El derrumbe parcial del techo del corredor número 5 de la Ciudad Universitaria de la Universidad Central de Venezuela ocurrió debido a la falla de una de las vigas.
Es la conclusión del informe técnico realizado por el Instituto de Modelos y Materiales Estructurales de la Facultad de Ingeniería de la UCV (IMME-UCV), publicado este miércoles 15 de julio por el Consejo de Preservación y Desarrollo (Copred).
El estudio señala que el problema de una de estas vigas causó la pérdida de soporte de dos losas onduladas de concreto reforzado.
«La falla de la viga fue causada posiblemente por la pérdida de tensión en los alambres. Sin embargo, no se pudo constatar si estos perdieron anclaje en algunos de sus extremos o fallaron a tracción», agrega el informe, el cual subraya que no se observaron indicios de funcionamiento inadecuado de las fundaciones del techo ni deformaciones excesivas. Tampoco agrietamiento en las columnas y vigas de soporte cercanas a la zona derrumbada.
Entre las recomendaciones del IMME-UCV se encuentran reforzar la seguridad en el lugar del derrumbe, realizar una evaluación de la calidad de los materiales estructurales para determinar la resistencia del concreto, demoler la viga y las dos losas onduladas que resultaron afectadas y elaborar un proyecto de reconstrucción.
Sugiere, también, que se debe mantener la limpieza y el buen estado de la impermeabilización de los techos, así como sus sistemas de recolección y disposición de aguas. Por último, recomienda inspeccionar y evaluar los techos de todos los corredores de la Ciudad Universitaria para determinar su seguridad estructural.
El desplome del techo, ocurrido el 17 de junio, es otro reflejo del ínfimo apoyo que, al igual que las demás instituciones autónomas, recibe la UCV.
En una entrevista para El Nacional a finales de junio, el decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Gustavo Izaguirre, indicó que el presupuesto para la casa de estudios apenas cubre 10% de sus necesidades.
«Siempre digo que en la antesala del despacho del rectorado hay un diploma de la Asamblea Nacional del año 2001 en el que se comprometió con que no faltarían recursos para la universidad para el mantenimiento de sus edificaciones y el campus. Ese papel quedó ahí, letra muerta», dijo el arquitecto.