El analista Moisés Naím considera que “Antonio Ledezma es un político que entiende bien la naturaleza del problema climático, sus consecuencias y la necesidad de tener un país organizado para mitigar riesgos, fortalecer las defensas y adaptar a la sociedad al nuevo mundo que esta recién naciendo. Ledezma -asegura- también nos sorprende con sus interesantes ideas acerca de un futuro donde el cambio climático ayuda a Venezuela”.
Los comentarios de Naím se dan a propósito del nuevo libro de Antonio Ledezma, Venezuela, Política y Ambiente, en el que el exalcalde venezolano ahora en el exilio, en donde fue laureado con los premios Sajarov y Cortes de Cádiz, se pasea por los temas relacionados con la transición energética que tiene su epicentro en la cumbre de la Tierra, celebrada en París en 2015. Ledezma es un político formado en la cuarta República que se ha reinventado para mantenerse a tono con las nuevas realidades y, tal como lo asevera Naim, “este es un libro de obligatoria lectura para los interesados en entender como pensar y actuar en mundo muy distinto al cual hemos vivido hasta ahora”.
Ledezma contó que inició su activismo político cuando apenas contaba 13 años de edad. Y ya en esa adolescencia recibía cursos de formación política, uno de ellos fue organizado por Rafael Marín, en San Juan de Los Morros, para analizar la célebre obra de Rómulo Betancourt Venezuela, Política y Petróleo. “Me marco definitivamente, y siempre abrigue el sueño de escribir un ensayo inspirado en el fundador del partido en el que milité por varias décadas”, dice Ledezma sobre ese evento.
Fue así como despunta una ininterrumpida carrera política que le ha permitido ser legislador, diputado y senador de la República, gobernador y alcalde de Caracas, y actualmente coordinador del Consejo Político Internacional que trabaja para la campaña que lidera María Corina Machado para impulsar el triunfo electoral de Edmundo Gonzalez Urrutia, tarea que alterna con su papel de director del Observatorio Político Internacional.
—¿Puede Venezuela salir adelante sin petróleo?
—Desde luego que sí, por eso es que se hace imperativo prepararnos para esa transición que nos conducirá a la sustitución progresiva de los recursos fósiles, como el crudo y el gas, hacia las fuentes de energías limpias como la eólica, la fotovoltaica o el hidrógeno azul-.
—¿Y qué se hará entonces con el petróleo y el gas que el país tiene en reservas?
—Explotarlos racionalmente y utilizar esas ganancias para financiar ese tránsito hacia la descarbonizacion. Venezuela puede ser una potencia en energía eólica porque contamos con el recurso del viento inagotable y también de energía solar, porque tenemos sol de enero a diciembre, además de los espejos de agua de lagos como el de Valencia o los embalses de los complejos Uribante-Caparo, Santo Domingo o Masparro, que bien pueden utilizarse como fuentes de energía regresiva, o productoras de energía fotovoltaica.
—¿No le parece que eso es un poco complicado?
—No, para nada, lo que sería es una irresponsabilidad no estar preparados para dar ese salto a las nuevos escenarios, ya es hora de hacer realidad nuestra diversificación económica y de entender que la riqueza perdurable será el talento humano que comenzamos a forjar con el plan de Becas Ayacucho y es ese talento con el que contamos, el que sabrá liderar ese giro hacia las fuentes limpias, como la del hidrógeno azul que describe en mi libro el doctor Nelson Hernández.
—¿Y eso cómo será posible?
—Recuperando el complejo de Ciudad Guayana, que es un portento, porque tenemos el hierro en el cerro Piar, un mineral con un alto tenor -65%- que lo hace competitivo, contamos con la posibilidad de retomar la generación de energía limpia en el complejo del Gurí, poseemos caudales de agua dulce en el Caroní y en Orinoco, esa es la combinación perfecta para realizar la electrólisis y así obtener el hidrógeno; además, muy cerca de la CVG están los pozos petroleros cerrados de Monagas, que pueden ser utilizados como sumideros para inyectar el dióxido de carbono que se capture y así producir acero sin necesidad de emplear carbón coquizado, como hacen en China, en donde por cada tonelada que producen disparan dos toneladas de gases contaminantes; nosotros podemos hacerlo aminorando los perjuicios al ambiente.
—En el prólogo de su libro, Venezuela, Política y Ambiente, el exministro Arnoldo Gabaldon señala que usted “propone un modelo de desarrollo diferente; un modelo de desarrollo sustentable o sostenible, pues ambos términos son equivalentes, como sustituto del modelo rentista extractivista, que casi unánimemente se acepta está agotado, y no puede ya dinamizar el progreso del país, como lo hizo por más de un siglo”. ¿Puede decir cómo será esa eso posible?
—Con planificación, con estudios serios que ya existen para avanzar, incluso a la producción de energía nuclear como lo hacen en Francia, para invertir en desarrollos turísticos porque venezuela tiene mas de 44 parques nacionales, 37 monunmentos nacionales, tiene refugios y santuarios de aves silvestre, que deslumbrarían a cualquier ser humano que se atreva a visitarnos, contamos con mas de 3.700 kilometros de costa, más de 1.700 km de playas con arenas, tepuyes, médanos, salinas rosadas, manglares, con arrecifes de corales en Los Roques y Morrocoy, una flora prodigiosa; somos parte de una cordillera Andina en la que se combinan la nieve perpetua de Mérida en su pico Bolívar y en los páramos, las cumbres de Táchira, las flores de Boconó, los frailejones, que es una especie única en el mundo, todo eso nos hace meritorio a ocupar en noveno lugar del mundo como país con biodiversidad.
—¿Y cómo se preserva eso?
—Con politicas de Estado, permanentes y sincronizadas; por eso no solo debemos inculpar a las fuentes de gases de efecto invernadero, hay que admitir el severo daño que tiene su origen antropogénico, como el que se acomete en el Arco Minero, explotando irracionalmente el oro, o los que acometen indiscriminadas deforestaciones matando miles de áqrboles; esos crímeines ecológicos hay que detenerlos cuanto antes.
Esta obra del dirigente político ya cuenta con recomendaciones como la del exministro de energía Humberto Calderon Berti, expresidente de la OPEP, quien afirma: “Este libro de Ledezma debe ser de obligatoria lectura para los venezolanos estudiosos de lo que significa la necesaria preservación del medioambiente”.