VENEZUELA

Análisis de entorno: La líder que encontramos (y que tal vez no pueda ser candidata)

por Avatar Benjamín Tripier

Las condiciones para protestar están dadas hace ya mucho tiempo, porque motivos sobran, en casi cualquier ámbito de la vida en Venezuela. Por alguna razón, históricamente, el pueblo venezolano se volvió estatista, haciendo que, para casi cualquier cosa en cualquier tema, se dependa del Estado.

Ese lujo que solo podían darse los venezolanos por lo del petróleo, que era sabido, al estar en manos del Estado, pues no había más remedio que aceptar que casi todo estuviera en manos del estado. Hasta lo que no estaba en sus manos, dependía de una u otra forma del Estado.

Los gobiernos anteriores a la revolución bolivariana, pudieron mantener el petróleo como fuente principal de ingresos, porque actuaron con mesura y permitieron que la industria estuviera manejada por profesionales. Era un mundo aparte que funcionaba muy bien siendo Pdvsa la cuarta petrolera más grande del mundo, con el complejo refinador más grande del mundo, y con reconocida reputación de buen manejo gerencial, casi siempre en el leading edge de la tecnología.

Por eso es que, cuando ese Estado rico se vuelve pobre, le caen a él todas las quejas… porque el poder que tenía sobre todo y sobre todos, requiere dinero para ser sostenido, y eso… bueno… eso se acabó.

Cómo haría entonces para responder a las quejas y al descontento, cuando ya no puede hacer lo que hacía antes, que lo hacía a “los realazos”. Ya no puede prometer solucionarlo, porque en realidad no puede hacerlo, y la gente lo sabe. Por eso es que las protestas no tienen miras de terminarse sino por el contrario de agrandarse. Porque, al no haber dinero para mantenimiento, la infraestructura tiende a deteriorarse, y las soluciones pasan por la canibalización de equipos, para arreglar otros; pero esa estrategia involutiva, solo conduce al colapso. Lo cual profundiza las protestas.

Protestas por bajos salarios, por contratos colectivos no cumplidos, por falta de salud y hospitales deteriorándose cada día más, por falta de agua, de electricidad, de internet, de educación, por la inseguridad, por los precios… y por la corrupción rampante que mete presos a unos, que son sustituidos por otros. Cada vez queda menos para robar, por lo que las “mordidas” tienen que ser más grandes, antes de que se acabe… y no importa que se note. Pero la gente lo nota.

En paralelo, la política estaba alejada de la mente de los venezolanos, por el descrédito de la dirigencia. De la del oficialismo por las razones anteriores, y de la de los opositores por no responder, representar o realmente oponerse. Y así como en el oficialismo no hay excepciones a esa regla, en la oposición sí hay gente que realmente se opone… contados con los dedos de una mano, pero sí los hay.

Es como si hubieran hecho un pacto (en algunos casos lo hicieron) de convivencia y permanencia, para que cada uno adoptara un rol en el cual el oficialismo mandaba, y el resto acompañaba… suave, sin que lo haga perder la condición de “opositor”. Por eso nació la “mesita” primero, y cuando creíamos que no habría nada nuevo nos sorprendieron los “alacranes”, y posteriormente los “escorpiones” con la eliminación del interinato. Siempre atacando a otros opositores y nunca al gobierno… no vaya a ser que…

Hasta que, con la rápida salida del país de Juan Guaidó, que era quien recorría el país verdaderamente oponiéndose, al espacio vacío lo ocupó María Corina Machado, quien venía corriendo desde atrás, con bajo perfil, con propuestas de cambio, consistencia de argumentos y con una épica importante de haberse enfrentado cara a cara a Chávez diciéndole que con su “exprópiese” estaba robándole a la gente.

