El frenazo de nuestra economía era la historia de una caída anunciada, porque se estaba apalancando en un sector superficial de la economía, solo comercial/transaccional de última milla, sin arraigo en la formación bruta de capital fijo. Además, se sustentaba en bases endebles, la mayoría de las cuales eran efectos “de hecho” no soportados en elementos formales “de derecho”.
Por esa vulnerabilidad, bastaron dos golpes fuertes y un remate, para sacarla del equilibrio inestable en el que se encontraba, y acelerar el alejamiento de ese equilibrio, requiriendo, como se requiere ahora, de identificar un nuevo equilibrio, que, esta vez, ya necesita de decisiones formales… requiere de gacetas.
El primer golpe fue el IGTF, el segundo fue la emisión monetaria para pagar sueldos, y el remate, fue la confesión de la brutal corrupción de Pdvsa.
Porque el laissez faire de nuestros tiempos requiere de algunas certezas que solo unas reglas de juego claras y creíbles le pueden dar. Si queremos salir de la crisis, hay que dar una vuelta más de rosca y formalizar al dólar como moneda de curso legal, permitiéndole al sistema financiero operar también en esa moneda… o en otras que pudieran legalizarse al mismo tiempo… pese a que sabemos que ya estamos en el dólar y que de allí no nos moveremos. Ni euros, ni yuanes, ni rublos.
Lo anterior, es en el campo monetario y cambiario; ahora, para la economía real, habría que traspasar al sector empresarial las empresas en manos del Estado, comenzando por el sistema eléctrico que en la actualidad está acelerando su retroceso, y extendiendo hacia Caracas los incidentes de apagones por períodos prolongados. En la consciencia de que, si llegó a Caracas, es porque ya no pudieron evitarlo más.
Según el Informe de Coyuntura Venezuela, abril 2023, de la UCAB, sobre Venezuela, “se ha continuado deteriorando la brecha que la separa de otros países y regiones, especialmente en lo que se refiere al desarrollo de la democracia, el respeto a los derechos humanos, la promoción de la economía de mercado y la capacidad de gobierno”.
Es importante considerar lo anterior, porque tenemos la tendencia a ver los problemas en forma aislada y buscar y proponer soluciones, también en forma aislada. Necesitamos mantener una visión de conjunto sabiendo que “todo tiene que ver con todo”. Que los 21 mil millones, más 3 mil millones robados a Pdvsa, si hubieran entrado a la economía, tal vez otros se los hubieran robado más tarde, y por partes. Porque lo que sacó a la superficie la confesión del presidente, es que nuestra institucionalidad es débil, y que estamos en manos de gente con cuyos principios éticos y morales se fueron deteriorando con el tiempo. Comenzamos con la “viveza criolla”, hasta llevarla al robo brutal y descarado que, haciendo cuentas puede haber llegado a los 900 mil millones dólares durante todo este período.
Necesitamos tomar medidas en todos los campos al mismo tiempo. Con castigar a los corruptos actuales, dejando que los anteriores disfruten de su robo, y no cambiar los procesos y sistemas de control para evitar que se repitan, estamos casi asegurando que lo que ocurrió en el pasado, y está ocurriendo ahora, se repita también en el futuro.
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Político
Ya habíamos establecido como premisa que las motivaciones para que el gobierno abandone el poder, son muy bajas o inexistentes, debido principalmente a problemas de riesgo vital de tener que enfrentarse a fuerzas muy poderosas, que se han desatado en contra de personas específicas. No de cargos, sino de personas que saben que, fuera del poder, estarían fácilmente a merced de esas fuerzas, que van desde la justicia de EE UU y la Interpol, hasta la Corte Penal Internacional.
Por lo que, más allá de todo, es difícil visualizar una elección en la cual pierdan el poder. Y, por lo que estamos viendo, a ese riesgo lo corren no solo con la oposición, sino también con aspirantes de la misma revolución. Porque el tema de la confesión sobre la corrupción en el gobierno, es tan importante como la causa que explicó el gobierno: había una conspiración.
