César Pérez Vivas, precandidato por Concertación Ciudadana a la primaria de la oposición, cree que los líderes no deben dejarle a Nicolás Maduro “el camino libre” para la elección presidencial, aunque no estén garantizadas todas las condiciones democráticas necesarias para considerar que el proceso será libre, justo y transparente.
Advirtió, en conversación con El Nacional, que un eventual llamado a la abstención solo favorecerá al chavismo, como ocurrió en el año 2018, cuando un grupo importante de la oposición se negó a participar en los cuestionados comicios que dieron como ganador al oficialismo, según los datos del CNE, y que significaron un paso hacia el desconocimiento internacional.
Pérez, exgobernador del Táchira y uno de los impulsores del referendo revocatorio contra Maduro el año pasado, manifestó que la dirigencia debe tener conciencia del terreno donde se moviliza y saber que es el momento de encauzar la lucha para que la participación de los venezolanos el próximo año sea tan abrumadora que Maduro no tenga la posibilidad de desconocer los resultados.
Reconoció, sin embargo, que existe desconfianza hacia los factores que en los últimos años dirigieron a la oposición —sobre todo durante el tiempo en el que existió el gobierno interino de Juan Guaidó y en el que se generaron expectativas de cambio de régimen— y que muchos ciudadanos incluso no están informados sobre la primaria, prevista para el 22 de octubre próximo.
El dirigente afirmó que reclamará en cualquier escenario las garantías y derechos que corresponden y que seguirá dispuesto a batallar hasta el último minuto.
—En este momento recorre a Venezuela. En menos de ocho meses que quedan para la primaria, ¿ve a la gente motivada?
—Estamos en un permanente diálogo con diversos sectores de la sociedad venezolana, de pueblo en pueblo, de municipio en municipio, de estado en estado, y percibimos dos elementos clave. El primero, un inmenso deseo de cambio; los venezolanos están muy decididos, muy dispuestos y muy ganados para un cambio político. El gobierno de Maduro está repudiado por la inmensa mayoría de los venezolanos. En segundo lugar, los ciudadanos quieren una unidad de la sociedad democrática para garantizar el cambio. Es también perceptible un ambiente de desinformación aún en sectores importantes de la población. Estuve visitando (el martes 28 de febrero) el mercado mayorista de Maracay y, conversando con los compradores y vendedores, capté claramente la idea de que los ciudadanos no tenían mucha información sobre la participación o la celebración de las primarias, o tenían información limitada. Esto se debe a la censura que existe en el país y las limitaciones económicas de una parte significativa de la población que no tiene acceso a los mecanismos de comunicación, como las redes sociales, por ejemplo. Entonces, es necesario este desplazamiento que estamos haciendo para informar, para orientar, a la población que está en este momento muy afectada por la crisis económica, por el hambre que hay en Venezuela, y que lamentablemente pone a la gente en plan de supervivencia. Es decir, la primera preocupación de los venezolanos en este momento es cómo lograr sobrevivir cada día, cómo alimentar a su familia y el tema político tiene una responsabilidad menor respecto a la necesidad que cada familia tiene de sobrevivir. En lo que va de año ya he visitado varios estados. He estado en Táchira, Barinas, Lara, Falcón, Anzoátegui, Miranda, Caracas, Carabobo, Aragua. Yo sigo actuando en contacto con los ciudadanos, con organizaciones sociales y políticas que tengan a bien oír mi mensaje de unidad y de reconciliación para derrotar a la dictadora.
—¿Es pertinente hablar también del aborrecimiento generado en torno al gobierno interino? La gente se agotó de promesas incumplidas durante tres años. Además, están las diferencias notables en la dirigencia que generan mayor desconfianza.