Y de un momento para otro, ella se convirtió en un fenómeno de masas, de gente que viaja sin alimento, sin gasolina y con riesgo de represión, para asistir voluntaria y espontáneamente a sus actos, llenando las plazas de cada ciudad y poblado por el que pasa. De hecho, todas las encuestadoras, las de un lado y la del otro, le reconocen que sus números, multiplican por 4 al de sus dos seguidores. Por ejemplo, ella 30%, el segundo 7% y el tercero 6%… y los demás no superan los 3 puntos… porque son muchos… son 14. Su gran competidor, con otros 30 puntos, es la indiferencia, representada por los que aún no saben que van a hacer, si van a votar o si no van a hacerlo.

Y cuando se incorpora al candidato del gobierno en esos números, tiene 12 puntos… que representan menos de la mitad de los que ella tiene, pero duplica al segundo y tercer opositor. Y la inhabilitación no es relevante, porque solo tendrá efecto para las elecciones, que aún no tienen fecha en el calendario.

Pero para quienes sí parece relevante es para sus “compañeros opositores”; un alacrán buscó confirmar la inhabilitación, y ahora un escorpión le dice que como está inhabilitada no debería presentarse a las primarias. Y así, las descalificaciones, una vez más, como pasó con Guaidó, vienen de sus “compañeros”; podría pensarse que es envidia o resentimiento (que los tienen), pero lo que más pesa es cumplir con la tarea encomendada para destruir a la oposición desde adentro. Nada nuevo… los mismos, haciendo lo mismo.

Lo que parecen no entender, es que este tema, no es por una candidatura, sino por un liderazgo.

Y allí es donde convergen las protestas que mencioné al principio, con ese liderazgo emergente de María Corina Machado, porque hasta este momento, no había quien tuviera la credibilidad y el liderazgo para convocar movimientos de calle. De hecho, ningún dirigente opositor es capaz de convocar, y que asistan. Y eso irá creciendo. Más que nada porque los dos fenómenos, las protestas y el liderazgo, son genuinos y nacen de lo profundo de cada persona, que, en definitiva, es lo profundo de Venezuela.

Político

Las últimas declaraciones del ministro de la Defensa sobre que las Fuerzas Armadas siguen siendo profundamente chavistas, así como se escucha, que las cabezas de todas las instituciones se reconocen a sí mismos en forma pública y abierta, y sin ningún tipo de temor, como chavistas, puede inferirse, casi sin error, que nuestro sistema institucional está comprometido y alineado con el chavismo. Razón por la cual es difícil que un opositor verdadero pueda contar con algo de imparcialidad.

El ejemplo más claro es el conjunto de eventos preelectorales que van desde la intempestiva renuncia de los rectores del CNE, y la reposición y reemplazo de sus miembros, que están siendo seleccionados por un grupo cuyo liderazgo lo tiene la esposa del futuro candidato del chavismo, quien es el actual presidente. Ya desde esa base, puede perfectamente anticiparse que, quienes resulten elegidos, lo harán respondiendo al chavismo… Como con el resto de las instituciones, deberán ser profundamente chavistas, así digan que no lo son, y que son independientes. Bueno… la mesita, los alacranes y los escorpiones, también se llaman a sí mismo, opositores.

Por lo que se puede anticipar que estas elecciones que vienen, no serán competitivas y que no habrá posibilidad de que un opositor las gane. Por eso es que, para el país, que es principalmente opositor, la única elección que le generará un líder al que puedan seguir, será esta primaria que, si la dejan, ocurrirá el próximo 22 de octubre. Porque a priori, pareciera que son a prueba de inhabilitaciones…

Los países necesitan el equilibrio político de contar con oposiciones fuertes.

Social

La caída del consumo y el empobrecimiento de la sociedad, están asociadas al cambio del perfil poblacional y de los estratos socioeconómicos. Tradicionalmente nuestra pirámide socio demográfica se apoyaba en unas clases D y E que alcanzaban 75% de la población y una clase F (indigencia) que no superaba 8% de la población. Por esos mismos tiempos, la clase C –la clase media-, que significaba 15% de la población, fue perdiendo homogeneidad y tuvo que desdoblarse en C+ y C, siendo que el C- representaba a la clase media baja.

