La revelación del fiscal nacional Ángel Valencia sobre la supuesta participación del vicepresidente y ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, en el crimen del exteniente venezolano Ronald Ojeda, encendió las alarmas sobre la relación que tendría el gobierno de Nicolás Maduro con el Tren de Aragua, agrupación criminal transnacional con presencia en varios países de América (incluido Chile) que está siendo investigada por el secuestro y posterior homicidio del disidente el año pasado.
Desde la irrupción de esta banda de origen venezolano en distintas partes de la región, el régimen chavista ha mantenido un discurso a ratos contradictorio respecto a la existencia del Tren de Aragua y su poder en el país caribeño, al punto de que el propio Maduro lo catalogó como un «constructo» para desestabilizar su gobierno.
No obstante, tanto el propio mandatario como representantes de su administración han dicho en ocasiones que el grupo criminal sí existió pero se encuentra eliminado en Venezuela, y que su presencia en otros países no es más que un plan de los enemigos del chavismo para derrocarlo.
Lo cierto es que el Tren de Aragua ha extendido sus redes en toda la región y se transformó en una preocupación global, al punto de que el recién asumido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, catalogó al grupo de «terrorista».
La persecución
El 20 de septiembre de 2023, más de 11.000 militares y policías irrumpieron en la cárcel de Tocorón, conocida como el centro de operaciones del Tren de Aragua, ya que albergaba a sus principales líderes. El recinto penal, donde los criminales operaban con total impunidad, contaba con diversos lujos como una piscina, una discoteca y hasta un zoológico.
El operativo fue muy aplaudido por las autoridades locales. El fiscal nacional, Tarek William Saab, aseguró que la toma de Tocorón «fue un golpe demoledor contra la banda del Tren de Aragua (…) Ese tren ya se descarriló por el operativo del Estado venezolano contra esa mafia, así como lo ha hecho con otras que han Sido denunciadas».
«Hemos desmantelado totalmente el autodenominado ex Tren de Aragua», decía por su parte el entonces ministro de Interior y Justicia, Remigio Ceballos, quien confirmó que la organización criminal se dedicaba a «cometer delitos atroces» como secuestro, narcotráfico, trata de personas, homicidio, sicariato y extorsiones.
El discurso chavista, en ese entonces, era el de una perseguir al Tren de Aragua. Sin ir más lejos, a los pocos días de concretado el operativo en Tocorón, Nicolás Maduro anunciaba una coordinación con los gobiernos de Colombia, Ecuador, Perú y Chile para ubicar y capturar al líder de la banda, Héctor Guerrero Flores, alias «El Niño» Guerrero, quien logró escapar del recinto penal.
En enero de 2024, las autoridades chavistas ofrecieron una recompensa de 250.000 dólares para aquel que aportara información sobre Guerrero. Dos meses después, Saab iniciaba las gestiones para lograr la extradición de Gerson Guerrero Flores, hermano del líder del Tren de Aragua, tras su detención en España el 13 de marzo.
El proceso se concretó en julio pasado. No obstante, el fiscal general aseguraba que «se ha sobredimensionado y se le ha asignado un poder al Tren de Aragua que en realidad nunca ha tenido». Para el funcionario, se «ha estado construyendo un mito alrededor del Tren de Aragua» y «una matriz que pretende vincular al Estado venezolano» con el grupo.
El «constructo»
EL 8 de abril de 2024, el canciller venezolano, Yvan Gil, fue más allá: «El Tren de Aragua es una ficción creada por la mediática internacional para tratar de crear una etiqueta inexistente, como lo hicieron en su momento con el Cartel de los Soles (…) que se demostró que no existe, que jamás ha existido», dijo el ministro tras reunirse con su par colombiano, Gilberto Murillo.
«Ahora inventan un llamado Tren de Aragua, una organización que existió en Venezuela, localizada, y que luego se ha tratado de poner como marca. Hemos visto, por ejemplo, cómo ridículamente aparecen videos incluso de gente que dice ‘somos del Tren de Aragua’, con acento peruano, con acento chileno», agregó.
Los dichos de Gil generaron críticas transversales, entre ellas del canciller chileno, Alberto van Klaveren, quien cuestionó el «negacionismo» venezolano. Ante ello, el ministro chavista respondió que «el combate al flagelo de la delincuencia no puede apoyarse en la creación de una narrativa falsa, bien sabe Chile que se han creado etiquetas de bandas criminales con el único fin de enlodar el gentilicio venezolano y a su gobierno».
Días después, Tarek William Saab matizaba los dichos del canciller venezolano y remarcaba que el Tren de Aragua «fue completamente desmantelado a finales del año pasado, siendo detenidos decenas de sus integrantes y colaboradores y quedando varios de ellos con órdenes de aprehensión».
El discurso se endureció tras las elecciones del 28 de julio, donde las autoridades electorales proclamaron ganador a Nicolás Maduro, pese a no revelar las actas de votación como lo exige la ley. Gil, que meses antes había negado la existencia del Tren de Aragua, afirmó en agosto de 2023 que la banda criminal tenía vínculos con la oposición venezolana. «Las pruebas nos llevaron a que el Tren del Llano y el extinto Tren de Aragua realmente estaban siendo contratados por la oposición para iniciar un golpe de Estado», dijo en una reunión con diplomáticos.
En septiembre, Nicolás Maduro remarcó que «El Niño» Guerrero es un agente de Estados Unidos y «dirigió personalmente parte de los desmanes y la violencia criminal del 29, 30 y 31 de julio». «Todo el operativo que se hizo mundial para declarar al ‘Niño’ Guerrero terrorista formaba parte de una fachada para taparlo, chantajearlo, obligarlo a sumarse al gobierno de Estados Unidos en la agresión contra Venezuela», aseveró.
El miércoles 22 de enero de 2025, el gobernante fue más allá: «Sabemos en Venezuela que por años los llamados trenes, el Tren de Aragua y Tren del Llano, han sido un constructo instrumento de las políticas para atacar al pueblo, desestabilizar nuestro país y facilitar los escenarios intervencionistas para dominar, colonizar a Venezuela».
Horas después, Tarek William Saab pidió la extradición de los miembros del Tren de Aragua que estén detenidos en el extranjero. «País que pueda tener alguno de estos delincuentes aprehendido deberá, en base a esas órdenes de aprehensión y alertas rojas, entregarlos a nuestra nación para que sean implacablemente procesados, como lo hemos demostrado, recibiendo los mismos la máxima pena», dijo el fiscal general, para quien Venezuela es hoy «uno de los lugares más seguros del mundo».
Al finalizar la jornada, Diosdado Cabello vinculó al Tren de Aragua con figuras de la oposición venezolana como María Corina Machado, Juan Guaidó, Leopoldo López y Julio Borges, además de los expresidentes colombianos Andrés Pastrana, Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe e Iván Duque. Hoy, la Fiscalía chilena relaciona al vicepresidente venezolano con la agrupación criminal.
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