—Efectivamente. Existe también una desconfianza hacia la dirigencia democrática de los factores de la oposición que han estado conduciendo, liderando y opinando por el liderazgo en los últimos 10 años. La gente se creó una expectativa de que era posible un cambio porque factores extraños al país intervendrían y generarían ese cambio, como el cese de la usurpación, el R2P, el Tiar, la presión internacional que iba a permitir que Maduro saliera y se convocaran las elecciones libres, la tesis de que no había que ir a elecciones mientras Maduro estuviera en el poder, que quedaron atrás porque obviamente ninguna de ellas tuvo éxito. La opción que tenemos los venezolanos es la de pasar a la lucha democrática y hacer un esfuerzo para que, a través del voto, creemos una fuerza suficientemente sólida para lograrlo. Y esa es la tarea, es el desafío de la política. No es fácil, no es sencillo, recuperar la confianza y por eso algunos actores políticos como yo, que no ha sido parte de esa conducción política, que no he estado en esa pugna en los últimos años, buscamos recuperar esa confianza y recibir esa confianza. Porque ni se nos puede señalar de ser responsables de la conducción errática que se ha tenido ni de ser factores colaboracionistas con un régimen oprobioso como el que Maduro encarga. Entonces, queremos representar una alternativa capaz de unir y, precisamente, el sentido de mi candidatura es la de un liderazgo con la madurez y las condiciones necesarias para unir a todos los factores porque todos van a ser necesarios a la hora de enfrentar al régimen y lograr las grandes metas que buscamos los venezolanos, que es garantizar salarios y fuentes de empleo, de modo que el dinero le alcance a todo el mundo para poder vivir, contar de servicios públicos de calidad, acceder a créditos para desarrollar pequeñas y medianas iniciativas económicas, abrir el país a la inversión, lograr una educación y salud de primera calidad y garantizar la seguridad de las personas y los bienes. Esos son los grandes objetivos que, en mi caso, tengo planteados como aspirante a encabezar esta alianza en todo el país.
—Ante esa realidad que plantea, ¿cuáles son los proyectos que contempla su plan de gobierno y que espera ejecutar en caso de resultar ganador en la primaria y en la presidencial?
—Diseñamos un proyecto diferente al que tenemos y hemos planteado la necesidad de cambiar el modelo político y el modelo económico, y de dar al país un nuevo aliento moral. Si no hay cambio del modelo político, si se mantiene el centralismo, el autoritarismo, el militarismo, no habrá posibilidad de respeto a los derechos humanos y, en consecuencia, no habrá posibilidad de cambio económico. Para que Venezuela pueda tener una economía social y de mercado, como la que proponemos, es fundamental el cambio político. Y solo en una economía de mercado es que vamos a lograr mejorar los salarios.
—En concreto, ¿qué propone en lo económico?
—Primero, desmontar el estatismo en el manejo de la economía —vale decir: plan de privatización de empresas del Estado— para eliminar la fuente de corrupción y saqueo en la que han terminado las empresas públicas de Venezuela. Lamentablemente todas están quebradas, todas están destruidas. Segundo, ordenación sistemática de las finanzas públicas, hoy absolutamente opacas; vamos a establecer un sistema que garantice una adecuada contabilidad y promoción de los ingresos y, además, una contabilidad presupuestaria respecto a los gastos. Tercero, una política de apertura a la inversión privada nacional e internacional que garantice reactivar la industria petrolera, la industria pesada, las cementeras, metalmecánicas, el comercio, en igualdad de oportunidades para todos, para eliminar el modelo de economía mafioso donde solo los enchufados son los que tienen la oportunidad de importar, comercializar y actuar en el mercado nacional. Cuarto, una nueva política tributaria que elimine la voracidad y la criminalización de los actores económicos como hoy ocurre. Quinto, una desregulación de la hiperpresencia del Estado, que no permite avanzar en los procesos económicos, porque hoy en día hasta para montar una pequeña empresa se debe gastar mucho dinero y tiempo por la burocracia y la corrupción. Todos estos pasos están siendo trabajados por nosotros. Y sexto, una política monetaria que garantice la estabilidad del salario, porque a la gente se le paga un salario, pero a los pocos días vale menos, porque precisamente hay un incremento brutal del gasto público sin fundamento, creación de dinero inorgánico, entonces, la política tributaria que vamos a desarrollar va a tener un equilibrio entre los ingresos y los egresos para garantizar que Venezuela pueda estabilizar la economía y puedan los salarios mantenerse para que los trabajadores vivan dignamente.
—¿Y qué otra área le parece importante atender de inmediato?
