Esto que está pasando en América Latina no podría considerarse una nueva ola roja, sino más bien una ola rosada; que no parece que vayan a derivar en regímenes autoritarios, sino que serán capaces de convivir en un ambiente democrático.
Los casos autoritarios que tenemos en la región tienen origen militar, mientras los otros, Arce, Boric, Castillo, Lula (si le ganara a Bolsonaro) y Petro, vienen de origen civil y democrático. Tal vez abriendo un compás de espera con el caso de Petro, porque si bien su origen es militar guerrillero, ha convivido en democracia y ha ejercido cargos democráticos. Y la inercia lo colocaría más cerca del juego democrático que del autoritarismo. Y si bien en campaña se prometen cosas que después no solo no se cumplen, sino que se hace todo lo contrario, Petro habló de capitalismo democrático, defendiendo el derecho a la propiedad privada.
En la campaña anterior, Petro perdió con Duque por sus nexos con el chavismo y con Nicolás Maduro. Mientras que en esta campaña se desmarcó y los criticó, rompió nexos con el madurismo, alineándose más con tendencias de la nueva izquierda. Y en lo internacional, se espera que no tome posiciones drásticas, sino que actúe en espacios ambiguos… veremos.
La izquierda rosada
El giro a la izquierda rosada de la región pareciera originarse en la magnitud de la pobreza, que es una fuente no informada de votos, que en definitiva son los que ponen presidentes. Claro son no informados, pero sufren lo que les toca y saben que, con solamente discurso ideológico, pues no se come.
Para anticipar el futuro comportamiento de estos nuevos izquierdistas que gobiernan, hay que considerar, país por país, la fortaleza de las instituciones, el peso de los que no votaron por ellos, y la capacidad que puedan tener, como opositores, de ejercer un contrapeso de conflicto positivo.
Podríamos anticipar que el riesgo de que quieran perpetuarse sería medio o bajo; el verdadero riesgo está en las políticas que impulsen, y en la manera que gobiernen la economía. Porque la economía es el condicionante más importante para las ofertas políticas, que tendrán o no aceptación, según su impacto social.
Porque más allá de lo pro mercado o pro estado que sean las posiciones de estos gobiernos rosados, está la posición de los inversores privados que son muy sensibles y rápidos para abandonar el país, pero muy lentos para regresar… si es que son capaces de cambiar de idea.
Por eso, el primer impacto, cuando ya se anticipa que estas izquierdas pudieran ganar la presidencia, hace que las inversiones bajen o se retiren del país; y hay un segundo impacto sucesivo, cuando ya ganan, que es la salida rápida de otras empresas, por las dudas que generan temas como las reglas del juego y la propiedad privada; así como los controles y la excesiva participación del estado. Y eso se verá día a día, por la manera cómo manejarán y se relacionarán con las inversiones que permanezcan.
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Neochavismo
Por otra parte, Maduro y el neochavismo, como uno de los que quedan de la ola roja, llevan tiempo migrando hacia el liberalismo económico; como una señal positiva para la región, pues coexisten un gobierno hegemónico de izquierda, con un nuevo enfoque dirigido hacia el mercado.
Pero más allá de las motivaciones de Maduro para cambiar, se constituye en un ejemplo para las izquierdas de la región de que en lo económico hay que hacer las cosas de una forma diferente, con menos intervención del estado y menos controles en la economía.
El tema es si ese liberalismo económico va a hacer presión sobre lo social; y lo social va a presionar sobre lo político. Porque si el chavismo hubiera entendido esto antes, hoy tal vez se mantendría en el gobierno, pero con recambio democrático de nombres y sin necesidad de generar sospechas sobre el fair play.
Todo parece indicar que la guerra de Europa se va a extender hacia nuestra región, y va a obligar a que la izquierda rosada tenga que tomar posición; y es casi seguro que las que puedan hacerlo, preferirán la neutralidad, y las otras se alinearán con los aliados.
Mientras que los autoritarios tenderán a tomar partido por el enemigo y se profundizará el conflicto en la región. En contra de cualquier supuesto previo, el caso de Venezuela pudiera ser la excepción, por el pragmatismo demostrado por Maduro que parece no tener límites.
Caso Venezuela
La explicación para el caso Venezuela, volviéndose pro EE UU, se encontraría en que, al no poder dejar el poder por los riesgos personales, se ven obligados a transformarse para intentar bajar la presión que se hace sobre ellos para que se vayan. La idea de que “Venezuela ya se arregló” la impusieron creando la burbuja liberal que, si bien solo favorece a un porcentaje bajo de la población, logró que en marzo hubiera una misión de EE UU, liberó un par de presos norteamericanos, y EE UU le levantó las sanciones a un exfuncionario del chavismo.
La guerra va a forzar a potenciar las capacidades productivas de la región y alinearlas con las cadenas productivas de EE UU y la UE. Y como se supone que la guerra va durar varios años, entonces las inversiones de adecuación pueden durar también algunos años; tiempo suficiente como para que EE UU pueda influir decisivamente en la región; sin que se descarte la intervención militar. Las revoluciones que quedan, se transforman, o se extinguen.
