Según el diccionario de la Real Academia Española, “desmoronamiento” se define como acción y efecto de caer o caerse; declinación o declive de algo; manera de plegarse o de caer; desprendimiento, derrumbamiento, hundimiento, caída. Dicho de una persona: Sufrir, física o moralmente, una grave depresión, los efectos de un disgusto, etc. Dicho de un imperio, de los bienes, del crédito. Venir a menos, irse destruyendo; romperse o desmoronarse en fragmentos.
Sinónimos: romper, colapsar, aplastar, decaer, degenerar, deteriorar, desintegrar, disolver, moler, caer. Deshacer separando progresivamente los elementos de que está compuesto. Destruir (algo no material) progresivamente. Otras acepciones incluyen derrota, ruina, hundimiento y fracaso. La caída de un régimen. Pérdida de valores morales.
Todo lo anterior llevó a la identificación de la palabra clave que mejor pudiera representar nuestra triste realidad, en la conciencia de que esa palabra, en sí misma ya despierta emocionalidad y prende alarmas. Las cuales, si no sabemos reconocer a tiempo, pues hará que nuestra recuperación sea más difícil y tome más tiempo.
Entonces la pregunta que debe servir para ponerla en perspectiva sería: ¿es cierto que Venezuela está desmoronándose?
Para que Venezuela se desmorone completamente, probablemente necesitaría ocurrir una combinación de factores extremos y prolongados, los cuales, en mayor o menor grado, están ocurriendo mientras leen este informe. Algunos elementos que podrían contribuir a un colapso total incluirían:
- consolidación completa del control autoritario: Si el régimen actual lograse eliminar completamente cualquier oposición política y civil, lo que llevaría a una ausencia total de democracia y libertades fundamentales;
- colapso completo de la infraestructura urbana: si las ciudades principales, especialmente Caracas, sufrieran un derrumbe físico y social total, lo que resultaría en una pérdida de servicios básicos para la población;
- destrucción total de la economía: una contracción económica tan severa que hiciera imposible la supervivencia de la población, incluso con ayuda exterior;
- pérdida total de la soberanía: si Venezuela perdiera completamente su autonomía política y económica, quedando bajo el control directo de otras potencias;
- destrucción de la infraestructura social: si los sistemas de salud, educación y protección social se derrumbaran completamente, dejando a la población sin ningún tipo de apoyo;
- éxodo masivo y permanente: si toda la población se viera obligada a abandonar el país de manera permanente y sin posibilidad de regresar; y
- pérdida total del sistema legal y judicial: si las instituciones legales y judiciales se desmoronaran completamente, dejando al país sin un marco legal funcional.
Todo lo anterior está ocurriendo en este momento, con una probabilidad cada vez mayor de ocurrencia en el corto o mediano plazo. Si bien la situación actual de Venezuela es grave, el país sigue siendo una entidad funcional con estructuras de gobierno, que se van debilitado en forma acelerada desde el 28 de julio, momento a partir del cual comenzaron a inmolarse en contra de la Constitución y de las prácticas democráticas que aún quedaban vigentes.
Un colapso total, que ojalá no llegara a ocurrir, sería un proceso complejo y multifacético que requeriría condiciones extremadamente adversas y prolongadas; pero tristemente, el gobierno comenzó a transitar esa vía de la cual no hay retorno. O bien continúan hasta que el desmoronamiento sea una realidad o bien corrigen, y los escombros que están dejando, sirven para intentar una reconstrucción.
La situación es extremadamente complicada y crítica, y persisten conflictos políticos y sociales profundos, con una división clara entre el gobierno y la oposición. Además, hay una crisis económica severa, con una gigantesca deuda externa, una parte de la cual, como resultado de las expropiaciones será exigible solo vía embargos e incautaciones. La inflación contenida es alta, la escasez de productos básicos será nuevamente una realidad en el corto plazo, combinado con una gran desproporción entre la riqueza y la pobreza.
