El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este miércoles que Latinoamérica no es el patio trasero de su país, sino el delantero. Y afirmó pasar mucho tiempo tratando la política exterior hacia esos países, pero sobre todo enfocado en el tema de Venezuela.
Biden sobre Maduro
El mandatario estadounidense dijo que actualmente está pasando mucho tiempo «hablando y tratando» en lo que se refiere a la política hacia Nicolás Maduro, a quien calificó de «dictador».
Y apuntó que de la misma manera está dedicando tiempo a Chile y a Argentina, aunque matizó: «Estos no son lo mismo que Venezuela».
Latinoamérica
«Solíamos hablar cuando era un joven en la universidad del patio trasero de Estados Unidos, pero no es el patio trasero, creo que al sur de la frontera con México es el patio delantero de Estados Unidos. Somos gente igual». Así lo dijo Biden en una rueda de prensa con motivo de su primer año en el poder, que se cumple el jueves.
Aseguró que Washington no dicta lo que ocurre en otras partes del continente.
«El problema que tenemos son las grandes dificultades para compensar los errores que cometimos en los últimos cuatro años, y llevará algún tiempo», apuntó.
No obstante, Biden no respondió a la pregunta de un periodista sobre cuándo iba a visitar Latinoamérica.
Por otro lado, Biden arremetió contra su predecesor Donald Trump (2017-2021), sin mencionar su nombre, por «el gran daño» que causó a la región por su política exterior.
Destacó que una de las medidas que adoptó el nuevo gobierno fue celebrar una cumbre de las democracias, aunque a esa cita no fueron invitados algunos países de Centroamérica.
Inmigración
Biden también habló de inmigración y apuntó que la gente abandona sus hogares en Centroamérica para dirigirse a Estados Unidos porque «tienen problemas reales».
A ese respecto habló de sus logros cuando fue vicepresidente de Barack Obama (2009-2017) y recordó que trabajó para proporcionar miles de millones de dólares a las naciones emisoras de migrantes.
Por el momento, Biden no ha logrado impulsar una gran reforma migratoria, como había prometido, por las ajustadas mayorías demócratas en el Congreso.
Además, en los primeros meses de su administración se encontró con una crisis en la frontera con la llegada de números récord de indocumentados.