Nos vamos a encontrar con una nueva izquierda sin poder político en sus países, con oposiciones fuertes y con pueblos saturados de que las cosas no les vaya bien:
- Chile retrocede en muchos indicadores como resultado de la elección de Boric, y solo él puede revertir esto con el ejemplo
- Perú, ha retrocedido poco con Castillo, por la separación entre lo económico y lo político. Sus indicadores siguen buenos
- Brasil, con Lula –si gana- podría no afectar sus números, porque en el pasado no afectó negativamente a la economía; pero Bolsonaro lo está haciendo muy, pero muy bien en lo económico
- Argentina con el kirchnerismo llevó al país a un límite peligroso que toda la población resiente, y lo más probable es que haya un golpe de timón, con cambio hacia un gobierno opositor
- Colombia vivirá una nueva experiencia de izquierda, y habrá que esperar a ver qué hace Petro, y qué paciencia tienen los mercados. Será tal vez el presidente con menos capacidad de maniobra de los últimos años.
Cambios en la región
En cuanto a cambios en la región, tomada como un conjunto, aún no hay alguna pista que muestre integración; porque la Celac es un espacio solo político, y porque el Mercosur, único espacio formal de integración, no opera como se esperaba. El acuerdo con la UE, por ejemplo, lleva años sin concretarse. O sea que no debe esperarse que actúen como un cuerpo, sino siempre atomizados, país por país.
“Esto es lo que hay” parece ser la posición necesaria e inevitable de cualquier persona, natural y jurídica, frente a las diferentes circunstancias que el liberalismo neo chavista nos va presentando. Y no es tan importante si las medidas que van tomando, aceleran o frenan las posibilidades de tener una economía más o menos abierta al mercado.
Nos baste comparar con lo que teníamos en 2017 cuando por el solo hecho de tener dólares ya podíamos terminar presos, y que hoy casi toda la transaccionalidad está en dólares… y eso, parece irreversible; así haya un paso para adelante y otro para atrás, lo cierto es que ya, culturalmente, pensamos y actuamos en dólares americanos. Y tampoco importa mucho considerar los sectores que aún están rezagados, porque más pronto que tarde, serán absorbidos por la ola dolarizadora.
Lo cual no quiere decir que no se hagan llegar propuestas y sugerencias al gobierno, pues está ávido de recibirlas y ponerlas en el pipeline de temas para digerir políticamente primero, y adaptarlas para adoptarlas.
En línea con lo anterior, está pendiente la propuesta de modificación de la Ley del Mercado de Valores que habilitaría un campo de acción, principalmente relacionado con el dólar y con el manejo de la deuda pública interna. Además, tal como vengo insistiendo desde hace tiempo, de formalizar una cantidad de situaciones de hecho que han ido funcionando positivamente, pero que requieren de la tranquilidad de que no serán anuladas en el futuro. La palabra clave es confianza.
De repente, el tema del avión iraní con bandera venezolana retenido por la justicia argentina, y ahora solicitado por la justicia de EE UU, cobró una importancia que afectó múltiples instancias y dimensiones, desde las bilaterales con Argentina, hasta las multilaterales con EE UU e Irán.
Relaciones
En la relación con Argentina es difícil que se pueda retroceder en las declaraciones y epítetos públicos contra la institucionalidad argentina, tanto de parte del presidente, como de la AN y del partido de gobierno. Es difícil que la cancillería argentina no responda, aunque podrían no hacerlo.
Lo cierto es que la relación de Venezuela con Argentina se complicó, justo cuando se relanzaban con el nombramiento de embajadores, y posibilidades de nuevo comercio.
No se pueden perder de vista los temas Rusia-Ucrania, China-Taiwán/EE UU, Israel-Palestina, y tal vez Irán con alguno de los tantos enemigos que tiene como ser EE UU, Israel o los árabes. Lo cierto es que el mundo está entrando en una nueva conflictividad global que no ocurría desde el fin de la WWII, y va cambiando las referencias y los alineamientos.
Debemos prepararnos para tiempos inéditos, porque los tiempos y las tecnologías han cambiado desde entonces. Y ya los baby boomers están de salida, y casi no hay gente que haya vivido la última gran guerra.
Recomendación
Al gobierno:
- Que reactive para nuevas consultas el proyecto de modificación de la Ley de Mercado de Valores; porque podría resultar en un dinamizador general de la economía, pero también en una fuente para las finanzas públicas, con la posibilidad de emitir deuda interna en dólares que pudiera ser canalizada a través del mercado de valores.
A la dirigencia de la oposición:
- Que revisen la estrategia a la luz de la nueva fuente de retraso a las negociaciones, originada en la retención del avión iraní con bandera venezolana, en Argentina. Antes fue el caso Saab, ahora éste, y así podrán venir muchos otros. Tienen que buscar ganar peso específico, a prueba de excusas. Porque de la manera como están oponiéndose, pues no es el camino… think, think, think.
A los dirigentes empresarios:
- Que revisen el sistema de remuneración de los trabajadores, pues se están empobreciendo muy rápidamente. Ya no basta pagar en dólares, sino aumentarles en dólares, pues el sistema de precios de referencia en dólares se está deslizando al alza. Y se reflejará muy fuerte en el tema alimentario.
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