Ya con lo anterior hay una demostración clara de que puertas adentro de la revolución, no las tienen todas consigo. Y también es llamativo que, a diferencia de cómo ellos manejaron otras crisis en el pasado, que se resolvieron internamente, esta se hizo pública, como para asegurarse de que nadie pudiera decir que el mensaje no le llegó. ¿Y cuál era el mensaje? Pues consistió en 80 detenidos vestidos de naranja, transmitiendo el mensaje subliminal de que a nadie más se le ocurra conspirar, porque ya saben lo que les espera.
Y se logró… porque cambió la visibilidad de los poderes aspirantes… ya no se ven en la calle… se mandaron a guardar. Las tiendas y restaurantes caros comenzaron a vaciarse, a presentar ofertas 2×1 y algunos a cerrar… porque era solo para ellos: las súper camionetas con escoltas de gente que, de la noche a la mañana, sin que haya una justificación de trayectoria, comenzaron a exhibir una riqueza desmedida, también desaparecieron. El mensaje les llegó, bajaron el perfil y ahora hay mayor tranquilidad dentro del chavismo.
Pero eso no debería durar mucho, pues las apetencias siguen, especialmente cuando reciben mensajes desde el exterior de que, si se mantienen así, y no producen cambios visibles y comprobables, pues el resultado de la elección, que no pueden darse el lujo de perder, no será reconocido y las sanciones se endurecerán aún más.
Además del contraataque que se espera por parte del grupo que fue golpeado por esta purga, porque no se quedarán tranquilos, y algo van a hacer, golpeando a los que los golpearon. Es una cuestión de tiempo. El chavismo ya perdió la homogeneidad, y hay muchos puntos de vulnerabilidad… que todos los días aumentan en cantidad y en peligrosidad. No deben perder de vista el tema de la CPI, porque cuando uno ve lo que ha ido pasando en otras partes del mundo, el panorama no parece bueno… más bien parece malo, muy malo.
En cuanto al ejercicio de primarias que está intentando la oposición, tiene el solo sentido de buscar una cierta organicidad. Del lado de los organizadores aspiran a juntar al menos 3 millones de votos dentro del país, más una cantidad menor de los del exterior, que los pondrían en unos 4 millones de votos o un poquito menos. La pregunta es si esos votantes finalmente van a ejercer su voto, y si habrá candidatos representativos, que signifiquen una promesa de cambio para mejorar.
No obstante la debilidad que tiene la oposición, y tal vez como una proyección de las vulnerabilidades internas, el chavismo está preocupado por la oposición en general, pero por María Corina Machado en particular. No solo va superando por lejos a cualquiera de los nombres relevantes que compiten, sino que también superó al chavismo. Lo cual indicaría que, si hubiera una elección como debe ser, pues ella se quedaría con la presidencia.
Y si eso fuera así, con solo reemplazar las cúpulas de la institucionalidad verdadera y paralela, ya habría dado un gran paso. Porque hoy, el otrora pueblo chavista no va a salir a la calle a incomodarla, sino que les dará la oportunidad de que vivamos un poco mejor. Lo cual, casi sin duda, ocurrirá con que solo cambie el gobierno.
Y eso también lo saben en el chavismo, con la diferencia que ellos quisieran que haya un chavista al frente de ese nuevo gobierno, en vez de María Corina. Pero si hiciéramos un corte al día de hoy, María Corina sería la nueva presidenta… esto no es opinión, sino que son números de encuestas que coinciden, independientemente del sesgo que ya les conocemos a todas las encuestadoras que hay.
Social
La pobreza y la desigualdad en Venezuela representan una crisis multifacética que ha dejado una profunda huella en la sociedad y la economía del país. La situación requiere de un compromiso político y social para abordar las causas subyacentes y buscar soluciones sostenibles. Restaurar la estabilidad económica, promover la igualdad de oportunidades y garantizar el acceso a servicios básicos, son pasos esenciales para superar esta crisis y construir un futuro más próspero y equitativo para todos los venezolanos.
