La violencia de género no discrimina. No conoce clase social, profesión, ideología ni edad. A veces es fácil de reconocer: golpes y moretones; otras, pasa desapercibida, se manifiesta a través de celos, amenazas, manipulación o insultos. Visibles o no, todos son signos de violencia y pueden derivar en su última forma de expresión: el femicidio.
Al día de hoy en Venezuela no hay cifras oficiales sobre el índice de femicidios. En 2016 el Ministerio Público presentó su último informe en el que reveló el número de asesinatos de mujeres por razones de género: 122 consumados y 57 frustrados. Por esta razón, organizaciones de periodistas y feministas se han dado a la tarea de monitorear y contabilizar los femicidios en el país, como es el caso de Contejo.info y Utopix.
Hasta el 31 de agosto, el equipo de cotejo.info ha contabilizado 172 asesinatos de mujeres, de los cuales 80 califican como femicidio de acuerdo con la Ley Orgánica por el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Mientras que Utopix ha registrado 217 hasta el 31 de octubre. Esto representa un aumento en el número de asesinatos de mujeres por razones de género en comparación con 2019, cuando estas organizaciones reflejaron un total de 107 y 167 femicidios, respectivamente. Ambas iniciativas basan sus cifras en la información que recogen de los medios de comunicación regionales y nacionales.
Según la ONU, el femicidio es el asesinato intencional de una mujer por el hecho de ser mujer. La mayoría de estos delitos son cometidos por una pareja actual o anterior de la víctima e incluyen maltrato repetido en el hogar, amenazas o intimidación, violencia sexual o situaciones en las que las mujeres tienen menos poder o menos recursos que su pareja.
Según el más reciente informe de Utopix, los meses con más casos de femicidios hasta ahora han sido diciembre y julio de 2019, con 21 y 20 casos, y enero de este año, con 34. Aimee Zambrano, investigadora, antropóloga y responsable del monitor de femicidios, explicó que, generalmente, en estos meses suele haber más asesinatos debido a las fiestas decembrinas y, luego, a la reducción de ingresos económicos en el primer mes del año.
“El consumo de alcohol durante las fiestas hizo que hubiera un aumento, porque es un detonador de violencia donde ya existía. ¿Qué vemos en enero? Es un mes en el que la entrada de dinero se acorta de golpe porque muchos de los espacios de trabajo están cerrados, como las fábricas, lo que genera una especie de depresión. Pensando en el perfil del agresor, que es un hombre con ese mandato patriarcal machista de que es el proveedor, al no tener acceso al dinero termina emprendiendo la violencia contra los niños, niñas y adolescentes o las mujeres en el hogar”, dice Zambrano.
Los estados con más femicidios en 2019 fueron Miranda y Zulia, con 22 y 25. Mientras que las entidades con más asesinatos de mujeres este año, hasta ahora, han sido Distrito capital y Miranda, con 24 y 21 respectivamente. El rango de edad varía; sin embargo, el año pasado la mayoría de las víctimas de femicidios tenían entre 21 y 35 años, según datos de Utopix.
Sobre el aumento de los femicidios este año, son varios los factores que inciden y a los que se les sumó la situación cuarentena. Magdymar León, coordinadora de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), explica que las debilidades en el sistema de justicia venezolano, como la impunidad, es uno de ellos. “En un trabajo que realizó Avesa junto con otras organizaciones, presentado en el informe Mujeres al límite de 2017, hicimos una revisión en los casos reportados por el Ministerio Público hasta 2016 y encontramos que, del total de casos denunciados, menos del 1% llegaba a juicio. ¿Qué quiere decir eso? 99% de los casos quedaban sin investigación y sin acceso a un juicio “, indica.
A principios de noviembre, Mary Mora, diputada a la Asamblea Nacional por el estado Mérida, denunció que Venezuela está entre los primeros 15 países con más asesinatos de mujeres por razones de género. “En el primer trimestre de este año ocurrieron 105 casos de femicidio que se conocieron extraoficialmente porque el régimen no lleva un registro”, dijo en ese entonces.
