Cuando al terminar el primer mes del año se comienzan a confirmar las tendencias económicas y sociales que se anticipaban, y que no eran buenas, se entiende que ha llegado el momento de tomar medidas para remediarlo.
Desde el gobierno mostraron que se dieron cuenta y comenzaron con un recambio de personas; es de imaginarse que con la idea de cerrar filas en el momento transformacional que está viviendo lo que conocemos como revolución bolivariana, al transitar desde el chavismo clásico del Plan de la Patria, hacia lo que he dado en llamar el neo chavismo con perfil liberal y de mercado.
Porque el desafío más importante que enfrentaban era tratar de generar un ambiente de mercado, contando con gente que, si estaba en los mandos de la revolución, era porque no solo no creía en el mercado, sino que de eso no sabía… o si sabía ya había sido almacenado en el baúl de los recuerdos. Por eso lo delicado del momento económico… porque no hay claridad conceptual sobre el sentido de dirección, y están embarcados en una pulseada permanente entre el pasado y el futuro de la revolución, considerando al presente como una bisagra que da un paso para adelante y otro para atrás.
Por eso es que en el recambio de personas, se deberían ver más funcionarios que vienen del mundo empresario o profesionales con formación diferente a la que hasta ahora había privilegiado la revolución. Hoy, realmente, les hace falta refrescar el perfil profesional porque ser “un cuadro” ya no suma, sino que les resta capacidad de maniobra.
Hay que reconocer que la línea liberal se había ido imponiendo en el gobierno, pero con un costo muy alto que había que manejar políticamente porque la gran masa de gente de base, que no entiende mucho de mercado versus Estado, sigue esperando ayuda de parte de ese Estado que la revolución se ocupó de hacer omnipresente y participativo; y la realidad es que el Estado ya no puede hacer mucho más por ellos… son un problema para el cual la revolución, en las condiciones actuales, no tiene una solución posible a corto plazo.
Por eso es que este neo chavismo está navegando en territorio desconocido sin capacidad, por ahora, de anticipar, y siempre está en modo reacción, pero reaccionando tarde e incompleto. Porque ya es muy difícil regresar a la radicalización ideológica sin sufrir un daño muy grande que haría que, si bien podría volver a consolidarse el ultra izquierdismo que teníamos, lo haría a un costo político tan alto que los dejaría en minoría y la continuidad que hoy ven casi asegurada, pues volvería a ponerse en entredicho y lo social y lo político los arrasaría como un tsunami.
Hoy no se ven posibilidades de tsunami social por el armado socio político existente que consiste en manejar una economía pequeña visible, con capacidad limitada -tal vez para el 17% de la población- mientras la gran masa que está en pobreza se esconde y se saca de la discusión diaria (en realidad somos pocos los que mantenemos vigente el tema del peso de la pobreza), pero son muchos y están comenzando a reaccionar. Las crecientes protestas son un indicador de vulnerabilidad que solo podrá evitarse, o bien respondiendo a las demandas, o bien intentando evitar que protesten… en fin… el tema no es fácil, porque el juego está trancado y solo se destrancará con cambios profundos.
Desde el lado privado también deben hacer cosas para revertir las expectativas negativas. Las empresas de todo tamaño han seguido preservando las estructuras existentes, con la expectativa (a veces consciente y a veces simplemente por inercia) en un momento donde lo que hay que hacer es revisarse para ajustar y confirmar o modificar el rumbo.
Es lo que yo llamo “refrescar la estrategia” con el propósito de evaluar y poner en perspectiva las oportunidades que esta situación compleja pone en evidencia y saca a la superficie; y otras, las cuales, el hecho de que aún no hayan salido a la superficie, no significa que no estén sino que hay que buscarlas. Las oportunidades son lo bueno que tenemos en el futuro.
Las empresas no pueden seguir navegando pasivamente, tienen que hacer algo para reinventarse y adaptarse proactivamente al futuro que hoy ya podemos dibujar con cierta claridad.
Político
Con la desaparición del interinato, que era la pieza que mantenía integrada a una oposición dividida y desunida, todas las demás piezas se soltaron y quedaron libres, atomizándose la capacidad de presión y negociación y separándose aún más de las bases que sienten que quedaron a la deriva.
