El canciller Jorge Arreaza destacó este viernes que el Consejo Nacional Electoral (CNE) que fue elegido el martes por la Asamblea Nacional de 2020, de amplia mayoría chavista, fue «bien recibido» por los «gobiernos del mundo».
«El nuevo CNE fue producto de un sincero ejercicio de diálogo político por la reconciliación. Fue bien recibido por el pueblo, gobiernos del mundo y diversos actores nacionales e internacionales. Esperamos que el intervencionismo realmente cese y no obstruya nuestra ruta de paz», escribió Arreaza en su cuenta de Twitter.
El ente electoral fue elegido por la Asamblea Nacional, en la que 92% de los asientos están ocupados por oficialistas. Está compuesto por tres chavistas, Pedro Calzadilla, Tania D’Amelio y Alexis Corredor, así como por dos opositores, Enrique Márquez y Roberto Picón.
Reacciones sobre el nuevo CNE
Tras su elección, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos han mostrado posiciones que suponen un cambio significativo en la visión que ambos tenían sobre el ente electoral saliente, al que criticaron en repetidas ocasiones por haber sido designado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y no por el Parlamento, así como por su composición.
La UE destacó que la designación del nuevo CNE es «un primer paso» en el camino hacia un proceso electoral «creíble, inclusivo y transparente» en el país, aunque -precisó- seguirá evaluando el desarrollo y el desempeño.
Por su parte, la subsecretaria interina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE UU, Julie Chung, sostuvo que su país apoya «una solución integral y negociada» a la crisis en Venezuela.
Esa solución, considera, ha de abordar todos los aspectos para que se den las condiciones de unas «elecciones libres y justas».
El Grupo de Lima, cuyo objetivo desde su creación en 2017 es buscar una salida pacífica a la crisis de Venezuela y que suele criticar las decisiones adoptadas en el país, ha guardado silencio en esta ocasión.
La única voz discordante ha sido la de la Organización de Estados Americanos (OEA), que mantiene la misma postura de rechazo que tenía con el órgano electoral anterior.