David Smolansky, comisionado para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos de la Organización de Estados Americanos, exigió que se investigue el asesinato de un niño de 4 año de edad que iba junto a su madre en una embarcación que partió desde Delta Amacuro hacia Trinidad y Tobago.
En horas de la noche del sábado la Guardia Costera trinitense disparó, en «defensa propia», contra los motores del bote, según afirmó en un comunicado. Aseguró asimismo que los oficiales no sabían que había migrantes a bordo y que lo descubrieron cuando hacían la inspección. En ese momento, una mujer, que resultó herida, dijo que su hijo estaba sangrando.
“El comunicado de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago reconoce que dispararon al peñero de migrantes venezolanos donde murió el bebé y su madre quedó herida. Es una tragedia. Se debe abrir una investigación para que haya justicia. Basta de disparos, náufragos y deportaciones”, expresó Smolansky.
El dirigente opositor resaltó la urgencia de que se esclarezcan los hechos.
“Huyen de una dictadura”
“Es urgente que se esclarezca el fallecimiento de un niño de un año de edad que huyó desde Tucupita con su madre y un grupo de personas en peñero hacia Trinidad y Tobago. Arde en el alma que sigan muriendo migrantes venezolanos en la toda la región cuando huyen de una dictadura”, manifestó.
El activista Orlando Moreno, miembro del Foro Penal, señaló que 20 personas iban en la embarcación, que salió desde la ciudad de Tucupita.
Smolansky indicó, para dimensionar la magnitud de la crisis migratoria venezolana, que en lo que va de año han muerto huyendo del país, además del asesinado por las autoridades trinitarias, un niño y una niña en distintas regiones del continente: Keiler Eduardo Vargas, de 2 años de edad, en la frontera entre Bolivia y Perú; Victoria Lugo, de 7 años de edad, en el río Bravo hacia Estados Unidos.