Después de haber tenido una economía próspera durante casi todo el siglo XX impulsada por los ingresos petroleros, la corrupción, la mala gestión económica y la dependencia excesiva del petróleo condujeron a una crisis económica y política en las últimas décadas. Profundizada por la falta de diversificación económica y la inestabilidad política, que contribuyeron a la agudización de la pobreza y la desigualdad en el país.
La pobreza en Venezuela ha aumentado de manera alarmante en los últimos años, evidenciada por la escasez de alimentos y medicinas, la hiperinflación y la falta de oportunidades de empleo han llevado a un deterioro significativo de las condiciones de vida de la población.
Y la consecuencia más clara y visible es la desigualdad socioeconómica que es una de las más altas de América Latina. La concentración de la riqueza en manos de unos pocos y la falta de acceso equitativo a servicios básicos como educación y atención médica han profundizado las brechas sociales.
La pobreza y la desigualdad en Venezuela han tenido un impacto devastador en la salud y el bienestar de la población, especialmente de los grupos más vulnerables, como los niños y los ancianos. La migración masiva de venezolanos en busca de mejores oportunidades es otro resultado directo de la crisis socioeconómica y humanitaria.
La única manera de luchar contra la pobreza, es dejar de lado las estrategias para que los pobres vivan mejor, pero sigan siendo pobres; el tema debe ser sacar a la mayor cantidad de gente de la pobreza. Lo vemos como un carro con 21 millones de personas pobres subidas, el cual es empujado por 5 millones de personas que son las que mueven la economía. Cada pobre que baja del carro es porque dejó de ser pobre y se sumó a los que empujan el carro, el cual ahora está más liviano (porque él se bajó) y avanza más rápido. Esa velocidad es el crecimiento de la economía.
Entre julio de 2021 y julio de 2022, la utilización de planta industrial creció desde 18% a 30%, lo cual se evidenció en la baja de la pobreza desde 94% en julio de 2021, hasta 85% en julio de 2022. Por cada punto de aumento en la utilización de planta bajó 0,75 puntos la pobreza. O sea que la relación entre actividad económica real y genuina, y la pobreza, se ve impactada positivamente.
Está claro que esa proporcionalidad no es sostenible, pero lo que sí está claro es que, sin actividad privada genuina, no hay esperanzas de disminución de la pobreza. Superar la pobreza y la desigualdad en Venezuela requiere de un enfoque integral que aborde tanto los problemas económicos como los sociales y políticos.
Es necesario implementar políticas que fomenten la diversificación económica, combatan la corrupción y promuevan la inclusión social. La cooperación internacional y la asistencia humanitaria son fundamentales para apoyar los esfuerzos internos de reconstrucción y desarrollo.
Económico
No se ven señales de que la situación económica pueda mejorar en los meses que vienen. Solo un paquete de medidas concretas que aseguren un claro sentido de dirección podría hacer que las expectativas cambien.
Claro que a las expectativas podemos clasificarlas en dos grandes grupos:
- Los que sin ninguna señal concreta especulan que las sanciones se levanten, y que la industria petrolera se reactive;
- y los que creemos solo en señales concretas y posibles y proponemos estrategias apoyadas en “esto es lo que hay” versus “esto es lo que me gustaría que haya”. Es lo que en nuestros análisis llamamos “optimismo informado”.
Con lo único concreto que se puede contar es con los ingresos de Chevron quienes, por ser quienes son, todo se hace con transparencia y trazabilidad. Por más pequeña que parezca la operación, “es lo que hay” y genera trabajo genuino y bien pagado. Necesitamos muchos más Chevrón like.
Desde octubre pasado nos volvió a quedar claro que nunca dejamos de ser un país petrolero; en la ola de la “Venezuela ya se arregló” pudo parecer que nos movíamos con lo no petrolero, pero tuvimos que aterrizar que cuando cobrábamos Chevron las cosas mejoraban, y cuando no, pues empeoraban.