El panorama en el resto de la región no es diferente. En Bolivia 83 mujeres fueron asesinadas entre enero y agosto de 2020, en Argentina hubo al menos 28 femicidios durante los primeros 40 días de confinamiento. El Observatorio de Feminicidios en Colombia, por su parte, ha reportado que 445 mujeres han sido asesinadas hasta septiembre de este año.
En México, el Observatorio de Feminicidios ha reportado 724 feminicidios hasta el mes de septiembre. La Defensoría del Pueblo de Perú reconoció hasta octubre 100 casos de feminicidios oficialmente y otras 45 muertes violentas de mujeres que están en estudio.
Violencia en cuarentena
No se puede hablar de femicidio sin mencionar la violencia de género, pues es lo que antecede a los asesinatos. En Venezuela, desde que se decretaron las medidas de confinamiento en marzo, cientos de mujeres se han visto forzadas a convivir con sus agresores por más tiempo y sin posibilidades de escapar de esa realidad. De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas, al menos 35% de las mujeres en el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental.
Desde que empezó el confinamiento, varias organizaciones que antes de la pandemia ofrecían apoyo presencial a las víctimas de violencia de género decidieron abrir sus líneas telefónicas. Entre ellas el colectivo feminista Tinta Violeta y Avesa, en Caracas, la ONG No permitas malos tratos (Carabobo) y la Fundación Nueva Mujer Margarita (Nueva Esparta). En algunas hubo un aumento en el número de casos por atender, mientras que en otras disminuyó.
Daniella Inojosa, coordinadora del colectivo feminista Tinta Violeta, indica que desde marzo hasta octubre han atendido 478 casos, aproximadamente. “Abrimos nuestras líneas telefónicas porque pensamos que estar confinadas con el agresor iba a generar una ola de violencia. Ofrecemos asesoría legal, contención emocional y hacemos derivaciones a otras organizaciones”, dice.
Magdymar León explica que Avesa contaba con un servicio de atención psicológica presencial, pero tuvo que cerrar en 2015 por falta de financiamiento. Ahora, durante la pandemia, abrieron una línea de atención psicológica.
En Carabobo, Mayela Carrillo, directora de la ONG No permitas malos tratos, señala que desde marzo ha habido un aumento en el número de casos diarios que atienden. “Yo recibo a diario, mínimo, cuatro llamadas para asesoramiento. De esas cuatro dos pueden ser víctimas de violencia y las otras de familiares o vecinos de esas víctimas”, dice. Cristina Conti, directora de la Fundación Nueva Mujer Margarita (Nueva Esparta), indica que el número de casos que reciben disminuyó considerablemente. Este año solo han atendido 64 personas en comparación con las 120 de 2019. “Esto, obviamente, no se debe a que los casos de violencia de género hayan disminuido, si no a que la víctima no tiene la misma facilidad para acceder a nuestros servicios”, asegura.
Las representantes Tinta Violeta, No permitas malos tratos y Fundación Nueva Mujer Margarita coinciden en que el tipo de violencia que más se ha reportado en estos meses, además de la física, es la psicológica. “Antes de 2020 las personas acudían a nosotras cuando ya la agresión había ocurrido, lo que ha hecho la cuarentena es que la mujeres detecten la violencia psicológica, en nuestra experiencia”, dice Carrillo, de No permitas malos tratos.
Impunidad y falta de sensibilización
Aunque en el país hay muchas instancias a las que puede acudir una mujer víctima de violencia de género, como ONG que canalizan denuncias, la Fiscalía o las policías municipales, en muchas ocasiones no hay respuesta inmediata y efectiva, explica Milagro Rengifo, abogada especialista en derecho penal y derechos humanos.
