Jorge Alfredo Silva Cardona ha tenido mucho que celebrar en 2024. En un solo año se casó con una Miss Venezuela, anunció la dulce espera por su primer hijo y también se hizo socio de la petrolera estatal Pdvsa. Nada mal para un exmiembro de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que todavía en 2013 se desempeñaba como un técnico administrativo del Sistema Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), el ente del Estado venezolano que se encarga de recaudar aranceles e impuestos.
Como dueño del Deportivo Táchira, el club más tradicional y laureado en la liga venezolana de fútbol profesional, Silva hizo uso de sus prerrogativas: en enero, pidió la mano de su novia en el Polideportivo de Pueblo Nuevo en San Cristóbal, capital del Estado Táchira, fronterizo con Colombia. Su prometida, Sthefany Gutiérrez, Miss Venezuela 2017 y segunda finalista del Miss Universo de 2018, respondió afirmativamente. Ese día no había juego. Pero la Avalancha Sur, como es conocida la barra brava del equipo, se presentó en el estadio y aparcó un momento sus pasiones futboleras para desplegar desde la tribuna una gigantografía que, junto al escudo de la oncena aurinegra, exhibía una pregunta: “¿Te quieres casar conmigo?”.
@artistasjuvenilesMiss Venezuela 2017, Sthefany Gutiérrez (@sthefanygutierrez1) se casará con Jorge Silva, un empresario criollo y Presidente del Deportivo Táchira 💍⚽️ Gutiérrez y Silva hicieron público su romance en el año 2019. Cuatro años después, se comprometieron❤️ A través de las stories de su Instagram, compartió un vídeo donde, se muestra cómo entraron al campo de juego con junto a su prometido con los ojos cerrados. “¿Te quieres casar conmigo?”, fue la frase que se leía desde las gradas sostenida por los aficionados asistentes, mientras, el empresario se arrodilló para ofrecerle el anillo😍 La respuesta de la segunda finalista del Miss Universo 2018 fue afirmativa. “Por toda una vida contigo mi 10 ❤️escribió. Fuente: @venezolanisimotv
Luego del sí, la pareja saltó en julio de la cancha a Pampatar, en la nororiental isla de Margarita, para celebrar su boda. La fiesta estuvo amenizada por el cantante colombiano Silvestre Dangond.
Y apenas dos meses después, a mediados de septiembre, anunció que esperaba su primer hijo.
Pero antes, el 15 de mayo pasado, Pdvsa había dado a conocer la fundación de la empresa mixta Petrolera Roraima, cuya constitución fue aprobada el mes anterior por la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista.
Aunque el anuncio vino acompañado con menos fanfarria que los eventos que condujeron al cambio de estado civil de Silva, tampoco parecía ocultar nada. Roraima se aprestaba a iniciar operaciones el mismo mes en la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez, un inmenso reservorio de crudos extrapesados en el oriente del país, sobre campos petroleros que hasta 2007 estuvieron asignados a ConocoPhilips. Pdvsa informó además que el Estado venezolano iba a detentar 51% de las acciones. El restante 49% quedaría bajo control de la novel compañía A&B Oil and Gas, una empresa privada de la que Jorge Alfredo Silva Cardona, el sonriente novio de entonces,
“Jorge Silva decidió dar un salto desde el sector agroindustrial y deportivo hacia el área de los recursos naturales”, explicaba el boletín de la petrolera estatal, “busca aportar al crecimiento del país, apostando a una de las industrias más importantes de Venezuela, y buscando atraer capitales nacionales o extranjeros que quieran sumarse a este ambicioso proyecto”.
En efecto: así como Silva pareció no preocuparse por la sombra de las sanciones que, si bien atenuadas o suspendidas, aún se ciernen sobre Pdvsa, a esta última tampoco pareció importarle que su nuevo socio no contara con experiencia alguna en la actividad petrolera.
Antes de ser dueño del Deportivo Táchira, Silva ganó fortuna y perfil de magnate por su actividad al frente del Grupo Empresarial JHS, un proveedor y distribuidor al servicio del gobierno. El holding nació en 2013 y muy pronto, en 2015, se convirtió en la contraparte en Venezuela del gigante brasileño JBS, el mayor productor de carne en el mundo, sirviéndole como empacador y proveedor de facilidades de refrigeración. Fue Diosdado Cabello, el considerado número dos del chavismo, actual Ministro de Interior y Justicia, quien en persona se ocupó de hacerle seguimiento en Brasil a un contrato por 2.000 millones de dólares firmado entre el Estado venezolano y JBS para el suministro de carne, pollo y productos lácteos a la estatal Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA),
Pero con Cabello no se agotaron las relaciones de Silva con la alta jerarquía chavista. Ni sus posibilidades de negocio.
Por Marcos David Valverde. Más detalles en Armando.info.