Tratando de analizar o intuir la estrategia de Estados Unidos con respecto a Venezuela, lo primero es aceptar que ellos tienen una que define un par de líneas gruesas y algunos movimientos tácticos que se desenvuelven, por una parte, según las circunstancias, y por la otra, según los intereses de los actores políticos norteamericanos.
Y que el gran objetivo es que el chavismo salga del poder, y se retorne a una vida de desideologización y de normalidad democrática y respeto a los DD HH, reclasificación de “países amigos” y de una estrategia económica y social que renegocie la deuda externa, y cree condiciones de bienestar para que haya menos pobres… mucho menos pobres.
Dejando claro que el tema del petróleo no es lo mandatorio en la estrategia, porque tanto ellos como los europeos pueden vivir perfectamente (como ya viene ocurriendo hace unos cuantos años) sin el petróleo venezolano. Y el mejor ejemplo es que los europeos dejaron de comprarle petróleo y gas a Rusia, por razones no petroleras, pese a que son vecinos y los tienen muy cerca…
Las líneas gruesas que les mencioné están dadas por:
- La posición bipartidista y bicameral que respalda la OE de Obama, renovada por Trump, y ahora, hace un par de semanas, una vez más, por Biden, declarándonos una “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad interior de Estados Unidos.
- La otra línea gruesa es la que he llamado de la “fruta madura” de máxima presión de sanciones, casi sin dar respiro, ahogando las posibilidades financieras y económicas del gobierno, y forzándolo a mover el peso al sector privado, a aceptar la presencia del dólar y a moverse lentamente hacia el mercado. Esperando que cuando esté madura, caiga sola sin esfuerzo.
Los movimientos tácticos han pasado por un par de etapas y, todo indica que estamos a punto de entrar en la tercera. Que no se sabe bien cómo será, pero que desechará, de lo hecho hasta ahora, todo lo que no haya tenido impacto positivo, y sumará, a lo que sí lo tuvo, un nuevo conjunto de acciones que se irán revelando a medida que pase el tiempo.
No hay que perder de vista que este año, para los americanos es el comienzo del período electoral, que las prioridades y jerarquías cambian, y que, si Venezuela entra en su radar, será solo en aquellas cosas que sumen a la campaña, de un lado y de otro. Lo cual no sería una buena noticia, porque cualquier ventaja que puede dar Venezuela a algún candidato, será pegándole más fuerte y mostrando mayor poder de daño. En esta etapa, es mejor estar debajo del radar.
Y la única posibilidad de que algo bueno salga de ser visibles en este tiempo, solo será si la mesa de México avanza, si sueltan presos políticos (especialmente los norteamericanos que quedan), y si hay algún atisbo de elecciones cómo deben ser. Y cómo es muy, pero muy difícil que eso pase, entonces es mejor navegar debajo del radar.
Recordando, la primera etapa fue la Trump y el mantra del interinato, donde no dejaba duda de que el propósito era el de sacar al chavismo del poder. La siguiente etapa, que fue la Biden, tal vez por tratar de diferenciarse de Trump, entró en una fase de ambigüedades, que, sin abandonar ni un centímetro la estrategia Trump, comenzó a opinar mediáticamente, como si estuvieran alivianando las sanciones, cuando nada de eso, ni ocurrió ni estuvo en sus planes. Se trató de la etapa de familiarización de la administración Biden sobre con quien estaban lidiando. Y esas declaraciones ambiguas llegaron a crear una ilusión que hizo que hasta los más serios analistas lo creyeran y llegaran al clímax, arrancando 2022 de “Venezuela ya se arregló”, cuando en realidad no se había arreglado nada, y al terminar la ensoñación, estábamos peor que al principio. Y de esa nube nos bajaron en octubre del 2022, cuando nos quedamos sin caja y no había con qué pagar nada.
