Este año, a diferencia de los anteriores, comienza con una crisis de institucionalidad, con esto del salto al vacío de la dirigencia opositora, quienes, peleándose entre sí, perdieron la confianza de la gente –que por cierto ya estaba bastante golpeada- y abrieron el camino a una casi segura victoria electoral de Maduro en cualquier elección que pudiera darse en los próximos meses o en el 2024.
Hay que aclarar que para la gran masa votante, esencialmente pobres y anti gobierno (aun siendo chavistas algunos de ellos), este tema del interinato, de la AN del 2015 y del TSJ legítimo (como se ha dado en llamar), no es tan relevante. Lo que sí lo es, es la pelea descarnada y el ataque despiadado que, desde hace un par de años, tienen los “compañeros” en la dirigencia opositora en contra de Guaidó, quien, curiosamente, es percibido como el último de los opositores verdaderos, acompañado, a veces, por María Corina.
Con la sesión del 30/12 de la AN 2015, y pase lo que pase en la sesión del 5 de enero del 2023, ya el daño está hecho. Porque todos los que votaron contra el interinato, lo hicieron con una sombra de irresponsabilidad y soberbia, sin dar ninguna explicación de fondo, basados –según fuimos escuchando los razonamientos- en noticias tendenciosas y nunca probadas, descargando a Maduro de los documentos originales, creando un esquema de gobierno parlamentario, pero sin 1er ministro, y dejando en manos de una “comisión” el proceso de toma de decisiones, desconociendo los principios básicos de gerencia, de organización, delegación de autoridad y toma de decisiones.
Porque para la gente, lo que queda es una sensación de desconfianza en la dirigencia opositora, y la casi determinación de no querer, ni por asomo, que alguno de ellos los gobierne en el futuro. Y como nunca votarían por Maduro, pues se abstendrán, asegurándole un triunfo electoral legal y legítimo, sin necesidad de trampas y cortapisas, lavándole la cara a un chavismo, que está pasando de ser de extrema izquierda, a, poco a poco, convertirse en un sistema económico de mercado y libre competencia.
Si liberaran presos políticos y llamaran a una elección anticipada, pues, casi sin duda, ceteris paribus, el chavismo ganaría en forma arrolladora, aunque con una brutal abstención; lo cual, en realidad, en los últimos años siempre fue así. Y la diferencia con el pasado consistiría en que ahora no sería necesario inhabilitar ni vetar candidatos, porque ellos mismos ya se auto inhabilitaron… nadie va a votar por ellos.
Hay que verlo como parte de una estrategia del chavismo llamada “plaza Altamira”, según la cual el tiempo, la paciencia, más algunos incentivos aquí y allá, hacen que poco a poco la oposición vaya cediendo banderas y espacios, y acompañando al chavismo, mientras se aseguran que siga en el poder, y ellos oponiéndose, pero cada vez con más comodidad.
Arrancó con la “mesita” como si fuera un laboratorio experimental; pero sus miembros se acostumbraron y comenzaron a sentirse cómodos con su posición de rechazo por parte de la sociedad. Y cada vez declararon menos y aparecieron menos en público porque la vergüenza tiene un límite, y ellos lo cruzaron.
Luego vinieron los “alacranes”, ya todo un poco más organizado, a quienes les dieron los partidos desde los cuales defectaron, y se convirtieron en parte de la AN del 2020, totalmente afecta al chavismo, más grande que la mesita y con más poder e influencia.
Y finalmente ayer, apareció la siguiente categoría evolutiva, que un respetado amigo (chavista de la 1ra hora y actual crítico del gobierno) llamó los “escorpiones”, con más poder que los dos anteriores, claro que a cambio de un mayor descaro en su planteamiento a favor del chavismo; porque con su movimiento abyecto, terminaron de demoler lo poco que había logrado la oposición en estos últimos tres años.
Todo lo anterior ocurre dentro de nuestra burbuja aislada del mundo. Hay que esperar a ver cuál es la posición de EEUU frente a este nuevo panorama, porque, en definitiva, lo que pasa en este ecosistema venezolano, está directamente impactado por lo que quiere o no quiere EEUU.
Porque hay quienes dicen que lo que ocurrió fue consensuado con EEUU, o por lo menos por el grupito de izquierda representado por Juan González, que tiene ganado una parte del oído de Biden. Otros piensan que es un golpe que el Madurismo le está dando a EEUU, mostrándoles que su control fronteras adentro es más fuerte de lo que parecía.
Pero no hay que llamarse a engaño: hasta que el chavismo no abandone el poder, los EEUU no dejarán de presionar, buscarán la manera de procesar este “golpe” contra Guaidó, y verán como hacen para rescatar las estructuras que se crearon para administrar la resistencia en el exterior.
