Apóyanos

Análisis de Entorno: ¡Ser o no ser!

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Ha llegado el momento para el gobierno del chavismo de tomar una decisión estratégica, que es la de posicionarse frente a la forma que ellos creen que tendrá el futuro económico de Venezuela. Si serán los controles o si será la flexibilidad; si será casi todo Estado, o si será casi todo mercado.

Porque este interregno en el que nos encontramos, da señales confusas que desalientan al mediano y largo plazos; y todo tiende a concentrarse en el corto plazo, el cual se va renovando, más o menos, cada 90 días. Y así, a ese ritmo, tal vez se sobreviva, pero seguro que no se crece.

La vulnerabilidad interna que se percibe en el chavismo puede estar originada en que se haya perdido la referencia dura que dejó Chávez, documentada en las tres versiones sucesivas e incrementales del Plan de la Patria; el cual funcionaba como la pega que mantenía juntas las piezas diversas que componen el movimiento chavista.

Porque la realidad visible, aunque no totalmente documentada, va en un sentido diferente al que propone el Plan. Lo cual es natural porque los tiempos han cambiado, las condiciones del entorno también lo han hecho, y nuestro PBI se ha achicado tanto que podríamos decir hasta que se trata de un país distinto.

Y es tanto lo que se ha achicado, que todas las estructuras que componen al Estado, al gobierno y a las empresas públicas, han quedado grandes, porque fueron concebidas para un país cinco veces más grande. Es como si alguien hubiera adelgazado tanto, que la ropa le queda dos o tres tallas más grandes. Y con esa diferencia, intentar ajustar la ropa, no tiene sentido, pues, por diseño y manufactura, se deformaría: hay que comprar ropa nueva de la talla actual, más el crecimiento vegetativo esperado, que nunca será llegar a lo que supimos ser; al menos en los siguientes 30 años.

El chavismo pareciera que entendió el cambio de señales con la estrategia de flexibilización económica que ha comenzado a dar los frutos que uno sabía que, si se aplicaba, iba a dar; y está produciendo los ajustes del caso, convirtiéndose en lo que he dado en llamar el neochavismo; con un sentido de dirección diferente, acorde con las posibilidades y las nuevas necesidades del país. Aunque aún no queda claro cuán firme es esa decisión, porque para que el cambio sea creíble y genere confianza, debería reflejarse en todas las dimensiones de la sociedad.

Hasta ahora, se aumentó a niveles reales el precio de la gasolina (aumentó de 0,000005 dólares por litro a costar 0,25 o U$ 1 dólares el galón), se permitió que el sistema de precios de referencia alcanzara un equilibrio razonablemente orgánico. También se permitió que el dólar circulara sin ser un delito, se mantuvo una cuasi unificación cambiaria y se sigue manteniendo atrasado el tipo de cambio.

Se sacó la inflación de la híper -pasamos de tener la inflación mensual más alta del mundo a ser la segunda de Latinoamérica, detrás de Argentina; y en el mundo estamos mejor que nuestros amigos de Turquía (95%), Irán (91%), y Etiopía (38%)- se replegó el aparato de control de precios, se propuso abrir al mercado de capitales 10% del capital de Cantv y del Banco de Venezuela, y se optó por negociar precios con los empresarios en vez de imponérselos; además de la señal contundente, de quitar los “ojos de Chávez” de los edificios de empresas del Estado que deberían actuar como privadas.

Lo anterior, y muchos cambios transformacionales más, se hicieron casi sin resistencia popular, y sin perder un ápice de su poder. Por el contrario, esas medidas y otras que mencioné más arriba, consolidaron el poder del chavismo.

Ahora falta documentar en gacetas lo del párrafo anterior, además de tomar las medidas necesarias consistentes en convertir al dólar en moneda de curso legal (manteniendo al bolívar como moneda oficial) y traspasar al sector privado toda actividad empresarial en manos del Estado, con énfasis en los servicios públicos como la electricidad y el agua.

En cuanto al petróleo, hay que ser realistas; como empresas del Estado, durante mucho, pero mucho tiempo, tendremos el plomo en el ala de las sanciones, que impulsará a que sea pragmático que el sector privado, nacional e internacional, asuma cada vez más espacio en el manejo del petróleo. Es el momento de los empresarios en Venezuela; pero de aquellos que tienen la vocación de construir, y que no se mezclan con la política.

Lo anterior, es para introducir que hay suficiente capacidad política como para terminar de cerrar el círculo de confianza, y emprender los cambios adicionales; no solo porque es necesario hacerlo, sino porque hasta les puede resultar políticamente beneficioso.

Porque hasta el chavismo más radical ya comprendió que con controles se produce desabastecimiento, que sin el dólar todo se detiene; y que, con inflación, todo se vuelve inaccesible para el bolsillo. Y no es que se hayan vuelto liberales, sino que recuperaron el sentido común que la propaganda ideológica les había hecho perder.

El gobierno debe tomar decisiones, y debe hacerlo pronto, para que, como país, no perdamos la oportunidad de ser suplidores de las necesidades del mundo que podamos cubrir; y eso solo puede hacerlo el sector privado; ni socios, ni mixtas: privados.

