Gabriela Simoza, alcaldesa del municipio Urdaneta, del estado Miranda, informó que desde el lunes se aplicará la modalidad de venta por terminal del número de cédula en los expendios de alimentos de Cúa.
Los lunes y martes podrán adquirir alimentos los portadores de cédula que finalicen en 0, 1, 2, 3 y 4. Entretanto, los días miércoles y jueves podrán comprar los que terminen en 5, 6, 7, 8 y 9.
Así mismo, los viernes la venta no estará condicionada por el documento de identidad.
En lo que respecta a los fines de semana, y a partir de este domingo 22 de marzo, queda prohibida toda la actividad comercial, incluyendo los supermercados y demás expendios de alimentos.
«Los establecimientos solo atenderán al público de lunes a viernes hasta las dos de la tarde», puntualizó.
Dichas medidas comprenden al Mercado Municipal de Cúa, que se apegará a la exigencia de venta por número de cédula y bajará sus santamarías los sábados y domingos.
Prohibidas las ventas informales
Desde este viernes también se prohíben las ventas informales en el municipio Urdaneta.
Aunado a ello, las ventas de comida rápida solo estarán autorizadas hasta las 10:00 p. m. de este 20 de marzo.
La alcaldesa señaló que las actividades de los Comité Locales de Alimentación y Producción se mantendrán.
Sin inventario
Ante las medidas que se ordenaron, El Nacional conversó con dueños y trabajadores de carnicerías en Cúa.
Marco Cedeño indicó que no está de acuerdo con que las ventas se restrinjan por números de cédula, dado que, a su juicio, la población ha acatado la cuarentena y solo salen de sus casas cuando los obliga la necesidad.
Alertó de que independientemente de las medidas ordenadas por la alcaldía, respecto a la disminución de la jornada de servicio y la prohibición de ventas en los fines de semana, algunos de los comerciantes en materia alimentaria no trabajarán la semana que viene porque agotaron sus inventarios.
«Somos muchos los que no vamos a trabajar ni hasta las 2:00 p. m. ni en ningún horario porque ya no tenemos qué vender. Esta semana hubo compras nerviosas y, debido a la misma cuarentena, nos vimos imposibilitados de reponer inventario», aseguró.
Vendedores informales
Jeimy Florez es vendedora informal. Se gana la vida ofreciendo bollitos rellenos en las afueras del terminal de Cúa. Está muy preocupada por los anuncios de la alcaldesa, puesto que si no sale a la calle a diario, no lleva recursos para su casa, declaró a El Nacional.
«De por sí, la cuarentena nos ha puesto en una situación muy difícil a todos los trabajadores informales, pero ahora se nos complica más porque quedó terminantemente prohibido», dijo.
Explicó que durante estos días de cuarentena salió a vender, aunque cumpliendo los protocolos del tapabocas y los guantes.
«Es que yo me gano la vida día a día. Si yo no vendo un día, no llevo nada para mi casa. Y no es así solo para mí. Así vivimos muchísimas personas», reiteró.
Acotó que entiende la importancia de la cuarentena para evitar el contagio del coronavirus; no obstante, expresó su angustia por el tiempo que los venezolanos puedan sobrellevar la situación.
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