La cifra de refugiados venezolanos está cerca de desplazar al número de los desplazados ucranianos luego de la invasión militar ordenada por Rusia a su país, pero la ayuda económica ha sido desproporcionadamente desigual para atender esas crisis. Así lo señaló The Washington Post en un reportaje reciente.
Más de 6,8 millones de migrantes y refugiados han salido de Venezuela desde el año 2015, según estimaciones hasta el 5 de agosto de la plataforma R4V, una agencia interagencial liderada por las Naciones Unidas. El medio estadounidense señaló, de acuerdo con el grupo de defensa Refugees International, que el plan de respuesta regional de 1.79 billones de dólares para la atención de este grupo de personas estaba financiado solo 14% para el 1 de septiembre.
Mientras que los 7 millones de ucranianos, que hasta el 30 de agosto pasado habían salido de su país, habían recibido hasta el 25 de agosto 62% del plan de respuesta regional, que contempla la asignación de 1.85 billones de dólares. El apoyo financiero para la atención de ambas crisis migratorias ha sido dispar.
Rachel Schmidtke, defensora principal para América Latina de Refugees International, dijo a The Washington Post que la escala asombrosa y aleccionadora del repunte de migrantes desde Venezuela destaca la profundidad de la crisis y el enorme vacío en la atención en comparación con crisis con números similares, como Ucrania o Siria.
Países necesitan financiamiento urgente
Expresó que los países de América Latina necesitan financiamiento urgente para garantizar que los venezolanos accedan a trabajo y protección en la región, así como un tránsito seguro. Expuso que el número de refugiados que salieron huyendo del socialismo de Nicolás Maduro superó al de refugiados sirios, que el Acnur estima en 5,6 millones.
“La crisis de refugiados en Ucrania, que también incluye millones de desplazados dentro de las fronteras del país, es diferente en aspectos importantes. Ha estado marcado por una intensa violencia y acusaciones de crímenes de guerra, ataques aéreos y bombardeos en áreas civiles, así como asesinatos por tortura”, reseñó el medio.
El éxodo de Venezuela, que tenía años cuando ocurrió la invasión militar, fue impulsado por razones menos gráficas, aunque catastróficas. The Washington Post indicó que la mayoría de las personas que se fueron de este país llegaron a otras naciones de América Latina y el Caribe. Y, aunque el flujo de refugiados parecía haberse ralentizado cuando el régimen de Nicolás Maduro adoptó reformas económicas y algunos regresaron durante la pandemia, se ha recuperado nuevamente.
Al menos 753.000 venezolanos se han ido desde noviembre, informó la agencia de noticias The Associated Press la semana pasada.
“A diferencia de otras crisis de desplazamiento forzado en todo el mundo, que son el resultado de conflictos armados, en el caso de Venezuela, múltiples factores, entre ellos la inseguridad y la violencia, la falta de acceso a alimentos, medicamentos y servicios esenciales, así como la pérdida de ingresos, agravados por el impacto de la pandemia de covid-19, continúan figurando en la decisión de los venezolanos de irse”, dijo William Spindler, portavoz del Acnur.