La infraestructura urbana y social está decayendo en muchas áreas, especialmente en ciudades como Caracas, con problemas severos y sin solución en el campo eléctrico, el cual afecta a las empresas electro intensivas, como las del bombeo de agua, las refinerías petroleras y la producción petrolera, aun en lugares donde el gas del pozo podría servir para energizar esa producción específica; así como el manejo de los poliductos.
Existe una gran migración de venezolanos hacia otros países, lo que ha debilitado la población y la economía, que había llegado a los 7,8 millones antes del 28 de julio, y que se ha disparado después de esa fecha, donde se dice que podría igualar a la cantidad de gente que conforma nuestra diáspora. Un país que era un centro de atracción migratoria, fue transformado por la revolución por uno al cuál nadie quiere ir, y los que están, piensan seriamente en emigrar.
Sin embargo, el país sigue teniendo una estructura de gobierno funcional, aunque con limitaciones, aún hay una población que sigue resistiendo y buscando formas de mejorar su situación, existen abiertos canales de comunicación y negociación entre diferentes actores políticos, internos y externos.
La situación es volátil y puede cambiar rápidamente, dependiendo del comportamiento de los diferentes actores internos y externos. Especialmente el gobierno del chavismo que no entiende que perdió la elección y que lo que pudiera pasarles, es solo consecuencia natural de las aberraciones que fueron cometiendo durante 25 años, que nos trae a que algunos digan que no se puede afirmar que esté «desmoronándose» completamente.
Aunque hay ciertas señales de esperanza, la perspectiva general para Venezuela y sus ciudadanos sigue siendo muy desafiante, y se requieren cambios significativos tanto políticos como económicos para abordar los problemas estructurales y mejorar la situación de la mayoría de la población Se necesitan urgentemente reformas profundas y apoyo internacional para superar sus desafíos.
Para seguir el camino de la esperanza, debería haber un reconocimiento oficial de la crisis y evitar seguir disfrazando situaciones con discursos en los que ya nadie cree… y menos aún las bases populares. Deberían reconocer públicamente la magnitud real de la crisis económica y social para poder abordarla efectivamente.
El tema del dialogo político quedó superado por la elección del 28 de julio dejando abierta únicamente la opción de una transición rápida, y entrega del gobierno el 10 de enero próximos. Porque las profundas reformas estructurales que hacen falta solo podrán ser llevadas a cabo por el nuevo gobierno, porque el chavismo perdió toda credibilidad y se asocia con mala gestión y corrupción… en cualquiera de los temas… economía, justicia y servicios públicos para restaurar la confianza y mejorar las condiciones de vida.
Y solo con el cambio de gobierno se podrá lograr la apertura al mundo exterior, tanto en lo económico como en lo político, para recibir ayuda internacional, recibir inversiones y mejorar su situación.
Sin dejar de lado el tema tal vez más crítico que es el de la protección de los derechos humanos de la población, incluyendo el derecho a la salud y la libertad de expresión; buscar la restauración del sistema judicial con una reforma completa del sistema judicial para garantizar un marco legal justo y funcional.
Apoyo a programas sociales para fortalecer y expandir programas que garanticen acceso a alimentos, medicamentos y servicios básicos para toda la población, que ya tienen años abandonados con prestaciones de mala calidad en cuanto al alcance (se volvió clientelar) y a los grados nutricionales y proteínicos.
Y por supuesto, fomentar la economía local y reducir la dependencia del sector petrolero, pues solo a través de la empresa privada generadora de empleos se puede combatir la pobreza, para que dejen de ser pobres, en vez de que se los mantenga como pobres para lograr los apoyos políticos… que, de todas formas, ya perdieron.
Y, por supuesto contar con apoyo internacional en lo económico y técnico de países y organizaciones internacionales para abordar sus desafíos estructurales.