“¿Sabes por qué se han notificado tantos femicidios? Porque no hay respuesta efectiva. El agresor ve todo y dice ‘esto es pura pacotilla. Me llaman, me ponen unas medidas y no me importa’. Tengo un caso de una mujer que el esposo la agredió sexualmente y la botó de la casa, con sus dos hijos, en mayo y todavía están en la calle. Pedimos la revisión de medidas y todavía la jueza no se ha pronunciado”, dice Rengifo.
Agrega: “Al hombre le dictaron medidas el 15 de mayo y, al poco tiempo, le mandó 250 mensajes amenazantes. No le importa porque no hay efectividad de que se exija el cumplimiento (de las leyes)”.
Rengifo comenta que hay casos peores en los que hay abuso de poder porque el agresor es militar, como es el de otra de las víctimas de violencia de género que asesora. En 2016 ella denunció a su esposo, Mayor de la Guardia Nacional, por agresión; sin embargo, han pasado cuatro años y no ha obtenido respuestas. “Él viola la audiencia o se suspende”, dice la víctima.
Los casos de violencia de género en el país sobrepasan la capacidad de los órganos encargados de atender las denuncias, pues de lo contrario las organizaciones feministas no recibirían tantas víctimas en busca de ayuda, considera Daniella Inojosa, de Tinta Violeta. “Nosotras no creemos que sea una política de Estado, pero sí hay algo que no se ha hecho y que permite que esto pase. No hay una campaña nacional en la que se haya asumido la necesidad del cambio cultural contra la violencia”, dice.
La falta de sensibilización entre los funcionarios que reciben las denuncias es un problema grave. Muchos no conocen los 21 tipos de violencia que tipifica la Ley Orgánica por el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en su Artículo N°15, como la psicológica, patrimonial, económica, entre otras. Esto generalmente deriva en un proceso de revictimización, pues al existir un desconocimiento de la ley no se toman las medidas de protección.
“El femicidio son crímenes que se pueden prevenir. Muchas veces, cuando las mujeres hacen la denuncia, terminan siendo revictimizadas. Esto pasa porque falta formación en los cuerpos policiales. Por ejemplo, a veces los funcionarios quieren mediar entre el agresor y la sobreviviente de violencia, y eso no se puede hacer. En otras oportunidades, hacen mal el expediente o no lo hacen. Todo esto revictimiza a las mujeres”, explica Aimee Zambrano.
En los casos de violencia de género la ley no se cumple a cabalidad -dice Zambrano- a menos que el caso sea muy mediático. “Si un hombre es agarrado en flagrancia tiene que ir preso y eso no pasa. Solo ocurre cuando se arma un escándalo. Hay que buscar apoyo en las redes de mujeres para viralizar las campañas. Cuando eso ocurre el Estado sí se mueve, porque no quiere rallarse. Son alternativas que se toman pero que no deberían ser, porque lo ideal es seguir todo el proceso que indica la ley”, afirma.
Magdymar León señala que en Venezuela no existe un plan de respuesta a la violencia contra la mujer que contemple educación, prevención y formación de funcionarios públicos. “Estos serían todos los elementos que faltan para combatir el problema. Es cierto que puedes encontrar funcionarios sensibilizados, pero no hay un programa permanente que garantice que todos estén debidamente formados”, explica la coordinadora de Avesa.
Plan de acción y redes de apoyo
Aunque los organismos receptores de denuncias no le brinden a las víctimas de violencia de género respuesta inmediata, siempre se debe denunciar e insistir para que se cumpla la ley. “No hay que quitarle la esperanza a las víctimas. Sin embargo, se necesita que se desarrollen proyectos para que se cumpla la ley y que existan ayudas económicas para las víctimas”, dice Rengifo.
Planificar la denuncia e identificar los apoyos es de vital importancia, asegura León. “Hay que exigir al Estado que cumpla con su obligación, pero no hacerlo de manera ingenua. Es decir, hay que prepararse para poner la denuncia e ir desarrollando otras medidas de seguridad y protección personal, y otras alternativas para colocar un límite a la violencia”, señala.