El gran logro de los americanos para esta etapa, fue el canje de rehenes, que es algo que Trump no había podido lograr. Con estos eventos se dio por terminada esta segunda etapa en la relación, que dio pie a la frase de “la paciencia de Estados Unidos no es infinita”.
Creo que a los “gringos” les costó, pero entendieron lo mismo que Bush, Obama y Trump, que es que, para el chavismo, los Estados Unidos son el enemigo. Hay que recordar que todos los días, al tocar diana en los cuarteles de Venezuela, los militares se juran a sí mismos como chavistas y antiimperialistas, que es un eufemismo de “anti Estados Unidos”.
Basados en lo anterior habría que comenzar a esbozar la tercera etapa, qué contiene, y a qué se parece, eso si hay algún parecido con el pasado o si será algo totalmente novedoso. Una premisa que hay que considerar es que esta etapa nunca será más leve que las dos anteriores, y otra, incorporar con más claridad y precisión la división entre amigo/ enemigo que propuso Biden a principios del año pasado.
A partir de lo anterior, ya se puede hilar más fino e incorporar a los actores relevantes de esta guerra que son China, Irán y Rusia, y considerar el ambiente bélico o prebélico en que se desarrolla. Y es por eso que se incorpora la nueva arista militar en las relaciones, representada por la general Richardson, jefe del Comando Sur de Estados Unidos.
Si bien nuestra relación con China ha bajado sustancialmente, en el resto de la región es uno de los inversores más importantes de infraestructura, en comunicaciones y en minería. Y eso no le gusta a Estados Unidos, por lo que está lanzando una cruzada regional, y de allí, algo nos tocará a nosotros.
El caso de Irán es un poco más grave, pues se le dio al gobierno de Irán el manejo de la refinería de Amuay, que es una instalación industrial importante, y a pocas millas del territorio geográfico de Estados Unidos… de su seguridad interior… y esto, tampoco les gusta a los americanos.
Y finalmente está Rusia, con la que, si bien ya no tenemos lazos de negocios, cada día demostramos, como gobierno, más simpatía, apoyo y adhesión con los rusos, y todo lo que en estos momentos históricos significa.
En esta nueva etapa de la relación se incorpora una nueva arista que es la guerra, y pasaremos a ser medidos, ya no solo por democracia (o su falta) o DD HH, sino también por el alineamiento que tengamos con los enemigos de Estados Unidos. Y habría que incorporar también la señal que vino desde Europa de que no van a canjear principios por petróleo. O sea que en esta etapa ya el tema petrolero no tendrá tanta incidencia como se trató de hacer ver en las dos etapas anteriores.
O sea que los acuerdos con Chevron y con T&T, no son un cambio de rumbo, sino que son concesiones puntuales y reversibles, para favorecer a Chevron y a T&T.
Político
Si bien la oposición salió del mapa político de Venezuela, debe prepararse para reingresar cuando su presencia signifique alguna esperanza de cambio.
Hoy el chavismo está solo y sin límites y ha decidido intentar comunicarse directamente con Estados Unidos, que era una tarea que tenía la oposición a través del interinato, o sea que el gobierno no los necesita ni para eso.
No obstante, tratando de ver oportunidades en el desastre, la oposición debería comenzar a prepararse no para ganar elecciones, sino para tener una presencia de contrapeso efectivo en el país. Algo sólido cuya sola mención haga que el chavismo piense dos veces sus decisiones.
Las elecciones son una consecuencia de liderazgos y de oportunidades.
Si algo debemos haber aprendido es que no se le puede dar a un gobierno el poder para manejar, a su antojo, de ingresos diferentes a los impuestos. Porque sería repetir la historia, que ya sabemos cómo termina.
Y lo anterior es lo mínimo que se esperaría de una posición opositora, que demuestre sentido de cambio, y que no trate de repetir los errores que ya se cometieron. Porque sin propuestas de cambio profundo, el chavismo seguirá en el poder, y todos los demás, mirando desde afuera.
