rondas de conversaciones hasta la fecha, con la facilitación de Noruega, afirmaron, han sido productivas pero un poco vacilantes.
“No hay garantía de que las negociaciones se reanuden, pero sería una gran oportunidad perdida si no lo hacen”, consideraron.
Dijeron que el desarrollo de una plataforma de negociaciones semipermanente podría crear algunas aperturas para la cooperación, particularmente en temas humanitarios que requieren la liberación de activos venezolanos en el extranjero, que la oposición controla pero que necesitan coordinarse con el gobierno de Maduro para utilizarse con fines humanitarios.
“Las negociaciones de la Ciudad de México han preparado el escenario para avances pequeños pero persistentes en asuntos humanitarios e institucionales. En última instancia, podrían proporcionar la plataforma donde se tomarían decisiones más importantes sobre una salida electoral. Es imperativo que las negociaciones continúen”, expresaron.
Un papel clave para Estados Unidos
Mines y Caridad afirmaron que Estados Unidos tiene un papel clave en la continuación y ampliación de la mesa de negociación. Pero, advirtieron, el gobierno estadounidense debería involucrarse más en el proceso y plantear el levantamiento de sanciones como apalancamiento para crear condiciones para un progreso sustancial.
“Este año no tendrá el drama de 2021, que presentó grandes expectativas para la administración de Biden seguida de elecciones clave en Venezuela. Pero no deben perderse las oportunidades de mejorar la terrible situación humanitaria del país, reconstruir o preservar instituciones clave, mejorar la unidad entre las fuerzas democráticas y permitir que los funcionarios locales y otros gobiernen con al menos cierta eficacia”, concluyeron.