Estas medidas requieren un compromiso político significativo por parte del gobierno, entregando el gobierno el 10E, y de la oposición; así como el reconocimiento y apoyo de la comunidad internacional. Es importante recordar que cualquier cambio en Venezuela es un proceso complejo y puede llevar tiempo, pero es necesario comenzar con pasos concretos hacia la restauración de la estabilidad y el bienestar de la población.
Político
Si uno está dentro de Venezuela siente una tensa calma, las actividades terminan temprano, el consumo está en caída, muchos locales cerrados, y en algunos momentos hay más policías y militares que civiles en las calles.
Una primera lectura de esa situación es que el chavismo tiene todo bajo control, y por eso es que la gente no protesta, no se queja y no declara. Otra lectura diferente que viene desde afuera del país, es que lo que pasa dentro es una olla de presión que así no se note por la falta de protesta, en cada casa, en cada hogar, y en cada familia, el rechazo por el chavismo en general y por el gobierno de Maduro en particular, es cada vez más alto y llega a convertirse en una palabra que he utilizado mucho en los últimos informes, porque siempre es la que me queda después de los contactos y la encuesta en vivo que llevo hace años que es “repudio”.
La gente en general ya se cansó y eso no tiene vuelta atrás; no hay manera de que ninguna medida del gobierno pueda servir para revertir la sensación de repudio que cada día crece más.
Porque los 70 niños y adolescentes cautivos en distintos centros de reclusión para adultos de alta peligrosidad, y algunos de ellos en El Helicoide, no están callados, sino que sus familias y amigos son una caja de resonancia y amplificación que podría llevar a que cada adolescente cautivo tenga 100 voceros de rechazo.
Y la figura que mantiene activo ese rechazo es la de cada una de las madres que no puede creer que el gobierno se hubiera rebajado a esos niveles de brutalidad e ignominia.
Y ni que hablar de los otros 1.930 (para llegar al estimado de 2.000) que tienen dolientes quienes, como en el caso anterior, sirven como caja de resonancia y amplificación. Hay que decir que por el terror sembrado por el baño de sangre y las amenazas, no se manifiestan públicamente y al gobierno chavista le cuesta cada vez más identificar quiénes son; porque por sus medidas los han colocado en un cono de silencio que ellos, los chavistas, no pueden escuchar, pero los que están adentro del cono, sí se comunican y sí transmiten y siembran la plataforma de la que surgirá nuevamente el apoyo explícito demostrado el 28 de julio y días posteriores; y cuando ese momento llegue la sorpresa que recibirán los represores será mayúscula.
Porque ya no es más cierto que cada represor puede ser influido por su madre familia o amigos, sino que se deshumanizaron de tal manera que son capaces de reprimir y torturar hasta a sus seres más cercanos. Esa gente perdió toda referencia con un mínimo dejo de humanidad, que los llevó, como les decía en informes anteriores, a deshumanizar también al prójimo de forma tal que ven un enemigo a aniquilar en cualquier persona que sus jefes les indiquen que hay que aniquilar.
Nuevos partidos políticos en el marco del chavismo como el Movimiento Futuro Venezuela de Héctor Rodríguez y el Movimiento Somos Venezuela de Delcy Rodríguez (pese a tener el mismo apellido no pertenecen a la misma familia) que le restan fuerza al PSUV de Diosdado Cabello -por cierto los tres son miembros del actual gabinete de Maduro- son maneras de atomizar los 2 millones de votos reales que los apoyan (y digo 2 millones porque todo indica que, al menos, un millón de los 3 millones de votos que recibieron, fueron forzados y en realidad, no apoyan al gobierno), de forma tal de dejar abierta una ventana para que en las elecciones generales del 2025 el chavismo no continúe bajo el control de Diosdado como a todas vistas está ocurriendo hoy.
Hoy el síndrome de Estocolmo está confinado a aquellos actores del chavismo que son rehenes de la estrategia radical y represiva, y que de querer abandonar la jaula se veían inmersos en graves problemas que podrían costarle la libertad -y hasta la vida- como les está pasando hoy a tantos chavistas que cayeron en desgracia por no entender que quien sale de la jaula, muere.