En cuanto a las primarias, que son un ejercicio interesante pero que no sacará al chavismo del poder, deberían organizarse lo más independiente del poder que se pueda. Porque la gran masa opositora no cree en el CNE, y porque creen que la diáspora debe votar.
Sigo insistiendo en la necesidad de una sesión de alineación estratégica de los que se están postulando como candidatos, como para buscar elementos de coincidencias para evitar que una primaria se convierta en una elección, porque hoy entre ellos mismos se tratan con una agresividad que hace dudar que cualquiera que gane va a contar con el apoyo de los demás… eso no va a pasar.
Social
La gran prioridad debe ser sacar gente de la pobreza e incorporarla los circuitos de empleo privado y productivo. Y para eso hay que diseñar una estrategia que no ha existido en Venezuela. Lo más que se intentó fue darles ingresos para satisfacer necesidades puntuales, siempre asegurándose de que siguieran siendo pobres. Que el pobre viva mejor, pero que siga siendo pobre…
El ambiente social se está caldeando y cuando llegue a su punto de ebullición, habrá que ver cómo se comporta esa sociedad, que hasta ahora ha mostrado una más que excesiva docilidad y sometimiento, pero no está claro cómo evolucionará. Porque la evolución se caracteriza por la falta de ingresos para lo mínimo de supervivencia. El salario mínimo ya cumplió un año sin cambios, mientras el costo de la vida aumentó en más de 300%.
Hay que optimizar la cadena de suministro y los medios y vías de distribución y retail, para adecuarse a las necesidades de la pobreza. Debemos contribuir a sacar gente de la pobreza, pero mientras eso se intenta, hay que facilitarles el acceso a bienes y servicios. Desde evitar que los precios suban por la competencia, buscando métodos asociativos entre competidores del tipo de la Coopetition, pasando por optimizar los costos y gastos de transporte, almacenamiento y distribución, hasta llegar a las ventas de suelto o detallado, y colocar presentaciones en tamaños más pequeños, tratando de entender el flujo de caja y los tiempos y rotaciones de las clases más necesitadas.
Los 21 millones de pobres pueden o bien ser una carga si no hacen nada y esperan solo ayuda, o bien ser una esperanza, porque 21 millones de personas incorporadas a la economía privada, pueden acelerar los procesos de crecimiento y llevarlos a cifras hasta impensables, como ser poder crecer el PIB al ritmo de 50% o 60% interanual (el tesoro en la base de la Pirámide de Prahalad).
Económico
Estamos partiendo de un estancamiento con inflación muy alta. Hemos llegado a un piso más alto de utilización de la capacidad de planta del orden de 35%, pero con una caída equivalente en el consumo. Por primera vez en mucho tiempo hay exceso de inventarios que no se pueden colocar, llevando a que la producción tenga que hacerse más lenta, volviendo al ciclo vicioso de falta de oferta, aun para una demanda deprimida como la que tenemos.
Los consumidores tienen congelados sus ingresos, mientras los precios suben a mucha velocidad.
Nosotros salimos de la escasez en 2018, liberando los precios, bajando los controles, permitiendo que el dólar circule y aproximándonos a las leyes del mercado. La pregunta que debemos hacernos ahora es, cómo vamos a salir de esta trampa donde no hay controles, hay dólares circulando, y mercado es una palabra que usa cualquier chavista sin remordimiento.
Es posible que hayamos dejado la tarea sin terminar, lo cual nos llevó a esta situación que estamos viviendo. Solo nos queda avanzar y profundizar en esa dirección legalizando al dólar, liberando y unificando el mercado cambiario y formalizando el tema de los controles. Lo del dólar debe ser formal, de forma tal que se pueda operar en el sistema financiero con cualquier moneda.
Y habría que dar una vuelta más de rosca, sacando del presupuesto nacional el peso del mantenimiento y las pérdidas de las empresas que están en manos del Estado y que (ahora sabemos) nunca deberían haberlo estado.