Porque la desconfianza sobre las razones para haber desarticulado la única figura que mantenía alineada la presión internacional con un claro sentido de dirección, se ha profundizado y el resultado posible con mayor probabilidad de ocurrencia será la abstención, que es la única vía de comunicación que tienen las bases para pasarle su mensaje a la dirigencia.
Por el momento, el gobierno se siente más aliviado, pues es un frente menos con el que lidiar, justo en momentos donde necesita toda su concentración para manejar un panorama que en lo económico le está resultado adverso; y en lo social y lo internacional, sigue aplicando viejas recetas para problemas nuevos. Ya no tiene oposición real, y la piedra en el zapato que era el interinato ya se la removieron gratuita y voluntariamente.
Ahora, en lo político, el gobierno quedó solo en la cancha, lidiando con sus problemas internos y apelando a la verticalidad y la disciplina para mantener juntos pensamientos y conceptos tan diversos como los que conviven dentro del chavismo.
Social
Podemos identificar dos franjas sociales gruesas entre los que tienen trabajo o están sindicalizados de una u otra forma, y los que no tienen otra cosa que un subsidio o una ayuda.
Para la franja de arriba, hay una cantidad de actores interesados como la OIT, la tripartita entre trabajadores, empleadores y el gobierno; y la consecuencia de esta última que es la mesa técnica. Además de las leyes laborales que dan como cierto lo que llaman “derechos adquiridos”, que son objeto de reclamo cuando no se cumplen… o porque no se quiere, o porque no se puede, como puede observarse en la actualidad, tanto para el sector público como para el privado.
Porque para esa franja privilegiada (por tener una fuente de ingresos) hay una cierta garantía que era posible cumplir cuando éramos la Venezuela saudita, la de CAP y la de Chávez. Pero ahora, que tenemos una economía menor a la de Guatemala que depende de unos embarques mínimos de petróleo que deben pagar desde EE UU ya no se puede tener un paquete de leyes laborales de lujo.
Y digo lujo, porque no están asociadas a cumplimiento, a productividad, a objetivos claros de negocio, ni a nada que se convierta en una métrica de desempeño. Para este enfoque, medir está mal, y hacer méritos es hasta peor. Y así, esto no es viable… en algún momento tendremos que aterrizar que somos pobres y no podemos mantener una nómina de ricos.
Lo anterior se refiere a la franja privilegiada por tener contacto con fuentes seguras de financiamiento. No hay que olvidar a los otros, los que están en pobreza que están cubiertos, en un alto porcentaje, por el sistema patria, el cual se ha convertido en una plataforma eficaz para asignar recursos sin tener que pagar a un intermediario para recibirlo.
Ese sistema debería ampliarse para colocar mayor capacidad de compra en los bolsillos de las familias, pero no para adquirir los bienes a los precios de mercado, sino para que pagando con el carnet de la patria (con las modificaciones para darle poder transaccional), cualquier negocio haga un descuento de entre el 15 y el 20% el cual después pueda descontar de su declaración mensual del IVA o de cualquier otro impuesto que se identifique. Y que esa metodología se extienda hasta sustituir al CLAP por bonos directos combinados con descuentos en los comercios.
Ya se ha comprobado que es mejor que cada familia decida la composición del CLAP que cada una necesita, sin necesidad de trasladar físicamente los productos, embolsarlos y distribuirlos; todos costos que podrían ahorrarse y trasferirse al bolsillo de los realmente necesitados.
Este sistema “tiene una penetración promedio de 67% de los hogares, y aporta –en promedio- unos 5 dólares por hogar. En Amor Mayor –una especie de pensión no contributiva- llega al 8,22% de los hogares. Parto Humanizado, Lactancia Materna y Misión «José Gregorio Hernández» entre todos no suman más de 9 dólares. En resumen, los bonos del Sistema Patria aportan, en promedio, una cifra en torno a 6,17 dólares” … que, por cierto, para esa pobre gente, eso es mejor que nada.
