La noche del 12 de febrero de 2024, 38.000 seguidores de Luis Miguel se congregaron en las inmediaciones del Estadio Monumental Simón Bolívar de Caracas para asistir al concierto del cantante mexicano, quien no ofrecía recitales en Venezuela desde 2013.
La organización del evento no estuvo exenta de polémica. La velada quedó marcada por contratiempos relacionados con el ineficiente acceso del público al estadio, cobros de coimas en las filas por parte de funcionarios policiales para acelerar la entrada de los asistentes y denuncias de sobreprecios en alimentos y bebidas.
El malestar colectivo de los asistentes se expresó esa misma noche y al día siguiente en redes sociales. En contraste con el aplauso general por la actuación de Luis Miguel, la desorganización fue un punto flaco a destacar. La empresa promotora del concierto, Invershow 0507, C.A., pese a las quejas multiplicadas, no emitió ningún pronunciamiento.
El silencio de Invershow en este caso reproduce la estrategia rutinaria de su propietario, Pedro Fritz Morejón Carrillo, para evadir el escrutinio de la opinión pública. Morejón, exdiputado del chavismo y exministro de Economía Comunal y de Turismo durante los gobiernos de Hugo Chávez, fundó Invershow apenas meses después de dejar su cartera ministerial en 2009. A 15 años de eso, todavía es difícil encontrar su nombre en esa estructura empresarial.
Por MARCOS DAVID VALVERDE
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