—El área social. Estamos proponiendo un plan de emergencia para atender el hambre que hay en Venezuela. El gobierno de Maduro y esta revolución que lleva 23 años se han negado a admitir la tragedia que tiene el país, niega la diáspora y que tengamos un problema de la magnitud de la diáspora y eso ha impedido que la comunidad internacional coopere con Venezuela para atender este drama humanitario que estamos viviendo. Vamos a montar en el nuevo gobierno, con la cooperación de la comunidad internacional, un plan de emergencia humanitaria para alimentos y medicinas para atender la salud y la alimentación. Así mitigaremos los efectos devastadores de esta situación mientras se logra recuperar la economía y la calidad de vida del venezolano con trabajos y salarios dignos.
—Se estima que hay más de 7 millones de venezolanos en el exterior, aunque no todos están en edad para votar, ¿le parece que deben participar en la primaria? Algunos señalan que para eso se necesitan grandes recursos económicos y logísticos y otros lo desestiman porque quizá no puedan votar en la presidencial porque posiblemente el chavismo lo impedirá.
—En la Concertación Ciudadana hemos planteado desde hace cinco meses al Poder Electoral la obligación constitucional y legal de garantizar el derecho al voto de todos los ciudadanos, vivan dentro o fuera del territorio nacional; y también planteamos la necesidad de que se le permita a los venezolanos en el exterior ejercer ese derecho. Esa es una obligación que tiene el Poder Electoral y que obviamente no está cumpliendo. Hemos planteado también, en el seno de la Comisión de Primaria, que se haga el mayor esfuerzo posible por garantizar el derecho al voto al mayor número de ciudadanos residenciados en el exterior. Y esperamos nosotros que la Comisión de Primaria y la Comisión Técnica que la asesora logren conseguir los recursos y los mecanismos para abrir esa posibilidad de los venezolanos en el exterior.
—Si eventualmente el CNE bloquea la participación de los migrantes venezolanos en la presidencial, ¿qué posición debe asumir el candidato que gane en octubre?
—Soy partidario de que hagamos una especie de Campaña Admirable, lo dije desde Bogotá cuando instalé mi comando de campaña en Colombia. Vamos a prepararnos para la segunda Campaña Admirable, Maduro no quiere que los venezolano voten y seguramente nos va a costar mucho que el gobierno permita el voto en países como en Estado Unidos, pero en Colombia tenemos 2 millones de venezolanos. El Libertador Simón Bolívar organizó un movimiento desde territorio colombiano para liberar a Venezuela en su época con la Campaña Admirable, nosotros tenemos la obligación de preparar a los venezolanos en Suramérica para que hagan el esfuerzo, el mayor número que tenga la posibilidad, de venir a votar. Y que pasemos por la frontera, cédula en mano. No será como le tocó a Bolívar en su época, pasar con armas a Venezuela y dar una guerra hasta llegar con la Campaña Admirable en 1813 y lograr la primera República. Nosotros lo vamos a tener que hacer, cédula en mano, pacíficamente, por esos puentes, para decirle «aquí estamos nosotros para votar por el cambio». Eso ha tenido receptividad en la comunidad venezolana, por lo menos en Colombia, que yo la conozco bastante bien; he estado en Bogotá, en Bucaramanga, en Cúcuta y hay gente ya preparándose porque si Maduro le niega el derecho al voto, va a venir a votar a Venezuela.
—¿Y eso le parece viable? Hay venezolanos en todo el mundo, no solo en Colombia y trasladarse al país implicaría un gasto económico significativo o que deban dejar sus trabajos. Un porcentaje importante se encuentra en situación de vulnerabilidad y también están los perseguidos y exiliados políticos, que por razones lógicas no pueden regresar.
—Estoy haciendo esta afirmación a partir de la hipótesis de que Maduro persista en la política de negar el derecho. Yo no soy de la tesis de que «como no nos dejan votar en todo el mundo, nosotros no vamos a ir a elecciones», como algunos sectores dicen. «Si me ponen máquinas, yo no voy», no. Aquí tenemos que darle la batalla al gobierno, en el plano electoral. No puede repetirse el escenario de 2018, cuando los factores políticos llamaron a la abstención porque no podían ser candidatos los actores que estaban al frente en ese momento de la sociedad democrática. Tenemos que ir a esa elección. Eso no quiere decir que no seguiremos exigiendo ese derecho, que tenemos que exigirlo, pero que también sepa el gobierno que aquí va a haber un gentío que va a venir a votar. ¿Que mucha gente es vulnerable? Sí. ¿Que mucha gente no va a poder venir porque no podrá abandonar el trabajo o porque no tiene los recursos? También es verdad. Pero 600.000 venezolanos que puedan cruzar la frontera tienen un peso, y los hay, porque conozco esa situación, los hay dispuestos a hacer ese cambio.