Ante la pregunta de si esos programas son sostenibles, la respuesta de los expertos es que así como están le cuestan al Estado actualmente 500 millones de dólares al año. Por lo que perfectamente podrían ampliarse si realmente hubiera una política de austeridad y de consciencia de que, a esas bases, no solo hay que transferirles poder de compra y ámbitos amigables en dónde gastar ese dinero, sino que habría que favorecer la formación técnica y apoyarlos en temas de salud.
Porque en definitiva, la misión primigenia del Estado está en proveer salud, educación, justicia y seguridad, y proveer a la defensa nacional. De allí la insistencia en deshacerse de las empresas del Estado, pasándolas al sector privado y hasta cerrando aquellas que no puedan sostenerse por sí mismas. Porque pagar nóminas y generar derechos laborales como sustituto de subsidios en estas circunstancias que llegaron para quedarse por más de una década en el futuro, no tiene mucho sentido práctico y nos coarta cualquier posibilidad de recuperación y salida.
Económico
Todo indica que las sanciones no solo no se aliviarán, sino que en algunos casos podrían hasta endurecerse. Porque seguir con la idea de que nuestro petróleo (a corto, mediano o largo plazo) es una carta de negociación, nos hace poner el foco en el lado equivocado de las opciones de solución.
Lo que si es cierto es que el petróleo venezolano que está y seguirá bajo la tierra durante muchos años más, aparece en cualquier radar energético del planeta, pero no aparece en el radar de los próximos cinco años, o de los próximos diez, dependiendo de los cambios políticos que son el lado correcto de las opciones de solución.
En el último tiempo se pusieron en la palestra dos temas petroleros; uno, la GL-41 para Chevrón, y el otro la licencia OFAC a T&T para explotar el gas en el campo Dragón que está en el fondo del mar venezolano. Y en los dos casos, el mensaje claro e incontrovertible del gobierno de EE UU fue que no haya posibilidades de que de cualquiera de esas operaciones le quede algo de caja al gobierno de Venezuela.
Y al mismo tiempo se volvió a introducir al senado de EE UU la ley Bolívar (Banning Operations and Leases with the Illegitimate Venezuelan Authoritarian Regime, que en español significa Prohibición de Operaciones y Arrendamientos con el Régimen Autoritario Ilegítimo Venezolano) que eleva a nivel legislativo una parte importante de las Executive Orders que respaldan las sanciones contra Venezuela.
Hay quienes dicen que se trata de algo simbólico, pero bien visto a una EO se la puede derogar con otra EO; mientras que a una ley es un poco más difícil derogarla. O sea… ya no dependería de un presidente sino del congreso, por lo que no parece factible que las sanciones se alivianen a corto plazo, y más bien pudieran endurecerse.
Si bien el sector privado no está sancionado, no cabe duda que las sanciones le producen un impacto indirecto más o menos fuerte, dependiendo del sector y de las necesidades propias de cada uno. Pero ya a estas alturas varios años después así como el gobierno terminó asimilándolas, el sector privado hizo lo propio, a partir del concepto: “esto es lo que hay”. Y se adaptó a las circunstancias buscando los resquicios operacionales, logísticos y financieros como para seguir operando y mantener los anaqueles llenos y las plantas con los insumos que el tamaño de la operación le requieren.
De hecho, la economía post sanciones fue produciendo balances ordenados basados en aportes del accionista, un crédito limitado a las necesidades reales de financiamiento, una clarificación de que el dólar es la moneda que genera confianza y que el petróleo, gran fuente del pasado y esperanza del futuro, cuando se encarrile la operación, va a servir de refuerzo… pero hoy, ya no es la palanca inevitable… sería necesario sí, pero estamos acostumbrándonos de a poco a ser pos petroleros.
Internacional
La conflictividad entre Irán e Israel va creciendo y dándose por tramos, tanto en forma directa como a través de interpósitas personas. Hezbollá en la franja de Gaza mantiene alertas las defensas, mientras Irán construye su bomba. Y mientras EE UU que coincide con Israel en que Irán no debería tener la bomba, no coincide ni en los métodos, ni en los tiempos.