Por eso a esta fecha ya podrían abrir la puerta de la jaula que ninguno intentará salir de ella. Lo cual también significa que, silenciosamente, no apoyarán está escalada de radicalización brutal. Pero claro que eso nunca se sabrá hasta que sea demasiado tarde y qué cuando en última instancia los reclamen para contar con ellos, no solo no estarán, sino que también se habrán pasado del otro lado.
Dependiendo de cada estructura es que el desmoronamiento se manifiesta de una forma o de otra; en el caso del chavismo ya cayeron los muros de silencio y las estructuras funcionales y partidistas ya no responden a los mandos naturales. Lo cual significa que esas grietas solo pueden ampliarse y nunca más cerrarse; porque los que hace unos meses eran partidarios y apoyos incondicionales (o al menos ellos eso creían) hoy están perseguidos, allanados o encarcelados cuando no hallados muertos sin causa investigable.
Es solo una cuestión de tiempo donde el 10 de enero es una referencia divisoria de aguas donde 80% del país se irá por un cauce constitucional legal y legítimo mientras que 20% restante (o lo que les quede para ese momento) entrará en las profundidades oscuras de un grupo de resistencia cada vez más atemorizado por los niveles de vulnerabilidad que significan las órdenes de captura internacionales en un ambiente de anarquía institucional interna que se inmoló a partir del 28 de julio y que ya hoy carece de credibilidad y legitimidad.
Lo único que mantiene la gobernabilidad hoy en día es el terror, y la experiencia indica que el tiempo que les quede siempre será de desmoronamiento continuo y consistente, al final del cual se encontrarán con lo que podrían haber evitado si hubieran acatado los resultados del 28 de julio y utilizado los 5 meses de buffer zone para negociar lo que ya desde este momento será muy difícil que logren.
Social
En este informe quiero ponerme en los zapatos de aquellos que quedaron del lado del gobierno chavista, ya sean sus dirigentes máximos en la cúpula, ya sean las capas de mando que estén por debajo, y también aquellas bases que aún creen que la revolución puede arreglar un país que sin intermediarios o interpósitas instituciones destruyó en todos sus ámbitos y dimensiones como si hubieran tenido en sus manos un mazo o una mandarria y lo hubieran golpeado hasta casi desaparecerlo.
Porque para llegar a hablar de desmoronamiento en lo político institucional, es como la consecuencia natural del desmoronamiento físico y económico de la infraestructura del país, en lo eléctrico, en el suministro de agua, en el transporte, en las carreteras y puentes, en la pobreza brutal, y en el aislamiento al que sometieron al país con un voluntarismo que comprometerá las bases de sustentación por al menos una generación.
Porque el tamaño de las deudas que generaron los «exprópiese» a viva voz, más todos aquellos que de una u otra manera hicieron el silencio, están generando demandas ejecutables por embargos sobre todo activo que tenga el país, ya sean estructuras, bienes muebles, inventarios y flujos de ingresos futuros.
Esta gente nos arruinó la vida, pasada presente y futura; sabiendo que solo en la futura, a partir de que logremos el cambio, tendremos la posibilidad de compensarlo con algún tipo de negociación, que solo será posible si el chavismo se mantiene totalmente alejado del nuevo gobierno; como para que este pueda ganarse una credibilidad que teniéndolos cerca no será posible de ninguna manera.
Es muy difícil que las pocas bases que decidieron continuar con su apoyo al gobierno puedan hoy manifestarlo abiertamente frente a amigos y vecinos, sin que les caiga encima su parte del repudio. Los mandos medios se cuestionan todos los días sobre qué hacer con su futuro personal tratando de mantener un perfil muy bajo, ya no solo para que su comunidad circundante no los note, sino también para evitar que las cúpulas puedan tenerlos en cuenta para cargos de mayor visibilidad.