El tema es que el estado de la infraestructura petrolera es de deterioro, y falto de organización. Porque cuando Pdvsa funcionaba bien como nave insignia, pues todo se acomodaba a su alrededor. Pero cuando comenzó a caer, arrastró en su caída a todo el sector, el cual requiere de inversiones importantes para recuperarse. Si bien somos un país petrolero que tiene petróleo, en nuestra caída perdimos tecnología y RR HH que tendremos que importar… ya no seguramente de venezolanos expatriados (porque esos ya se asentaron afuera y difícilmente regresen), sino de otros países, si ven en nosotros una oportunidad de “hacer la América” … y en nuestro caso, será difícil ofrecerles eso.
Tenemos que reacomodar nuestras estructuras al nuevo tamaño de nuestra economía, bajar dramáticamente el gasto público, vender, regalar, traspasar y cerrar las empresas que no puedan sostenerse, y, tal vez lo más importante, cambiar el modelo político para poder negociar con EE UU que es el único que tiene la llave de nuestro relanzamiento.
El último informe de Conindustria refleja la baja en la actividad para el primer trimestre de 2023, regresando desde el casi 40% que había alcanzado en diciembre, hasta 30%; dejando el mensaje de “tenemos 70% de planta sin utilizar, que podría ser la base para crecer”.
El origen de la caída está en la caída del consumo, el cual a su vez está afectado por la congelación de los ingresos (5 dólares empleado público y 173 dólares un obrero privado) durante dos años. Si a eso se le suma la inflación que llegó a 370%, entonces la capacidad de compra se desplomó, los inventarios aumentaron y la producción bajó. Aun no hay cifras nuevas de pobreza, pero es casi seguro que volvió a aumentar… bueno… eso se ve en la calle con cada vez más gente buscando su sustento en la basura.
Poner nuevamente nuestro aparato económico estancado requiere de decisiones que cuenten con un sólido back ground profesional en los tomadores de decisiones… no basta tener asesores… el que toma las decisiones también debe tener una sólida formación. Hay que generar reglas claras y dejar al mercado que busque nuevos equilibrios… y así, casi seguro que logremos superar esta etapa.
Porque la verdadera solución, la de fondo, está en un cambio político que nos permita regresar a los mercados globales.
Internacional
Los sucesos en Brasil con la invitación y abierto apoyo de Lula a Maduro, no debería sorprender a nadie, pues ya lo habíamos anticipado desde la campaña de Lula… quien cuando ganó la presidencia se tomó un par de meses para asegurarse que su cancillería se alineara con él. Y para eso tuvo que crear vocerías internacionales paralelas, lo cual los llevó a dar bandazos en cuanto a su inserción geopolítica.
Y ya solucionado eso, comenzó su cruzada pro Maduro quien, para él, debe seguir haciendo lo que está haciendo, pero comunicarlo mejor… lo de la construcción del relato, que suele ser la base de los gobiernos latinoamericanos de izquierda. No obstante, aquí adentro, no se ven movimientos comunicacionales de haber recibido ese mensaje, todo sigue como antes de las declaraciones. Claro que la realidad es del tamaño de una catedral, y después de 24 años de relatos, ya tienen poco impacto… La gente en la Venezuela de hoy, solo cree en cosas concretas, porque el hambre y la pobreza son una realidad dolorosa para 21 millones de venezolanos.
Y después de las declaraciones confesando corrupción, las expectativas de la gente serían de más confesiones, pero esta vez, asociadas a propósitos de enmienda… que no se ven, ni se escuchan.
Ni las declaraciones de Lula, ni el viaje a Brasil han tenido impacto en lo que está pasando internamente… todo sigue igual, y, si no se toman decisiones económicas pronto, pues la situación económica puede deteriorarse aún más. Lo que sí hubiera cambiado las cosas, es que, en vez del mensaje vacío, poco creíble, y que generó el rechazo generalizado, hubiera repetido el mensaje que le dejó a Maduro antes de dejarle el gobierno a Dilma, que fue que buscara formar un gobierno de coalición; porque, así como vamos, y sin contar con profesionales formados y ganados para la economía de mercado y el capitalismo, difícilmente encontremos soluciones que nos saquen del pozo donde hemos caído.