Fueron dos semanas muy activas del conflicto con ataque con drones a centros militares de Irán (sin que aún se sepa de donde provenían los ataques), especialmente a la planta de fabricación de los drones que le suministra a Rusia para sus ataques a Ucrania. Mientras entre Israel y Palestina hay un vuelo permanente de misiles que impactan en medio de la franja, en los sitios donde la huella de calor muestra que fue el punto de lanzamiento de los misiles hacia Israel.
Y también en esa semana, viajaron a Israel, la CIA, el Pentágono y hasta el secretario de Estado de EE UU; lo cual indica que algo va a pasar. O que se quiere evitar que pase. Pero el tema está muy caliente, más que nada porque el tiempo pasa e Irán sigue construyendo.
Para nosotros en Venezuela, que estamos en el ámbito de influencia de EE UU, el tema Hezbollá e Irán, ambos con presencia en Venezuela, puede ser alguna de las causas subyacentes que nos alejen de una solución a nuestra situación. Porque si el argumento pasa por lo anterior, ya ni siquiera sentándonos en México nuestra situación va a mejorar.
Habría que prestar atención a la entrevista que el Atlantic Council le hizo a la general de cuatro estrellas, comandante del comando sur de EE UU, Laura Richardson. Mostró su lectura desde el ámbito de una militar piloto de helicópteros de combate sobre las relaciones de EE UU con Latinoamérica, y lo hizo con la crudeza de quien no tiene que cuidar las formas porque tiene el poder de las armas. Dejó la sensación de que conceptos como democracia y soberanía sirven para juegos de palacio, mientras lo de ella son juegos de guerra.
O sea, que se expresó sin eufemismos, en un lenguaje plano, como el comandante de un Ejército en operaciones orientado a poner a la región, que desde su punto de vista es la región bajo su responsabilidad, como el suplidor confiable de todo lo que ellos puedan necesitar. Lo cual a su vez implica que esos recursos no pueden estar disponible para sus enemigos o adversarios; en este caso Rusia como número dos, dejando a la especulación si el primero era China o era Irán.
Porque las fuerzas armadas de EE UU toman un rol preponderante en las relaciones exteriores, solo cuando la política ya no es suficiente. Aquí no hay amenazas sino puesta en perspectiva, y la aparición de un actor no tradicional en las relaciones con América Latina. Cabe mencionar que cuando habló de petróleo se refirió a Guyana, y cuando habló de Venezuela se refirió a minerales, al oro, y recién después y como marginal, se refirió al petróleo; también se refirió a nosotros con el tema de la relación con Rusia.
El mensaje concreto es que además del congreso de EE UU, la Casa Blanca y el Departamento de Estado, ahora también va a opinar el Comando Sur, por boca de su comandante.
Recomendación
- Al gobierno: Que los nuevos cargos clave que están asumiendo en esta rotación en el área económica, no solo profundicen y formalicen el sentido de dirección de liberalidad y mercado, sino que impulse coordinación horizontal entre los segmentos de la economía que hoy parecieran estar moviéndose por su cuenta… como si tuvieran agenda propia
- A la dirigencia opositora: Que el problema más importante de la dirigencia es recuperar el contacto con las bases que, según se ha podido medir, está prácticamente suspendido. La confianza se perdió y deberían recuperarla viajando por el interior. Y en el exterior, esta gira por la UE tratando de reemplazar a los embajadores que ya estaban trabajando solo crea más suspicacia. Para hacer algo creíble en lo internacional, la gira debió haber arrancado en Washington. Y si tratan que los europeos hagan algo distinto a los deseos de EE UU, pues están soñando. Hoy por el tema de la guerra están más juntos que nunca, y dependen más de EE UU que nunca después de la WWII.
A la dirigencia empresarial: Que impulse el crédito solo para inversión, evitando que se desvíe a capital de trabajo o especulación cambiaria, porque ambos son (salvo contadas excepciones) promotores de la inflación. Hoy hace falta inyección de inversiones frescas, porque hay sectores donde la relación causa-efecto es muy rápida y multiplicativa. El único antídoto contra la inflación, hoy, aquí en Venezuela, es lograr expandir la producción.
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