Hoy en Venezuela para las capas medias y bajas del chavismo, ser reconocido como tales es tóxico y lleva al aislamiento personal.
En el caso de la cúpula y sus adláteres la situación no es muy diferente por el temor a su seguridad física y a su integridad, más la de sus familiares y amigos; lo cual los lleva a vivir situaciones personales que supieron vivir algunas veces en los 25 años de chavismo, pero que en la actualidad no se ve una solución que les permita volver a vivir con tranquilidad. Eso para ellos se acabó.
Y sí como decía el Psicodata 2024 de la UCAB, la gente en general estaba sufriendo problemas emocionales, podría hasta decirse que son menores comparados con la situación personal que se vive dentro del chavismo a todos los niveles.
De ninguna manera debe creerse que, porque la gente no está en la calle protestando e inmolándose frente a la barbarie, hay tranquilidad y el país está controlado. De hecho, no solo no está controlado, sino que mientras la gran masa opositora se guarda en sus casas, del lado del chavismo aumentan las deserciones pasivas, las traiciones declaradas por Maduro, las persecuciones a chavistas civiles y militares a todos los niveles, dejando a la vista de cualquier lector inteligente de la realidad, que la revolución se está desmoronando y que es solo cuestión de tiempo para que termine de caer.
Económico
Revisando algunos informes económicos que muestran que en la primera parte del año la economía dio muestras de una importante expansión, y que hablan de un “mayor nivel de actividad como consecuencia de estabilidad en el tipo de cambio, la reducción en la tasa de inflación, el incremento en la producción y las exportaciones petroleras, la esperada expansión fiscal y las expectativas en torno a una transición en el régimen político de cara al 28 de julio pasado”.
La preocupación surge de que esa información, cuando se coloca estrictamente en forma cuantitativa, transmite una lectura como que nuestro país está bien y que solo con el tipo de cambio o la inflación ya podemos definir e incorporar para Venezuela la palabra “estabilidad”, lo cual déjenme decirles no hay nada más lejos de la realidad. Porque esa lectura se da en un contexto de variables controladas arbitrariamente las cuales se convierten solo en una referencia mediática que cualquier analista podría decir “sí, pero”.
Porque un país con una caída del producto bruto desde los 350.000 millones de dólares a un rango que no puede precisarse con cifras reales, de entre 50.000 y 70.000 millones de dólares, hace que cualquier valor deba ser analizado con una coletilla de advertencia previa según la cual las variables cambiarias son totalmente manejadas por una masa de dólares informales en efectivo, que no encuentran explicación posible para estar masivamente en los bolsillos del venezolano común.
Porque el dólar (como cualquier divisa) entra a un país solo por exportaciones, por inversión extranjera, por préstamos del exterior, o por las remesas que tristemente han ido creciendo por la gran masa que ya supera los 8 millones de venezolanos que han salido huyendo del país. Por eso es que es difícil poder catalogar de estabilidad del tipo de cambio al hecho de que el precio al que se consigue el dólar no pueda ser evaluado como el de cualquier otro país.
Lo mismo de la reducción de la tasa de inflación considerando que una definición generalmente aceptada es que la tasa de inflación es como la fiebre en el termómetro; que indica que hay una infección profunda detrás de esos números. Y si la infección sabemos que ha ido creciendo, parece difícil que porque le pongamos un cubo de hielo al termómetro y hagamos que baje su lectura, eso cure la infección de fondo.
La realidad es que el analista consciente debería poner en perspectiva esa situación y no aprovecharse del post 28 de julio para revelarla,porque de esa manera daría la sensación de que todo empezó a partir de esa fecha lo cual no solo no es cierto, sino que se convertiría en una mentira gigantesca; porque en esta situación venimos cayendo en forma acelerada desde el año 2014 hasta esta fecha, sin que la infección haya sido curada, y manipulando algún tipo de variables.