Desde el punto de vista del pensamiento económico, no hay mucha diferencia entre el neochavismo, y la oposición. Y esas similitudes se acercan tanto que pudieran, en algún momento, cruzar las curvas, y el neochavismo convertirse en ultraliberales, quitándole a la oposición el modelo del futuro. Y en el futuro, a este paso, la oposición se quedará con las propuestas estatistas, y el chavismo, con las liberales. Son las vueltas que da la vida.

Desde el punto de vista social, al deteriorarse los sistemas referenciales de la clase media, como la salud, la educación y la justicia, se produce un fenómeno que les genera solo un par de opciones: o se recategorizan como pobres y encaran su futuro desde esa perspectiva, o simplemente emigran con la esperanza de no caer, o, si les toca caer, asegurarse que las condiciones están dadas para levantarse nuevamente. Cosa que en la Venezuela de hoy no existe.

El foco importante para nuestras perspectivas de crecimiento, está en la reconstrucción de ese tejido social constituido por la clase media. Uno de cuyos atributos básicos era la propensión al trabajo y al esfuerzo, como medio de evolución y de construcción de familia, de sociedad y de país.

Al tener tanta pobreza y tan pocas oportunidades de ejercer esa propensión al trabajo, pues se va perdiendo la costumbre y todo consiste en buscar la limosna, sin importar de qué tipo se trate. Desde hurgar en la basura, hasta pedir en la calle con un cartel de “tengo hambre”, o de esperar a que el estado les de algo, sin esperar nada a cambio. El elemento de esfuerzo para construir vida, se va perdiendo, porque las generaciones de niños y adolescentes que ven a sus padres en esas condiciones, pues entienden que eso es la vida y que no hay otra cosa.

Por eso el rol de los privados, empresas y personas, ayudando a todo aquel que tengamos cerca, podría resultar en un efecto multiplicador rápido que abarque a una gran cantidad de gente en poco tiempo. Y ya superado el hambre, y con un poco de ayuda empresarial, podríamos ir reconstruyendo ese tejido que estamos perdiendo.

Para crecer económicamente, además de electricidad y gente, hace falta financiamiento. La principal fuente en la actualidad proviene de los accionistas y del flujo de caja del capital de trabajo de cada empresa. Pero eso tiene un límite, y una velocidad, que se convierten en una restricción que nos mantiene en modo supervivencia permanente.

Porque la banca permanece confinada en cuanto a la intermediación, y buscando oportunidades de servicio y de incursionar en campos novedosos para nuestra legislación, pero prácticas usuales en otros países. Parece difícil que flexibilicen el encaje, por lo que habrá un proceso de concentración en carteras Premium sin morosidad.

Las otras fuentes están en la banca offshore y en el mercado de capitales. Y este último se está convirtiendo en una alternativa real y concreta, la cual, al no estar tan difundida, no está operando en toda su capacidad disponible. Debe haber campañas de divulgación que apunten a juntar a los actores superavitarios con los deficitarios, y producir la magia del mercado. Y por supuesto incorporar las mejoras necesarias, algunas de las cuales están previstas en el borrador de modificación de la Ley de Mercado de Valores que está circulando en el ámbito oficial.

En otro orden de ideas, con tristeza se nota que el tema del avión iraní con bandera venezolana se está manipulando como si fuera un tema bilateral entre Argentina y Venezuela, cuando en realidad es entre Argentina e Irán; y Venezuela es un accesorio que puso su bandera sin -esperamos que así sea- estar necesariamente vinculada a la sospecha, muy bien fundada, de un posible ataque terrorista iraní, en territorio argentino contra blancos judíos.

Argentina no podía frenar políticamente la solicitud de incautación de los americanos, porque se trata de Irán y de terrorismo; y con eso no se juega. Bueno…ya en su momento el kirchnerismo lo intentó con el memorándum de entendimiento, y no le fue bien. Los iraníes podrán ser amigos del kirchnerismo, pero seguro son un peligro para el pueblo argentino.

Porque así lo han demostrado de una manera sangrienta. Por eso es que no se podía negar el acceso a los americanos, porque son la única fuerza en el mundo capaz de defender a los argentinos y anticipar con sus servicios de inteligencia, la posibilidad de que se repita otro atentado.

Recomendación

  • Al gobierno: Que incorpore el factor tiempo en el proceso de toma de decisiones y cree la Unida de Respuesta Rápida que les había propuesto desde hace tiempo. Debería haber un grupo, adscrito a la VPE que comience a acelerar e implementar el movimiento hacia el mercado que ya se comenzó y que no se ve que avance, sino que se quedó en un conjunto limitado de medidas. Hace falta más, y más rápido.
  • A la dirigencia opositora: Que revise la diferencia entre líder de oposición, y candidato presidencial. Porque de esa diferencia depende el tipo de ejercicio que se pretende con las primarias. Porque un ejercicio que consumirá grandes recursos logísticos y financieros, para elegir a un candidato, y no necesariamente al líder, puede desanimar más que motivar. El enfoque sería diferente, y habría más dimensiones para evaluar. Si llegara a ser elegido alguien considerado “más de lo mismo”, pues sería un atraso adicional al que ya cargamos en las espaldas.
  • A la dirigencia empresarial: Que la misma práctica entusiasta y positiva que se está llevando a cabo exitosamente con Colombia, pues debería replicarse con Argentina y con Brasil. Alguien comentó que, con las restricciones en tiempos de guerra, para Venezuela, Colombia reemplazaría a China, y que Argentina lo haría con la India.

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional