Cuando el fiscal general nombrado por la Constituyente chavista de 2018 y recientemente ratificado, Tarek William Saab, aseguró solemne que el sistema de transmisión de los votos de la elección presidencial del 28 de julio había sido blanco de un “ataque [cibernético] realizado desde Macedonia del Norte”, pocos venezolanos podían ubicar al país balcánico en el mapamundi. Sin mayores relaciones bilaterales, con ambas naciones separadas por más de 8.000 kilómetros y una balanza comercial intrascendente, la versión de Saab, que se prestó a burlas en las redes sociales, sugería una conexión entre Venezuela y Macedonia del Norte que, a la postre y a falta de pruebas, resultó infundada.
Pero eso no quería decir que no hubiera una conexión binacional. Si bien desconocida hasta 2021, esta fue muy real y sigue siendo objeto de averiguaciones. A finales de 2021 en Skopje, la capital macedonia, el banco Eurostandard Bank, propiedad de dos fondos del cantón de Lugano, en la zona italohablante de Suiza, se declaró en bancarrota. La quiebra dejó a casi 140.000 clientes en la ruina. De aquel terremoto financiero, tan lejano e inadvertido para los venezolanos, surgieron inesperadas pistas de negociados con Pdvsa, la estatal petrolera que el régimen bolivariano ha usado como una «cash cow» a la que ordeña hasta dejarla seca.
Una auditoría independiente que la firma eslovena R.U.R Consulting realizó para analizar las causas de la quiebra del banco, publicada en abril de 2022, destacó que el Eurostandard Bank se condenó a sí mismo con su participación en un “plan ilegal de préstamos” en el que también actuaron otras entidades financieras y empresas macedonias durante casi dos décadas. En ese esquema, según los auditores, unas empresas intermediarias servían para canalizar préstamos a otras que no calificaban por los estándares bancarios para obtenerlos de manera regular. Concluye el documento que, ante el impago de los créditos otorgados a esas empresas previsiblemente morosas, el sistema se descontroló y provocó grandes pérdidas en los bancos, hiriendo de muerte al Eurostandard Bank.
Al margen de esos hallazgos generales, una nota a pie de página del informe llamó la atención: mientras en los tres primeros trimestres de 2019 el Eurostandard Bank se despeñaba a la quiebra, “clientes de Venezuela” habían depositado 110 millones de euros a través en cuentas del banco, de los que unos 10 millones fueron entregados en préstamos a los “clientes más expuestos del banco”.
El informe no ofrece más detalles al respecto, como tampoco aclara cómo estas transacciones se relacionaron con el esquema de préstamos o qué papel jugaron en la quiebra del banco, pero su autor, Drago Kos, dijo en una entrevista de 2022 con la prensa local que los 110 millones depositados por los venezolanos entonces anónimos parecían haber sido en su oportunidad “absolutamente necesarios para que el Eurostandard Bank siguiera vivo”. Pero ahora una investigación, adelantada en conjunto por Armando.info, el Proyecto de Reportería sobre el Crimen Organizado y la Corrupción (Occrp, por sus siglas en inglés) y el Investigative Reporting Lab (IRL) de Macedonia del Norte, permite comprobar que esos clientes venezolanos fueron 11, de los que cinco eran contratistas de Pdvsa y uno un ex alto funcionario de la junta directiva de la petrolera, ahora en prisión en Caracas.
Por Valentina Lares
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