La otra explicación que dan los analistas sobre incremento en la producción y las exportaciones petroleras, debe aclararse que cuando arrancó la revolución, las cifras físicas de producción estaban en el orden de los 3,3 millones de barriles diarios que incluían algún tipo de producto derivado del gas y de la petroquímica, y que hoy en forma forzada tratamos de quedarnos en los 800.000 bpd, después de haber estado en situaciones de 350.000 bpd, tan solo hace un año atrás.
Si eso no se pone en perspectiva, cualquier lector incauto puede caer en la trampa de pensar que en realidad ha habido un incremento en la producción y las exportaciones, cuando la realidad es que lo que se pudo hacer en este tiempo por los 6 meses que duró la GL44, y por la cuestionada -por ser considerada petróleo de sangre- de la GL41, nosotros no estaríamos por encima de los 300.000 o 400.000 bpd.
El optimismo y la visión optimista al futuro no se construye en base a ocultar hechos o distorsionar conclusiones, y poner en perspectivas inadecuadas los números absolutos que realmente existen.
Porque el 28 de julio no fue el principio de la inestabilidad, sino por el contrario, fue el principio de la esperanza por lo que el llamado es a que se concientice a la población, especialmente aquella más vulnerable, a las mentiras y manipulaciones mediáticas sobre el verdadero estado del país.
Porque esa será la base real, que debe entender todo el país, de la cual arrancará el nuevo gobierno y que, si la gente cree que va a arrancar de algo mejor, su nivel de expectativas y exigencias va a ser injusto y no va a permitir que nos volvamos a convertir en la nación próspera a la cual todos querían emigrar, y que tristemente con esta revolución, se ha convertido en la nación en la que pocos pueden quedarse. No dije quieren quedarse porque… porque todos queremos quedarnos, porque queremos a Venezuela. Por eso dije “pueden” quedarse porque hay gente que sabe que si se queda lo va a pasar peor y tiene que pensar en sus familias, en el futuro que se le ha negado a esta generación.
Internacional
Si bien hoy somos el país más aislado de las tres Américas (porque Nicaragua y Cuba están menos aisladas que nosotros) siempre hay que poner en perspectiva las relaciones derivadas de un mapa de actores en el cual, el centro del mapa está Venezuela y hay distintos anillos de poder e influencia a su alrededor, según los distintos temas de actualidad.
Porque en la medida que se globalicen los conflictos armados formales que hoy existen habrá que ver cuál es el posicionamiento del gobierno de la revolución de cara a esa situación.
Si tomamos el tema de Ucrania y la posibilidad real y concreta -aunque no pareciera que inminente- de que el resto de la Unión Europea primero, y Estados Unidos después, se incorporen al conflicto, nosotros quedaríamos del lado de Rusia, dando la oportunidad formal a que seamos sujetos de algún tipo de cautelar que, dependiendo de la evolución de los acontecimientos, podría convertirse en un bloqueo o en una invasión derivada del tipo de relación -que no se sabe a ciencia cierta en qué consiste- que podamos tener para ese momento con los rusos; considerando que un par de semanas atrás Delcy Rodríguez estuvo visitando Moscú.
Si tomamos el tema Medio Oriente nos encontraremos con que la guerra que mantiene Israel que es un país democrático y con bandera -con el cual hemos cortado relaciones diplomáticas- contra grupos terroristas como Hamás al sur, protegida por el gobierno palestino; o como Hezbollá al norte, protegido por el gobierno del Líbano; y con los hutíes en Yemen que asolan a los cargueros en el Mar Rojo, y disparan misiles contra Israel; nos encontramos con que al menos los dos primeros grupos tienen una presencia formal y reconocida por el chavismo en nuestra Venezuela.
Y que los tres anteriores en realidad se auto reconocen como módulos proxy del gobierno de Irán que es el país no democrático -porque es teocrático- pero que sí tiene bandera y al momento de escribir este informe está esperando la respuesta armada por parte de Israel a un ataque formal que realizó Irán el lunes pasado, lanzando entre 180 y 200 misiles sobre ciudades como Tel Aviv y Jerusalén.