Lo que sí se puede anticipar es que no le darán a una “comisión delegada” el manejo de todo aquello que estaba en manos de Guaidó quien les rendía cuenta a ellos de todo lo que se gastaba, y de todo lo que pasaba.
Porque hasta podría ocurrir que los americanos mantengan a Guaidó como la única figura que aún no se entregó. De todos modos, hay que esperar hasta el jueves 5 de enero para saber lo que está pasando, y poder hacerse uno a la idea de qué es lo que pasará.
Lo cierto es que el daño interno a las posibilidades de la oposición de consolidarse como fuerza alternativa, ya está hecho y no tiene vuelta atrás. Deben comenzar desde cero.
Y como la vida es para adelante, la oposición, ya sabiendo sin lugar a dudas quién es quién, y con quién están, deberá reconstruirse a partir de los escombros, contando solo con Guaidó y tal vez con María Corina Machado como punta de lanza de una dirigencia, la cual, con los errores y aprendizajes duramente conseguidos, sea la única que realmente interpreta lo que sienten las bases, que saben, también sin duda, que esto no puede seguir así y que las cosas tienen que cambiar.
Político
Las primarias estaban llamadas a ser la bisagra entre las gigantescas bases opositoras y el liderazgo, como para medir qué grado de representatividad de esas bases hay en cada dirigente; cada uno de los cuales cree que está preparado para ser presidente; y cree también que es capaz de arreglar esto.
Después del fiasco opositor del 30/12, lo más probable es que esa bisagra se debilite y ya sea poco probable que los altos niveles de abstención desciendan. Ese día se rompió algo, y ciertos nombres que se auto nominaban, más otros que se sentían con el derecho histórico de presentarse, ya no contarán con apoyo en las bases.
Las bases opositoras quedaron sin cabeza formal, pues adentro y afuera del país, ante la pregunta de ¿quién es el líder de la oposición?, les gustara o no les gustara, respondían: Guaidó. Ahora, hay un vacío, hay incertidumbre, y lo más grave, hay temor sobre el futuro.
Ya no es más cierto que el primer trimestre será inercial… todo ha cambiado, pues EEUU aún no se ha pronunciado, porque las variables económicas se le están escapando de control al gobierno, y porque la pobreza y la gente comiendo de la basura están por todas partes.
Así como las primarias van perdiendo contenido, algo así podría pasar con las reuniones de México. Y también con el tema petrolero. Porque todo esto que hicieron el 30/12, beneficia y fortalece al chavismo gobernante, lo cual va en sentido contrario de la estrategia de EEUU.
Por el momento, Chavismo 1 – EEUU 0.
Social
En Venezuela, lo político condiciona lo económico, y lo económico impacta sobre lo social.
Hace unos meses, antes del descalabro del dólar y de los precios, había una sensación de un grupo del 17% de la sociedad que podía vivir razonablemente bien, alimentándose, educándose, cuidando su salud, y con espacio para el entretenimiento. Y lo más importante, es que ese grupo estaba en el spot light, incentivado por los empresarios híper optimistas, y por el gobierno que obtenía oxígeno político de esa situación.
Mientras que al 83% restante, nadie le prestaba atención; para el gobierno eran innombrables, los empresarios esquivaban el tema, y solo unos pocos éramos reiterativos con la búsqueda de soluciones; y todo el peso caía en las ONG´s, y ahora, últimamente (y lo digo con tristeza) en la caridad internacional.
Los 3 mil millones que fueron noticia como fuente de reactivación, en realidad son una inyección dirigida a la pobreza; y, tanto el gobierno como los empresarios comenzaron a repartírselo sin siquiera mencionar a los destinatarios directos, en cómo se aplicarán, cómo se medirá, y en definitiva cuál será la baja de pobreza resultante de esa inyección.
Porque si bien esos recursos, o al menos una parte, provienen de fondos venezolanos congelados en el exterior, tienen que venir los de afuera a decirnos que debemos aplicarlos para mitigar la pobreza; porque a nosotros, nunca se nos hubiera ocurrido.
Tristemente seguimos con la estrategia de intentar ocultar la pobreza debajo de la alfombra; pero la pobreza ya es tan grande que no solo se nota, sino que sobresale por los lados.
Este año 2023, debe ser el año en el cual cada uno de los que tenemos la bendición de no estar en pobreza, tratemos de hacer algo; lo que sea por ayudar al prójimo
Económico
Les decía que estoy poniendo en duda que el comportamiento de la economía para el 1er trimestre de 2023, sea como una continuidad de finales del 2022. Esto es porque al haber cambiado el precario equilibrio político que teníamos, es aun impredecible el impacto que tendrá sobre lo económico, y consiguientemente sobre lo social y la reacción de las bases populares ante el riesgo del hambre.