El siguiente movimiento fue la aparición (corta, transitoria) de la clase D+ que reflejaba al estructuralmente pobre, pero con ingresos excepcionales provistos por el Estado, que hacían que, por ejemplo, alguien con todas las características de pobre pudiera usar zapatos deportivos de marca costosa.

Finalmente, esa clase D+ se extinguió por el comienzo de los shortages en el financiamiento social por parte del estado, y terminó absorbiendo a la C- agrandando la base de la pirámide hasta el actual 85% de pobres, entre D y E. El otro fenómeno que fue ocurriendo frente a nuestros ojos –aunque no lo notáramos– fue la de pauperización de la clase E, absorbiendo las características de la clase F, que, como les mencioné más arriba, era la indigencia.

La D absorbió las características de la E, y la E, las de la F… y la C –clase media-, se convirtió en una bisagra que hace que, todos los días, un C, se convierte en pobre. Porque el país, en su conjunto se está empobreciendo. Hoy tenemos 85% de pobreza (D+E) con una indigencia (E) que alcanza 76%.

Se da el caso de que alguien propietario de una quinta en El Cafetal (típica urbanización de clase media) tenga estacionado en su casa un carro de principios de los 2.000, pero no tenga para comer, y deba vivir de la caridad de sus vecinos… porque, para colmo, el mercado inmobiliario está muy golpeado. En estos días se ofrecía en San Román (típico lugar de clase media alta) en 90.000 dólares, cuando, 10 años atrás su precio se acercaba a los 500.000 dólares.

De allí la caída del consumo, que no es coyuntural, sino que se está solidificando, a menos que se tomen medidas rápidas del cambio de perfil del modelo de negocios de las empresas, que está diseñado para atender necesidades de clase media, la cual va tendiendo a transformarse.

En lo social, para entender esta nueva realidad, tenemos que cambiar los paradigmas y las referencias. Ya, socialmente hablando, nunca volveremos a ser lo que éramos, aunque sí podemos ser algo mejor… solo si entendemos que las cosas han cambiado sin retroceso. Y eso sin contar con los más de 7 millones de venezolanos en edades productivas, que han abandonado el país, y ahora contribuyen al PIB de los países que los acogieron.

Económico

La noticia de la suspensión del “puerta a puerta (PaP)”, fue desmentida por el gobierno. No obstante, por el momento pareciera que hay un condicionamiento que está asociado a unas regulaciones que estaban desaplicadas y que ahora están tratando de reaplicarlas. Algo similar a lo del dólar “de hecho”, que cuando el gobierno quiera aplicar el “de derecho”, ocurrirá algo similar, y se producirá confusión y aumentará la desconfianza.

Porque el PaP se convirtió en una válvula de descompresión, la cual, alineada con la libre circulación del dólar en la economía, nos hizo transitar por un camino menos espinoso que si eso no hubiera ocurrido… es decir, si a eso no lo hubieran permitido.

Del “puerta a puerta” y de la libre circulación del dólar se alimenta nuestra economía de todos los días. Lo que se compra en Miami y en Panamá, se vende aquí con el precio calculado considerando el cost plus. Por lo cual es natural que nuestros precios locales sean el resultado del precio en origen, plus, la ganancia… y ese precio será más alto o más bajo, dependiendo el tamaño del plus. Por eso nuestros precios locales son más altos que en EE UU.

Lo cual le quita competitividad a los bienes que produce la industria nacional, porque si bien tienen la “ventaja” de que algunos insumos, repuestos y partes llegan PaP, sus productos tienen que competir con su equivalente provisto por el mismo PaP.