Hay que avanzar en una estrategia de máxima liberación, y reconocer que el concepto de “Estado empresario” es un contrasentido en sí mismo, porque si eres lo uno no puedes ser lo otro.
Los magros recursos del Estado no pueden ir a financiar empresas eternas sobrevivientes y deben canalizarse a mejoras en los ingresos en educación, salud y jubilaciones y pensiones. Promover un consumo sólido y consistente de esas capas de la población.
Es muy difícil que de esta etapa de estancamiento salgamos sin sufrimiento. Pero hay que hacerlo, porque de otra forma, seguimos sufriendo como hasta ahora, pero el cambio consistiría en que al final, las cosas podrían mejorar. En la situación que estamos ahora, si no hacemos cambios profundos, el futuro se ve complicado.
Internacional
Si miramos la cuenca del Caribe sur, desde el punto de vista petrolero, lo primero que se nota es Guyana, luego Surinam, y tal vez T&T por la infraestructura para procesar gas; nosotros no entramos en el mapa de inversiones y nuevos proyectos que, en forma pujante, se están desarrollando en la región. La ideología nos mantiene aislados, y el costo que pagamos por sostenerla, ya nos ha costado la pérdida de 7 millones de personas y tal vez una generación completa de estudiantes, profesionales y ejecutivos. Para cubrir esa brecha, casi obligatoriamente tendremos que acudir a una inmigración selectiva… pero claro… eso no es ahora porque la mencionada ideología sirve como muro de aislamiento, y la gente no quiere venir.
Pasando al tema Ucrania, la posición de Trump-DeSantis de abandonar a Ucrania a su suerte, no parece que les vaya a sumar puntos, sino todo lo contrario. Es un juego peligroso, porque por diferenciarse de Biden, pues van a perder y Biden capitalizará el apoyo irrestricto a Ucrania. No hay que olvidar que Trump quiso abandonar la OTAN y hacerse mejor amigo de Putin, todo lo opuesto de la posición de Biden que luce más centrada y coherente.
La nueva preocupación de Europa está relacionada con el siguiente blanco de Putin, que todo indica que será Polonia, porque la megalomanía con la que llegó Putin al poder rescatando el águila bicéfala, queriendo recuperar el imperio de los zares, y mover las fronteras hasta donde llegaba la extinta Unión Soviética, da un mensaje que no se condice con el calamitoso estado de su país, que ha sido aislado y ha perdido las cadenas de suministros, y está tratando de construir nuevos, más lejanas y más complejas… y poco sustentables.
Recomendación
- Al gobierno: que desenganche de la administración pública todas las actividades que requieren capital y gerencia privada. Para eso deben llegar al rigthsizing, con miras a hacer una colocación de acciones en el mercado de capitales, no con la idea de democratizar el capital que aquí no tiene ningún sentido, sino de avanzar en un proceso de desintoxicación de sanciones, en la búsqueda de un socio tecnológico que realmente conozca el negocio.
- A la dirigencia opositora: que arranque un proceso de filtrado interno para identificar quién es un opositor y quién, mostrándose como si fuera, ya cambió de bando y privilegia los intereses del gobierno. Esto es importante porque con las actitudes de diciembre y enero, muchos pasaron a integrar el grupo de los escorpiones, que se suman a los alacranes y a la mesita. Todos ellos se dicen opositores, cuando realmente no lo son. Critican más a sus compañeros que a Maduro, y sostienen ideas económicas de continuidad y no de cambio.
- A la dirigencia empresarial: que considere seriamente el mercado de la BdlP como un objetivo vital, porque el mercado limitado a 5 millones de personas no es suficiente para crecer. Hay un mercado “debajo de la alfombra” con 21 millones de personas que esperan ser incorporados al circuito económico, y eso es algo que debemos/ podemos hacer. Solo hay que plantear una estrategia y ponerse a trabajar.
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