—No es solo la participación de los venezolanos en el exterior, son los dirigentes políticos inhabilitados, los presos políticos, las campañas sin ventajismos. Una serie de condiciones que se reclaman, pero que al final el gobierno puede no permitirlas. ¿Continuará la dirigencia en condiciones de desventaja? Mencionó que algunos pudieran llamar a la abstención, pero es que no hay seguridad de que el gobierno aceptará una elección realmente democrática.
—Nosotros conocemos el territorio en el que estamos moviéndonos, no podemos ser ingenuos. Sabemos que estamos ante un régimen autoritario que tiene la prensa censurada, que tiene un cerco económico a todos los dirigentes comprometidos con el cambio y que no nos garantiza transparencia en el proceso. Todos esos factores los tenemos, nadie lo puede ocultar ni yo pretendo negarlos. Lo que no podemos hacer es dejarle el terreno libre a Maduro en esas circunstancias, porque hay factores que dicen que si no hay tales condiciones no deberíamos ir a las elecciones. Ese es el escenario ideal de Maduro, que la oposición se fracture, unos en ir y otros en no ir. Creo que nosotros tenemos que tener conciencia de que es el momento de encauzar esta fuerza y llegar al día de la votación para que sea tan abrumadora la participación que, aunque Maduro pretenda desconocerlo, no lo pueda hacer por la realidad política que se le va a presentar. Entonces, soy un luchador que seguirá exigiendo y reclamando en todos los escenarios las garantías y los derechos que nos corresponden, pero dispuestos a dar la batalla hasta el último minuto, yo no creo que pueda volverse a repetir el esquema del 2018 de llamar a la abstención. Creo que es la hora de ir a votar y motivar a la población para eso.
—Ahí también entraría la estrategia de que el candidato electo sepa jugar con la presión internacional y con las sanciones, que han obligado a Maduro a retroceder en determinados casos.
—Es que nosotros no podemos admitir que las garantías constitucionales dependan de unas sanciones.
—Pero si estamos hablando de un régimen de corte dictatorial, que vulnera los derechos humanos, se tiene que ejercer mayor presión porque Maduro no dará garantías solo por buena voluntad.
—De acuerdo contigo. Toda la presión que sea necesaria, se hará. Pero, repito, no es que Maduro dice que no me dará el derecho de opinión ni mi libertad de movimiento en el país porque tiene una sanción que le puso el gobierno de Estados Unidos, de España u otro país. Mi derecho lo tengo que hacer respetar y exigirlo, porque es mi derecho al margen de que haya o no haya sanciones. Y eso no quiere decir que la comunidad internacional y nosotros como conductores o como factores políticos en Venezuela no lo exijamos, lo que pasa es que hay algunos sectores que dicen «si no me dan las garantías, yo me retiro», entonces Maduro más rápido las niega. Maduro está jugando a la división y a la abstención. Si su estrategia es dividirnos y desmoralizarnos para abstenernos, la respuesta tiene que ser seguir hacia adelante. Por eso le he dicho a todo el país que soy el candidato presidencial en condiciones de unificar a todos los sectores y cargar con fuerza para hacer ese proceso y exigir el respeto a la voluntad popular. Y yo estaré al frente de los ciudadanos en la calle reclamando la mayoría que vamos a consignar en las urnas en el año 2024.
—¿Respalda que el Consejo Nacional Electoral asista técnicamente a la primaria?
—Hay temas para los cuales será necesario solicitar al Consejo Nacional Electoral cooperación. Esos activos no son del Partido Socialista Unido de Venezuela ni del gobierno, son de Venezuela. La Comisión Técnica determinará en su evaluación con el CNE cuáles recursos va a requerir y en qué condiciones lo va a hacer. Tengo confianza en que la Comisión de Primaria está integrada por venezolanos distinguidos, honorables, preparados y yo voy a respetar las decisiones que ellos tomen. Y prepararnos para enfrentar al régimen el próximo año.