Por otra parte, los sueldos internos funcionan, según un análisis de Poder y Estrategia. reconociendo que solo 2% de la población gana por encima de los 1.000 dólares, y que 5% está entre 500 y 1.000 dólares. Más abajo, 12% está entre 301 y 400 dólares, 24% entre 201 y 300 dólares; 31% está entre 101 y 200 dólares, y que 23% está por debajo de los 100 dólares mensuales. Los cuales, por cierto, tienen más de un año congelados, mientras la inflación interanual, según el OVF, para junio era de 429%.

Y esa es la razón principal de la caída del consumo, que no solo se arreglará aumentando la oferta de bienes y servicios, sino logrando que la población (ver el título “Social” de este informe) tenga la capacidad de demandarlos.

Venezuela sigue siendo el país de las oportunidades, el tema es crear y sostener las condiciones de entorno para poder identificarlas y explotarlas, y que se conviertan en factores de bienestar para sus ciudadanos. Y allí es donde la convergencia entre lo público y lo privado, es la que puede hacer la diferencia.

El presidente argentino, Alberto Fernández (derecha), y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva (izquierda), conversan después de posar para la foto familiar durante la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados en Puerto Iguazú, Argentina, el 4 de julio de 2023. Foto: NELSON ALMEIDA / AFP

Internacional

Cuando a Lula se le vaya Fernández el próximo 10 de diciembre de 2023, se quedará solo en una región donde la izquierda, su izquierda roja, fracasó y está siendo reemplazada por izquierdas rosadas (Boric, Petro y Arce), y por movimientos de centro derecha que tratan de recuperar sus países de tanto daño infringido por ese mal llamado progresismo que, al final, solo logró inestabilidad y peor calidad de vida.

Ya van dos reuniones convocadas por Lula, que son acaparadas por el rechazo a su posición frente al tema Venezuela. La pregunta que uno se hace es cuál es la motivación que tiene para enfrentarse al mundo defendiendo lo indefendible. Y la respuesta no es fácil, ni es buena… las respuestas, en general, están en lo que no se ve. Hay que recordar que el tablero donde se juega es mucho más grande y tiene un alcance mayor que el que tenemos a la vista.

En Argentina va a haber un reemplazo de criterios y de principios. Todo indica que quien gane la presidencia, un “él” o una “ella” va a salir con una posición pragmática, alineada totalmente con EE UU y con la UE, y rechazando la actual relación con Rusia.

Con China el tema es diferente, porque Argentina se ha ido convirtiendo en uno de los campos de batalla entre chinos y americanos. Hoy, la disputa con el FMI y la deuda externa está arrimando al gobierno argentino al lado de China; de hecho, parte del pago que Argentina le hizo al Fondo esta semana que pasó, lo hizo vendiendo un cuarto de los yuanes que tiene en reserva, que son una línea de crédito de 10 mil millones de dólares equivalentes en yuanes.

Para pagarle al Fondo, le pide prestado a los chinos… y los chinos se los prestan en condiciones mucho más comprometidas que lo que le presta el FMI, que tiene la tasa más baja del mercado, y lo que le pide es disciplina fiscal y monetaria; mientras que China pide litio, hierro y espacio sideral, a partir de la base militar que tiene en la provincia de Neuquén, eso sin contar con la carta blanca para la depredación pesquera en el sur, que ya lleva años, y de eso no se habla.

El tema Rusia, mientras continúe el actual liderazgo de Putin, no tiene vías de terminar, como no sea con una derrota acompañada de una rendición incondicional, y sometimiento del país al dictado de los vencedores, quienes, por el momento parecieran ser los países miembros de la OTAN; y no hay que perder de vista que China, quien, por el momento es un actor de reparto, podría entrar al protagonismo, tal como lo hizo Rusia en la WWII, y ser beneficiario de la repartición final.

Rusia, por intentar recuperar las fronteras que tenía la URSS, va a terminar perdiendo parte de su actual territorio.

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