Aunque cada situación tiene sus particularidades, es de vital importancia que las víctimas refuercen sus redes de apoyo, planifiquen hacer la denuncia, actúen cuando identifiquen los primeros signos de violencia y no esperen a que esta aumente, recomienda la coordinadora de Avesa. “Aquí es cuando las personas del contexto cobran importancia. Puede ser que, por ejemplo, vivo con mi pareja, una persona agresora, y me pueda ir a casa algún familiar o que alguno pueda venir a vivir conmigo. También que los vecinos, ante cualquier situación, puedan intervenir o que la víctima pueda toma previsiones y reunir algún dinero para salir de casa”, dice.
Escapar de la violencia no es fácil y tampoco es algo que se debe forzar. “Muchas veces las mujeres no salen de una situación así por miedo. Los agresores las amenazan con quitarle los hijos, hacerle daño a su familia o a ellos mismos. Hay que entender que los hombres a los que muchas se enfrentan son sus parejas, con las que han compartido la mayor de las intimidades. Yo le recomiendo a todas las personas que están alrededor que se hagan responsables e intenten tenderles la mano, quizá a la primera no la toma una mujer en situación de violencia pero, tal vez, la segunda o la tercera sí, y puede que le estés salvando la vida. No abandonemos a estas mujeres”, pide Daniella Inojosa.
Cómo prevenir los femicidios
La única forma de evitar los femicidios es previniendo la violencia de género. ¿Cómo se logra esto? Educando en igualdad de derechos, tanto a hombres como a mujeres, explica Magdymar León, coordinadora de Avesa. “Es importante entender que la violencia es inaceptable en cualquiera de sus manifestaciones”, indica.
Aunque el mayor peso para combatir la violencia contra las mujeres recae sobre el Estado, todas las personas son corresponsables en esta lucha. “Debemos tomar conciencia y reeducarnos a nosotros mismos o educar a las personas que están en nuestro contexto y marcar un rechazo contundente a este tipo de manifestaciones”, dice León.
Aimee Zambrano asegura que la familia desempeña un rol importante en este proceso de educación. “Existe la prevención primaria, que va dirigida al tema educativo y pasa por hablar de la distribución de roles en el hogar. Por ejemplo, las tareas de la casa no es solo de mujeres, es una tarea de todos”, explica.
Prevenir la violencia de género es una responsabilidad de hombres y mujeres. Mientras más personas se involucren, entiendan y se sensibilicen en esta lucha a través de la educación habrá más oportunidades para reducir los índices de femicidio. “Nosotras tenemos un lema que está inspirado en la feminista venezolana Evangelina García Prince, que falleció el año pasado. Dice: ‘Tu voz es tu poder’. Yo creo que ese es un mensaje muy poderoso para las mujeres. Guardar silencio ante la violencia genera más agresiones, hablar y expresar tiene poder, úsenlo. Acudan a los servicios de ayuda, pidan orientación para salir de esta situación”, finaliza León.
¿Dónde buscar apoyo?
- Línea PsicoApoyo Por Nosotras (apoyo psicológico) – 0212-4145114 atención de martes a sábado, de 8:00 am a 8:00 pm.
- Tinta Violeta (apoyo psicolegal) – 0416-6358486 (Atención 24 horas) / 0424-1527105 (llamadas) y 0412-6154839 (WhatsApp), de 6:00 am a 10:00 pm / entintavioleta@gmail.com.
- Dilo Aquí (asesoría legal Transparencia Venezuela) – 0424-1981060 atención lunes a sábado, de 8:00 am a 5:00 pm / denuncia@transparencia.org.ve.
- ONG No permitas malos tratos (apoyo psicolegal – Carabobo) – 0412-4788538.
- Fundación Nueva Mujer Margarita (apoyo psicolegal – Nueva Esparta) – 0416-8962740.
La asistencia es gratuita.