Mujeres venezolanas marcharon este miércoles 8 de marzo para reclamar al gobierno de Nicolás Maduro su derecho a tener una vida digna.
Entre consignas y pancartas, y bajo el fuerte sol en Caracas en horas de la mañana, se concentraron en Plaza Venezuela a partir de las 9:00 am, y tenían un punto de llegada: la plaza Morelos de Bellas Artes.
La principal exigencia fue un salario justo, además de otras como el derecho a la salud y a la educación.
También incluyeron la propuesta de que se les otorguen libres los días de trabajo a las mujeres que menstrúan cuando atraviesen ese proceso y asignarles un kit con insumos -como toallitas diarias- o un bono económico que les permita comprarlos.
“El salario falleció. Nosotras estamos juntas en la calle para que el salario resucite. No puede ser que una pensionada con 130 bolívares se esté muriendo en su casa porque no le alcanza para comprar las pastillas de la tensión”, declaró Ana Soto, directora de Mujer, equidad de género y familia de la Alianza Sindical Independiente, a El Nacional.
“Estamos aquí porque necesitamos alimentación, porque exigimos el derecho a la educación y la salud, porque estamos muriendo porque no tenemos un salario justo, digno y suficiente como lo dice la Constitución de la República”, añadió.
“Sin nosotras este país se paraliza”
Dijo que también salió a manifestar, en el Día Internacional de la Mujer, por las madres que están solas porque sus hijos migraron y por aquellos que han tenido que padecer y morir en soledad.
“Marcharemos todas las veces que sean necesarias porque la mujer es el motor invisible que conduce la economía del país, y el gobierno lo sabe. Y todas las mujeres que se encuentran hoy aquí lo saben, que sin nosotras este país se paraliza y por eso las veces que sean vamos a salir a protestar hoy, mañana y pasado si es necesario, por un salario digno y suficiente”, manifestó.
“No me parece justo”
Akaki Ospina, trabajadora del Hospital Clínico Universitario y de la Maternidad Concepción Palacios, contó a El Nacional que debió buscar un tercer empleo, como cuidadora, porque sus salarios como trabajadora pública, que sumados apenas alcanzan los 260 bolívares, no le alcanzan.
“Me da mucho dolor e indignación porque no me parece justo. Con lo que yo gano compro una bandejita con 3 bistecs, que los pico por la mitad para que sean 6, y gramos de carne molida. Y con mi trabajo nocturno, en el que me pagan 30 dólares mensuales, es que compro harina y arroz. Vendo helados, seco pelo, hago muchas cosas con los 52 años que tengo”, dijo.
“No es un gobierno ni obrerista ni feminista, eso es mentira. Esa es la pantalla para el mundo porque, si no, no estuviéramos aquí protestando”, añadió.
Maduro “juega a exterminar la educación”
La docente Katiuska Russo lamentó que el gobierno venezolano “juegue a exterminar la educación” y advirtió que estarán en las calles luchando hasta lograr un sistema de calidad y un país de progreso.
“La educación y la mujer en este país somos el futuro. Pedimos sencillamente inversión para lograr una educación de calidad, reconociendo que será la base del progreso; donde nuestros estudiantes tengan un Programa de Alimentación Escolar balanceado, en donde haya agua, que el estudiante tenga donde sentarse”, expresó.
“El contrato colectivo está vencido desde mayo de 2022, engavetado. Llaman a reuniones, la ministra Yelitza Santaella lamentablemente es una persona muy ocupada, no se apersona, manda emisarios. Y sabemos lo que ocurre cuando ella manda emisarios, no tienen la capacidad para dar respuestas y lamentablemente esa es la realidad”, dijo.
Decididas a reconstruir la esperanza
Las mujeres, acompañadas de organizaciones de derechos humanos y colectivos sociales, aseguraron que están decididas a seguir reconstruyendo la esperanza de los venezolanos que todos los días enfrentan las consecuencias de la crisis humanitaria generada por las perjudiciales políticas implementadas por el Ejecutivo.
La movilización comenzó a las 10:50 am y debió desviarse debido a que en el ahora Paseo de la Resistencia se reunieron militantes del chavismo para también marchar hacia el mismo lugar anunciado por los opositores.
“¡Mujer, escucha, únete a la lucha!”. “¡Y no, y no, y no me quiero ir, yo quiero un sueldo digno para quedarme en mi país!”. Durante todo el trayecto repitieron consignas, gritaban y agitaban sus pancartas.
Las mujeres esperaban entregar ante la Defensoría del Pueblo dos documentos en los que plantearon sus exigencias.
Pero un piquete de la Policía Nacional Bolivariana les impidió el paso en la calle Real Quebrada Honda, a la altura de la sede de la Confederación de Trabajadores de Venezuela. Allí concluyó la movilización de las mujeres, organizaciones y colectivos sociales.
“Nos debe salud, salarios y educación”
Lilith, del grupo de feministas Comadres Púrpuras, declaró a El Nacional que el Estado venezolano les debe a las mujeres salud, salarios y educación sexual.
“En la salud hay un gran déficit, sobre todo porque la tasa de mortalidad de mujeres que van a parir aumentó en los últimos dos años. Eso es violencia obstétrica. Es debido a la falta de insumos y de actuar del Estado; y eso también afecta la salud menstrual y la educación sexual”, manifestó la activista.
Venezuela, indicó, es el tercer país de Latinoamérica con mayor índice de embarazo precoz.
Lilith dijo que independientemente de que el gobierno venezolano ignore las protestas, los ciudadanos deben alzar la voz para que haya un precedente. “Que aquí no se diga que nadie protestó, que todo el mundo estuvo de acuerdo (con las violaciones de los derechos humanos), porque acá todos estamos sobreviviendo como podemos”, expresó.
Nueve años de impunidad
En 2023 se cumplen nueve años del inicio de las protestas antigubernamentales en Venezuela, en 2014. En una pancarta, Karla Carrión, coordinadora de Comunicaciones de la organización Justicia, Encuentro y Perdón, mencionó a las mujeres asesinadas en ese contexto. Sus casos siguen impunes.
“Son nueve años y todavía sus casos siguen impunes en 94% de los asesinatos y en 100% de la cadena de mando. No hay justicia por los asesinatos en protesta y cada espacio que tenemos es un espacio para recordarlas, honrarlas y seguir exigiendo justicia para ellas y para sus familiares”, dijo a El Nacional.
Indicó que de los casos registrados en 2014, solo el de Geraldin Moreno tiene justicia de los autores materiales, pero no de la cadena de mando. Y agregó que documentan y visibilizan estos crímenes enfocados en que la gente no los olvide.
“Lo importante ante un sistema de justicia que no responde es recordar que estos crímenes ocurrieron, que hay familias que exigen justicia y un trabajo junto con los organismos internacionales de documentación constante en lo que nos hemos enfocados estos años”, dijo.
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