—¿Cómo se le explica a los venezolanos que se irá a unas presidenciales con un CNE de mayoría chavista y que ha sido acusado de fraudes electorales?
—Hay que enfrentar la realidad, y la realidad es que ahí están esos señores en el Poder Electoral. Lo otro es llamar a la abstención. Hay dos opciones: o nos vamos a la abstención o nos vamos a las elecciones. No significa que los venezolanos renunciemos a exigir nuestras garantías y derechos. Como dicen: a Dios rogando, y con el mazo dando. Vamos a exigir condiciones, pero con el objetivo claro: ir a las presidenciales. Que no aparezca debilidad de nadie en la elección, que se vaya a retirar. Ahí sí Maduro más rápido montará una fiesta, estará feliz de que nos retiremos y llamemos a la abstención. No hay que llamar a la abstención, vamos a votar.
—Regresemos a su plan de gobierno. Usted dijo recientemente que aplicaría en Venezuela medidas similares a las que ejecuta Nayib Bukele en El Salvador contra las pandillas para controlar la delincuencia. En las redes sociales lo señalaron de pretender la extensión del patrón de violación de los derechos humanos. Incluso compararon esas políticas con la Operación Liberación del Pueblo.
—Lo que yo he afirmado es que hay dos maneras de atender el problema de las bandas criminales. Una, aliados con ellas, que es lo que hace el gobierno de Maduro, que es aliado del Ejército de Liberación Nacional, que montó al Koki en la Cota 905, alimentó a Wilexis con las Zonas de Paz, al Tren de Aragua lo han amparado factores del gobierno. La otra manera es enfrentar completamente a las bandas criminales, que es lo que yo he dicho que ha hecho Bukele. Ahora, eso se puede hacer de manera adecuada, con una política de seguridad democrática que garantice el respeto de los derechos humanos de las personas que no están vinculadas al delito. Pero si usted va a llegar con que «voy a dialogar con el Tren de Aragua a ver si no secuestra más, con las bandas criminales que matan y extorsionan»… Cuando usted va para El Nula (Apure) y una familia le dice que los del ELN les fusilaron a los hijos en las puertas, yo quisiera saber si esperará que los traten (a los delincuentes) de una manera tranquila. Lo que quiero transmitir es que voy a ser un presidente que enfrentará con determinación a las bandas criminales, con respeto a los derechos de los inocentes.
—¿Cómo garantizará la justicia y la rendición de cuentas de los violadores de derechos humanos? ¿Contemplaría un puente de plata para los responsables?
—El presidente de la República tiene que llegar a resolver el problema de hambre, de pobreza, de salarios. Estoy proponiendo un cambio del modelo político, del sistema de justicia; planteando la eliminación de la reelección presidencial, el periodo de cinco años, la vuelta al Parlamento bicameral para que haya equilibrio de poderes, un nuevo sistema de justicia que tendrá que sancionar a quienes cometieron crímenes de lesa humanidad y a los corruptos. Pero el gobierno, si se dedica a una cacería de brujas, ¿quién se va a ocupar del salario, de la economía, y de la gente? El gobierno que voy a presidir se va a dedicar a gobernar, pero vamos a liderar un proceso de cambio político para el restablecimiento de las instituciones, que pueda cada una cumplir su papel. Recuerda que en cada democracia el presidente gobierna, el parlamento legisla y la justicia actúa. Yo no pretendo ser un presidente como Maduro que controla todo porque ese no es el objetivo de la democracia. Entonces, el sentido es el cambio del modelo político. Voy a trabajar muy duro para liderar un cambio en el modelo político, pero el gobierno que presidiré ejecutará la política y le corresponderá al nuevo Parlamento establecer un sistema de justicia independiente que evalúe y someta a la justicia a aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad y delitos de corrupción.
—Ahora bien, esos son sus proyectos, pero ¿qué ha hecho por Venezuela?