El caso de Irán es para tener en cuenta por los convenios para construcción de drones que tiene con Venezuela (declarado por el propio chavismo) que pondrían a Venezuela nuevamente en el lado equivocado de la ecuación, sometiendo a la población a las consecuencias de las decisiones de su gobierno.
Porque tanto en el caso de Rusia como el de Irán, que forman parte del llamado «eje del mal», y teniendo cortadas nuestras relaciones con Estados Unidos, y estando el gobierno del chavismo muy cerca de perder legitimidad el próximo 10 de enero, muy posiblemente podamos ser sujetos de algún tipo de ataque ya sea por grupos irregulares buscando cobrar las recompensas por las cabezas de los líderes de la revolución chavista, o ya sea por algún tipo de invasión formal -con bandera- basados en que para EE UU, desde diciembre del 2014 somos «una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad interna de EE UU».
Lo cual les daría la excusa formal para una invasión en un contexto en el cual la región casi completa rechaza las torturas y el ataque a niños, mujeres, ancianos y gente común, por lo cual, si bien habría un rechazo a una intervención y ruptura de la paz en la región, no habría muchos más argumentos para criticar y rechazar una acción de ese calibre.
Yendo el caso de España los sucesos grabados en voz y video como documentación de lo que ocurrió en la embajada de España en Venezuela para presionar la firma de una declaración írrita viciada de toda nulidad por parte del presidente electo de Venezuela con 70% de los votos, Edmundo González Urrutia, dispararon un rechazo interno con la oposición española que hoy en día cuenta con más apoyo que los socialistas y comunistas del gobierno de Pedro Sánchez, sacando a la luz el tema de la visita de Delcy Rodríguez a Madrid en enero del 2020, en lo que se llegó a conocer como el delcygate, entrando en espacio europeo tal como cuatro años después lo hizo en la embajada española en Caracas. Una vez puede ser un error, pero ya la segunda, es sistemático.
Por el giro que están tomando las cosas, el gobierno de Pedro Sánchez con una debilidad importante en las Cortes, está tendiendo a aceptar a Edmundo González como presidente electo, y tan solo esperando el pronunciamiento de la Unión Europea, que todo indica que irá en la misma dirección de EE UU con todo lo que eso significa sobre el ámbito iberoamericano; con excepción hecha del gobierno comunista de México que comprometió seriamente la relación con España aduciendo argumentos que poco tienen que ver con la evolución histórica de la relación bilateral, y que a todas luces es un gesto populista de este tipo de regímenes; que si bien son democráticos, al igual que terminó ocurriendo con Venezuela, poco a poco van perdiendo características y atributos, y terminan en autocracias repudiadas adentro y afuera de sus países. Y ese parece ser el camino que está recorriendo México.
Cómo reacción a la posición que va tomando el débil gobierno de Pedro Sánchez en contra de la revolución chavista se volvió a poner sobre la mesa el mandato que Diosdado Cabello le dio a Jorge Rodríguez para que intime al gobierno de Maduro a cortar relaciones con España. Maduro ante el primer estímulo reaccionó negativamente justificándolo en la permanencia de las empresas españolas en Venezuela. Pero luego de este segundo impulso, si se sigue oponiendo, seguramente va a tener que pagar consecuencias internas muy fuertes, porque por lo que se sabe, desobedecer a Diosdado -nuevo jefe de la revolución- suele tener consecuencias muy graves sobre las personas o sobre familia y allegados, o ambas al mismo tiempo.
Con el resto de la región hay tensiones muy fuertes especialmente con los gobiernos de Argentina y Uruguay quienes están trabajando con el grupo de países liderados por el Secretario de Estado Blinken, llamado «de República Dominicana», para pasar del dicho al hecho sabiendo que el dicho son solo declaraciones, y qué el hecho, sin tener idea de que tienen en mente, seguramente ya no son ni declaraciones, ni manifiestos.
