Funcionarios de seguridad venezolanos prometieron a Leonard Glenn Francis, alias Fat Leonard, que lo liberarían de la custodia para recibir tratamiento médico y obtendría su libertad total para fin de año, de acuerdo con el abogado de quien es señalado como el autor de uno de los mayores escándalos de corrupción en la historia de la Marina de Estados Unidos.
Sin embargo, al parecer todo fue una artimaña urdida por funcionarios de seguridad venezolanos para que Francis no impugnara legalmente su transferencia a la custodia de Estados Unidos, ya que estaba planteada su extradición como parte de un intercambio de prisioneros entre los dos países.
El miércoles, en lugar de salir libre, funcionarios venezolanos metieron a Fat Leonard, de 59 años de edad, en un pequeño avión y lo llevaron desde Caracas a la pequeña isla caribeña de Canouan, parte de San Vicente y las Granadinas. Allí, junto con 10 estadounidenses que habían estado prisioneros en Venezuela, fue entregado a funcionarios estadounidenses a cambio de Alex Saab, señalado como testaferro de Nicolás Maduro.
Las autoridades estadounidenses transportaron a Francis a Miami, donde permaneció encerrado en una prisión federal el jueves, según dijo el portavoz de la Oficina de Prisiones a The Washington Post.
En los próximos días, se espera que el contratista de defensa de Malasia sea trasladado a San Diego para que finalmente pueda ser sentenciado (nueve años después de que se declaró culpable de cargos federales de soborno y fraude) por planear el caso de corrupción más extenso en la historia militar de Estados Unidos.
Marco Rodríguez-Acosta, un abogado venezolano que representa a Francis, dijo que su cliente cambió repentinamente de opinión en las últimas semanas sobre su estrategia legal para ganar su libertad.
El abogado indicó que alias Fat Leonard le ordenó el mes pasado que abandonara los esfuerzos planeados desde hacía mucho tiempo para presentar una petición legal para su liberación de la custodia venezolana, aparentemente porque alguien lo había convencido de que estaba a punto de ser liberado a través de canales informales.
Aseguró que los funcionarios venezolanos no le notificaron legalmente a él ni a Francis sobre la transferencia pendiente del fugitivo ni le dieron la oportunidad de impugnarla ante los tribunales.
Francisco fue detenido por las autoridades venezolanas en Caracas en septiembre de 2022 mediante una notificación roja de Interpol, 16 días después de que escapó de su arresto domiciliario en San Diego cortándose un monitor GPS en el tobillo y huyendo a México.
Permaneció en prisión en Caracas hasta esta semana, debido a que las autoridades estadounidenses no pudieron solicitar formalmente su extradición a Venezuela porque Washington no tiene relaciones diplomáticas con el gobierno de Nicolás Maduro.