El otro que también veíamos venir con su apoyo a Maduro, fue Petro, quien fue más específico con su Cumbre Venezuela, donde representó sin distorsiones los intereses de la revolución bolivariana, de cara a la región. Tuvo la ventaja por sobre Lula, que él sí convocó a EE UU, que no estuvo representado por el Departamento de Estado, sino por asesores de la Casa Blanca, que incluyó a Juan Gonzales, un cubano-colombiano con visiones de izquierda quien desde el principio del gobierno de Biden intentó aflojar las sanciones al gobierno de Venezuela.
Una buena noticia es la salida del embajador Benedetti, quien tenía su agenda personal e incurrió en varias fallas de discreción en su rol de embajador de Colombia. Si bien no era funcionario de carrera, al menos se esperaba sentido común y discreción en un embajador político. En Venezuela hay embajadores políticos que son serios y que sus esfuerzos son genuinos para beneficio de los dos países, Venezuela y el que representan… bueno… este no lo tenía.
Si EE UU hubiera asistido a Brasil, seguramente se hubiera sumado a Chile y a Uruguay en su rechazo a las declaraciones de Lula. Había otros que pensaban lo mismo, pero que prefirieron no pronunciarse.
Tanto Lula como Petro están luchando por el liderazgo en la región, utilizando a la Venezuela de Maduro como trampolín, y a ninguno le salió bien el movimiento, pues no solo recibieron críticas desde afuera, sino que encontraron fuertes rechazos internos. El otro tema negativo con Brasil fue el “tufillo” anti norteamericano de la reunión, que no solo no le aportó nada, sino que lo alejó de la posibilidad de contar con la bendición de ellos para el liderazgo de la región. Por ese tema específico es que diría Petro 1–Lula 0.
Recomendación
- Al gobierno: que entienda que la relación con EE UU está pasando por una situación de tensión, y que el único aliado que tenía en la Casa Blanca, está dejando de serlo. Deberían reconstruirse esos lazos, porque con ellos en contra, de esto no nos recuperaremos. Ha llegado el momento de mostrar el pragmatismo que mostró el gobierno en otras circunstancias… De este estancamiento saldremos solo reduciendo el tamaño de estado, aceptando al dólar como moneda legal, permitiendo su uso en el sistema financiero, bancario y de mercado de valores, y pasando al sector privado toda empresa o actividad de carácter de negocios. Y déjenme insistir en una reestructuración del sistema eléctrico, para venderlo por partes. Ya comprobamos que la decisión de nacionalizarlo no fue buena.
- A la dirigencia opositora: que considere la oferta de hacer un extramuro de un par de días (tipo retiro espiritual) entre los aspirantes a las primarias, para buscar un consenso que unifique criterios y que lleve a que algunos directamente se bajen de la candidatura. Deben entender el momento histórico de la región y de nuestro país, que sigue “mirándose el ombligo”; y lo peor, es que sigue mirandoselo como era hace 10 años y no como es ahora. El pasado no volverá, así que: hablemos del futuro.
- A la dirigencia empresarial: que tome consciencia que el único extranjero que va a invertir en Venezuela es un venezolano con su dinero afuera. Porque él es el único que sabría moverse en un ambiente donde la seguridad jurídica está seriamente cuestionada. No obstante, hay oportunidades importantes de inversión que, no solo pueden generar rendimientos importantes, sino que además son espacios vacíos que nuestra economía y nuestra gente, necesitan para vivir. Tienen que tener una hoja de ruta y un mapa que les muestre dónde entrar y dónde no hacerlo… dónde pisar, y dónde no hacerlo, porque hay una mina que les puede explotar si la pisan.
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