—He servido a Venezuela lealmente en la promoción de la democracia, en la promoción del desarrollo regional, fui un diputado que trabajó intensamente en el Parlamento, por ejemplo, por el tema del medioambiente, por la conservación de las cuencas hidrográficas, por el saneamiento ambiental de Venezuela. He sido un diputado que representó a su región y buscó proyectos de desarrollo, un político que como gobernador de un estado como Táchira trabajó por la unidad de la sociedad y promovió el desarrollo de importantes proyectos que han servido a muchas poblaciones dotándolas de agua, de salud, cuando mejoramos las escuelas, ayudamos a los jóvenes a estudiar, por las becas, mejoramos la vialidad. Es decir, el servicio que un hombre como yo le ha prestado al país está a la vista de todos y puede ser evaluado objetivamente.
—¿Qué debe prevalecer antes, durante y después de la primaria? ¿Reconocerá los resultados en caso de que no resulte electo y apoyará al ganador?
—Lo primero que tenemos que garantizar es el respeto hacia quienes estamos participando en este proceso. Yo he hecho mi mejor esfuerzo en contribuir con un debate propositivo, programático, que permita rescatar la dignidad de la política. Ustedes no me han escuchado a mí denigrando a ningún político. Siento que todos serán necesarios para derrotar a Maduro. Mi presencia en el debate público no tiene como objetivo imponer una hegemonía o un partido, eliminar a ningún actor político ni negarle su participación, al contrario, mi objetivo es unirlos a todos para que aporten sus cualidades, potencialidades, recursos humanos y materiales para rescatar a Venezuela. Y si yo tengo el respaldo ciudadano en la primaria haré mi mejor esfuerzo por unificar a la sociedad venezolana, pero si la sociedad venezolana elige a otra alternativa, estaré a la orden de esa alternativa y contribuiré con mis esfuerzos al logro de la victoria democrática en el país.
—Capriles es el precandidato de la oposición por Primero Justicia. ¿No le parece un riesgo que líderes inhabilitados políticamente participen en la primaria?
—Dejemos ese juicio en manos de los ciudadanos, que ellos sean los que valoren qué perfil quieren tener.
—Me refiero al riesgo que puede haber en que gane un candidato inhabilitado cuando ni siquiera hay garantías de que el chavismo levantará esa restricción.
—Estoy seguro de que todos esos elementos los vamos a ir poco a poco dilucidando en el diálogo entre nosotros. No quiero hacer juicios de valor que puedan interpretarse como lesivos a ninguno de los candidatos.
—Por cierto, ¿cómo se maneja con TikTok? Algunos de sus videos han tenido amplio alcance, con audios y formatos en tendencia.
—Es una herramienta de estos tiempos y cualquier instrumento lícito que tengamos a nuestra manos para promover el pensamiento y las ideas, pues, es válido usarlo. Cuando yo me inicié en política, cuando he hecho campañas, cuando fui candidato a diputado, gobernador, estas redes no existían con la difusión y la potencia que hoy en día tienen, pero no son suficientes para comunicarse con los ciudadanos. Una parte importante la recibe, me he encontrado en muchas partes de Venezuela gente que me ve por Facebook, que me ve por Instagram y en TikTok, que es la última red, que está de moda en los jóvenes. Me conocen los chamos en diversas ciudades, que me llaman por mi nombre, que me dicen que me han visto, padres de familia me dicen que sus hijos les hablan de mí porque me ven en TikTok. Pero, además de eso, no me limito solo a difundir mi pensamiento en las redes sociales, sino que estoy en carne y hueso en las comunidades, en los pueblos, en los barrios. He recorrido ya los 23 estados de Venezuela, estoy haciendo una segunda vuelta por el país invitando a la participación, ejerciendo una labor pedagógica de lo que significa la política de altura, de construcción, de esperanza y, en ese sentido, esperamos ofrecer una contribución a la motivación y a la participación de los ciudadanos.
*César Pérez Vivas, abogado egresado de la Universidad Católica Andrés Bello y docente universitario, fungió como diputado al Congreso de la República entre 1988 y 1998 y a la Asamblea Nacional entre 2000 y 2005. También ocupó el cargo de secretario general nacional del partido demócrata cristiano Copei. Desde 2013, luego de ejercer funciones públicas, se ha dedicado al rescate de la democracia en el Venezuela.
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