Los sectores políticos que adversan al gobierno de Nicolás Maduro ganaron 117 alcaldías en las elecciones municipales del pasado domingo 21 de noviembre. Esto representa un crecimiento importante de la oposición si se compara con los resultados obtenidos en los comicios de 2017, cuando obtuvo victorias solo en 29 municipios.
El analista político Michael Penfold dijo en Twitter que los resultados de las elecciones, en las que también se escogió a 23 gobernadores (19 del chavismo y 3 de la oposición, pues todavía está pendiente la confirmación de Barinas), pondrán a reflexionar a muchos dirigentes sobre la crisis de representatividad tan severa que afecta a toda la élite política del país. Afirmó que las noticias no son auspiciosas para la oposición, pero también son muy malas para el chavismo.
“En el agregado los resultados en números de votos, no de puestos, no fueron los más bajos que haya obtenido la oposición desde que Maduro llegó al poder, pero tampoco los más altos a su favor. Sin embargo, desde el punto de vista histórico, sí son los más bajos obtenidos por el chavismo”, señaló.
Oposición hubiese ganado en más estados
Penfold puntualizó que el alto abstencionismo afectó más al chavismo que a la oposición. Y afirmó que la dispersión del voto y la fragmentación partidista fueron el factor determinante que facilitó que el Partido Socialista Unido de Venezuela triunfara en los comicios. Aseguró que, con acuerdos, la oposición hubiese ganado en más estados.
El politólogo John Magdaleno se preguntó en Twitter qué habría ocurrido si los sectores antichavistas, que lograron aumentar el número de alcaldías ganadas con “semejantes niveles de desorganización y descoordinación”, hubiesen postulado a sus candidatos con un mejor desempeño.
“Un examen de los resultados comunica claramente que con mayor organización y coordinación estratégica, la oposición hubiera podido obtener entre 8 y 10 gobernaciones. ¡Cuánta falta hicieron unas primarias! Una tesis que sostengo desde 2010. Han pasado 11 años”, criticó el politólogo en la red social.
Agregó que los resultados pueden ser una evidencia más de la potencialidad de la elección como instrumento de movilización y de lucha. “Lo que el país demanda es una estrategia bien diseñada que nos asuma a los venezolanos como sujetos primordiales del cambio político. Basta de externalidades, lamentos y lloriqueos. Ni fuerza multinacional, ni golpe, ni extravagancias armadas. El cambio nos compete y llama”, expresó Magdaleno.
“La arrogancia corporativa no ayuda”
Dijo que, más allá de los números, debería quedar claro que “la arrogancia corporativa” no ayuda. Manifestó que no tiene sentido que los líderes opositores responsabilicen directamente a quienes no votaron en vez de estimular la reflexión colectiva sobre el valor del voto como instrumento de lucha cuando hay coordinación estratégica.
“Aún con una alta abstención el voto antichavista ganó el voto nacional. Eso ocurrió a pesar de que no votaron los venezolanos en el exterior. Si hubiesen podido votar, la participación hubiese sido mucho más alta comparada a los últimos comicios regionales y la diferencia aún mayor”, añadió Penfold.
Oposición ganó más en zonas intermedias
El analista señaló que 59 alcaldías las ganó la Mesa de la Unidad Democrática, más de lo que obtuvo en 2017 y 2013. Sin embargo, subrayó, solo logró tres ciudades capitales porque la oposición no tuvo liderazgos que movilizaran a la población en esos grandes centros urbanos. Ganó más en zonas intermedias, indicó.
“El chavismo, en cambio, perdió espacios en las zonas rurales y ciudades intermedias. Eso se explica por la mayor severidad de la crisis humanitaria, el colapso de servicios y la pandemia en esas zonas: chavistas descontentos, que se fueron del Partido Socialista Unido de Venezuela, se convirtieron en opositores”, afirmó Penfold.
“¿Por qué razón la oposición logró coordinar mejor a sus candidatos en las zonas rurales y en las ciudades intermedias que en los estados y las ciudades capitales? Todo apunta a que en las primeras se escogieron líderes con arraigo y las otras se fue por el reparto partidista”, agregó.
Penfold resaltó que la oposición, de haberse coordinado y de haber dejado a los mejores candidatos, habría tenido un triunfo rotundo. Señaló que las elecciones del domingo fueron las peores para el chavismo y que, en unas presidenciales, perdería por mucha diferencia.
“Claro que un régimen autoritario va a colocar obstáculos. Pero en la actualidad, cuando el régimen también experimenta desgaste y la presión internacional le incrementa los costos por violar garantías, las elecciones pueden funcionar como catalizador si se participa masivamente”, manifestó Magdaleno.