El principal elemento que mantiene a Nicolás Maduro en el poder es la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, coinciden analistas.
Pese a los múltiples esfuerzos emprendidos por el gobierno de Estados Unidos de presionar para un cambio político en Venezuela, el líder socialista sigue atrincherado en el Palacio de Miraflores.
Carlos Romero Méndez, doctor en Ciencias Políticas, indicó a El Nacional que eso se debe a cuatro elementos: el primero es el respaldo mayoritario de la FANB; luego están sus aliados internacionales como Rusia, China, Turquía o Cuba; después se encuentra su control sobre la institucionalidad del país, y, por último, se ubica el apoyo popular, pese a que ha disminuido considerablemente, todavía se mantiene alrededor de 30%.
El politólogo enfatizó que Maduro emplea esos cuatros activos para enfrentarse contra los que esperan un quiebre dentro de su régimen y en la FANB o que apuestan porque el sector popular que lo apoya le dé la espalda y, además, pierda el poco respaldo internacional que le queda.
«Con estos cuatro elementos se equilibra frente a una amenaza tanto externa como interna, porque hay un sector de la oposición que dice que es gobierno. Es decir, hay una dualidad de poder«, expresó.
Romero Méndez explicó que el apoyo popular representa una amenaza interna por la situación económica que afronta la nación. También teme una crisis de Estado ante posibles fisuras o división entre la dirigencia oficialista.
A su vez, precisó que el respaldo internacional que Maduro mantiene puede verse todavía más reducido por la presión de Estados Unidos contra sus aliados al amenazar con sanciones a los que comercien o lo defiendan.
No obstante, destacó que hasta el momento Maduro conserva esos cuatros poderes que justifican por qué sigue en el poder.
El diplomático Milos Alcalay coincidió en que el poder militar e institucional es el sostén de Maduro en el poder. Sin embargo, aseguró que el régimen también se ha aferrado a Miraflores al jugar con falsos diálogos o criminalizar a terceros por sus fracasos.
«De manera que las advertencias internacionales, las sanciones, las resoluciones y la presión no son suficientes. Todo es en vano cuando no hay una verdadera voluntad de buscar soluciones«, recalcó.
¿Qué tan factible es la propuesta de Estados Unidos?
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, presentó el martes el plan llamado Marco Democrático para Venezuela. Esta propuesta involucraría la integración de un Consejo de Estado de cinco miembros que gobernaría hasta las elecciones presidenciales y parlamentarias. Esos procesos comiciales podrían celebrarse en un lapso calculado de 6 a 12 meses.
Esa iniciativa no involucraría la participación de Nicolás Maduro ni de Juan Guaidó, quienes deben hacerse a un lado y ceder el poder a ese consejo cuyos miembros no podrían ser del Parlamento o del Poder Judicial.
Romero Méndez afirmó que esa propuesta llegó a destiempo, además, a su juicio, no es una negociación, sino un ultimátum. Aclaró, no obstante, que ya Maduro expresó su repudio hacia el Marco Democrático para Venezuela.
«No podemos confundir la enfermedad con la receta, la enfermedad con el remedio; la medicina que Estados Unidos está planteando, ya de entrada, tranca la posibilidad de negociación porque para bailar tango se necesitan dos. Estamos viendo una escalada de posiciones coercitivas», manifestó.
Por su parte, Alcalay subrayó que ese plan se ha venido replicando en diferentes modalidades y formas, con el fin de que en Venezuela haya una transición pacífica.
«Se ha propuesto, entre otras cosas, por los propios actores políticos venezolanos. Guaidó lo ha señalado como un gobierno de emergencia nacional, la Unión Europea como un mecanismo de solución para ir a las elecciones presidenciales; lo mismo ha sucedido con otras organizaciones como la OEA», precisó.
El ex viceministro de Relaciones Exteriores aclaró que la iniciativa de Estados Unidos cobra vigencia en estos momentos debido a que el régimen ha enviado comunicaciones a los gobiernos del mundo, en las que señala que la crisis venezolana es culpa de las sanciones y pide que sean levantadas.
«Entonces, Estados Unidos responde a los presidentes del mundo señalando que están dispuestos a eliminar las sanciones, pero al mismo tiempo que se busca un mecanismo de solución que cambie las reglas del juego de un poder que no quiere escuchar, aparte de los otros actores políticos, económicos y sociales del país; se quiere encontrar una solución, llámese de emergencia a través del Consejo de Estado, de salvación nacional o transición, una resolución a este callejón sin salida en el que estamos», argumentó.
El Marco Democrático para Venezuela también propone que un miembro de la FANB se desempeñe como asesor militar de ese posible Consejo de Estado. Aunado a ello, en el caso de que se integrara, el gobierno de Donald Trump estaría dispuesto a retirar las sanciones contra integrantes castrenses.
«Al mencionar a los militares es reconocer un tema fundamental de que las Fuerzas Armadas tienen que formar parte de esa búsqueda de resoluciones para que podamos tener elecciones libres. Además, tengamos una solución a esa especie de conflicto permanente por el bien de los ciudadanos venezolanos que, en definitiva, son los que más sufren», concluyó.