Los casos de Brasil y Colombia con gobiernos recalcitrantes de izquierda que hicieron creer a la comunidad internacional que apoyaban el verdadero resultado de la elección del 28 de julio ahora juegan con matices que, de ser llevados a la práctica, significarían la permanencia de Maduro y la revolución.
La propuesta de Brasil de repetir las elecciones pierde todo sentido desde el 28 de julio y que bajó estas condiciones, no hay ninguna garantía de que el fraude no se repita; y que después de la presentación del centro Carter avalando el resultado de la elección que favoreció a Edmundo González, ya pierde todo sentido de aplicabilidad.
Por otra parte, la propuesta de Colombia de convivencia, se vuelve imposible por el grado de toxicidad que el gobierno chavista le induciría a cualquier gobierno de coalición, y mucho más cuando está claro que la victoria de María Corina Machado a través de su presidente Edmundo González Urrutia la habilita a hacerse cargo del gobierno y a que el chavismo dé un paso al costado y lo entregue en su totalidad.
EE UU qué es el actor más importante y con más poder e influencia sobre Venezuela y sobre su mapa de actores, manifestó la semana pasada que se siguen estudiando sanciones de todo tipo con énfasis en las personales y, de buena fuente, se sabe que por interpósitas personas le siguen abriendo puertas al chavismo haciéndolo ver que el costo de salida es más bajo que el costo de permanecer.
El tema es que las negociaciones cubren un ámbito limitado de personas y son más las que quedan al descubierto, especialmente los empresarios que el mismo Maduro llamó enchufados, y que ya están en la lista de los Estados Unidos y están fuera de cualquier negociación.
Por eso es tan importante que el conjunto de conversaciones informales que siguen manteniendo, logren una oferta aceptable que evite males mayores a una población que viene sufriendo de vivir mal hace ya muchos años, desde que comenzó el chavismo en 1999.
La situación del gobierno chavista de Venezuela en su mapa de actores, con los actores del entorno, es muy complicada y los únicos aliados que tiene no solamente están muy lejos geográficamente, sino que no comparten ni idiomas, ni culturas, y ellos tienen sus propios problemas muy graves que los pueden llegar llevar a perder sus países a manos de una gran coalición internacional, que defiende el tipo de cultura occidental en la que fuimos criados y que esta gente quiere reemplazar por la teocracia del islam o por el expansionismo soviético que Putin pretende restaurar.
Cualquiera de las dos opciones es inaceptable para un pueblo noble, católico y de perfil capitalista como el venezolano.
Recomendación
- Al gobierno: que busque la manera de desregular la economía para dar pie a un reacomodo orgánico de las distintas variables económicas y sociales, de forma tal de que podamos reconocer nuestra verdadera situación, y que se comiencen a establecer equilibrios internos, que deberán ser revisados y adaptados por el nuevo gobierno.
- A la dirigencia opositora: que continúe con presión sobre las estructuras internacionales que los reconocen y apoyan, así como buscar diálogos y acuerdos directos con los distintos estamentos del chavismo, sin que necesariamente haya compromisos institucionales, del tipo de gobierno y oposición, que ya sabemos que no funcionan. Sería una estrategia bottoms up para construir la futura gobernabilidad… y ojo con los alacranes, que están por todas partes, a veces disfrazados de opositores “resteados”.
- A la dirigencia empresarial: que actualice en forma continua sus lecturas sobre la situación del empresariado (Fedecámaras y Fedeindustria) preguntado sobre su estatus financiero y operativo, así como mapeando el perfil de los problemas que enfrentan. Lamentablemente, algunos de los “enchufados” de Maduro se encuentran en esas instituciones y hay que cuidarse de sus agendas defensivas personales que pudieran arrastrar a otros en su caída.
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