Porque no todos pueden irse del país como ya hicieron algunos; los que se quedan, que son muchos, alrededor de 20 millones de pobres, de los cuales más de la mitad están en pobreza extrema, pueden producir algún tipo de conmoción que impacte sobre lo económico, y que impulse un endurecimiento de la posición del gobierno.
Porque la flexibilidad económica y de mercado que hoy tenemos, es precaria, y en cualquier momento pudiera revertirse; porque si al control político lo retoman los radicales, pues olvídense de dólares y del mercado.
Lo que se nota en este último tiempo es que el manejo de las variables económicas, especialmente las monetarias, se le está escapando de las manos al gobierno. El disparo de la inflación y del costo de vida, en dólares, está sacando gente del 17% y bajándola a la pobreza; y el que cae allí, difícilmente pueda regresar, porque nuestra economía está limitada en su crecimiento por varios factores, entre los cuales prima la falta de electricidad; seguido por la falta de confianza, que conlleva a que no vengan inversiones, y a que el RRHH calificado siga pensando en irse.
No cabe duda de que, como país, somos un foco de atención, y hay fondos en el exterior que estarían dispuestos a participar; pero con las marchas y contramarchas, del gobierno, y ahora también de la oposición, cada potencial inversionista lo pensará dos veces, o, al menos, elevará la prima de riesgo para entrar en nuestro país.
El tema del consumo tiene el doble filo de la rigidez en la oferta de bienes y servicios, en frente de una capacidad de demanda variable, siempre superior a lo que se puede comprar, la cual hace que los precios siempre suban… siempre. Y, con cada inyección de bolívares al mercado, se colapsa la demanda (por falta de oferta) y todo termina en el mercado de los dólares, los paralelos, los de verdad, presionando también a la suba del tipo de cambio.
Internacional
Últimamente estoy siguiendo en forma diaria a un corresponsal de guerra que está trabajando en el frente de batalla entre Rusia y Ucrania. Viendo en tiempo real las condiciones de vida, tanto de los civiles, como de los militares ucranianos. Ya desde hace días que el ejército ruso está en retirada, dejando tras de sí devastación y muerte. El dicho de que “aquí no volverá a crecer la hierba” luce extremo –porque sí volverá a crecer- aunque es muy gráfico en cuanto a lo que dejan tras de sí los rusos en su huida.
La maquinaria militar mundial de última generación ya está en producción y es difícil que se detenga. Las líneas de producción de tanques y vehículos militares, de drones y de misiles, están activas y con contratos enormes y de largo plazo. Las ayudas internacionales a Ucrania están orientadas a esa industria. Esa guerra no se detendrá y, por el contrario, se alargará en el tiempo.
Y toda la producción de bienes desde esas zonas geográficas tenderá a ser reemplazada por fuentes diferentes a Rusia, Ucrania y Turquía, y todo indica que se moverá hacia Latinoamérica.
Pero Latinoamérica está bajo control político de la izquierda, la cual ha demostrado no ser business friendly, haciendo que cada país de Europa deba pensarlo dos veces antes de comenzar a establecer contratos de abastecimiento a mediano plazo. Y eso es extensivo al petróleo venezolano, que todo indica que se mantendrá en la cota de producción actual –debajo de los 700 mil bpd- por mucho tiempo más.
Habrá que esperar a que Argentina cambie hacia el centro derecha, y que a Lula le pongan límites duros para gobernar en Brasil, para que recién entonces se pueda pensar en que los países grandes de la región lideren el movimiento positivo hacia convertirnos en los nuevos proveedores de Europa.
Recomendación
- Al gobierno: Que se oriente a traspasar al sector privado toda actividad de perfil empresarial de producción y de servicios. Y que comience por la electricidad, que hoy es el principal obstáculo para nuestras posibilidades.
- A la dirigencia opositora: Que se autodefina y se presente nuevamente, para saber quién es quién, de ahora en adelante. Aunque por las votaciones del 30/12 ya se puede anticipar, sería bueno algún mensaje de esperanza hacia las bases. Guaidó, último exponente de una verdadera oposición, debería tomar posición y explicar cómo queda el escenario.
- A la dirigencia empresarial: Que, frente a estos cambios de viento en la oposición, cierre filas y se mantengan alejados de la política. El gran objetivo empresarial de este año, debe ser mantener el sistema empresarial al máximo de sus posibilidades.