VENEZUELA

Análisis de entorno: El juego está trancado (y solo un cambio de fondo lo destrancará)

por Avatar Benjamín Tripier

Hay que reconocer que estamos terminando un enero con señales confusas que tienden a contradecir la sensación de que las cosas pueden mejorar. Y esto es así porque la conflictividad social está rompiendo las barreras de la abulia que había caracterizado a la sociedad en los últimos años, y porque, además, el control sobre los medios ya no es suficiente para evitar que se sepa.

Porque estas manifestaciones y protestas están masivamente en las redes y canales virtuales, y la gente cada vez menos se informa a través de los medios formales, porque saben que ellos, si quieren cuidar su negocio, y sus personas, pues “de eso no se habla”, ni se muestra. Claro que no todos, porque aún hay medios formales que asumen los riesgos de decir y de mostrar.

Estas primeras semanas del año quedó en evidencia una extrema sensibilidad a la crítica por parte del gobierno ante la difusión de información que, así no fuera antigobierno, sí tuviera una carga de realismo que indujera a cambiar las expectativas positivas que, durante gran parte del 2022, se ocuparon de inyectar en la sociedad. Hasta el punto culminante de imponer la conseja de “Venezuela ya se arregló”, la cual se fue estrellando contra una realidad de gente comiendo de la basura, cortes de electricidad, precios inalcanzables e ingresos dramáticamente rezagados: 8 dólares para una cesta alimentaria de 250.

Lo anterior, es solo una arista más de las señales que están condicionando este principio de año; porque la gente sale a protestar y se enfrenta al miedo y al control, porque el dinero no les alcanza para alimentarse y proveerse de medicinas; y, como muy grave, el costo del transporte hace que la gente piense dos veces en salir de su casa; y si el sueldo es muy bajo, entonces preferirá quedarse, porque pierde dinero, y tienen que comer.

Lo anterior tiene que ver con lo económico, porque ya por finales del 2022, comenzó la pérdida de control sobre las variables económicas que sostenían la situación en un cierto equilibrio inestable; porque por más que la economía transaccional esté en manos privadas, los ingresos de, al menos 7 millones de personas, entre empleados públicos y jubilados, dependen del estado, y de los ingresos que este les suministre.

Y cuando, a su vez, el estado se queda sin ingresos, pues toda la economía se resiente, no solo por el lado del consumo, sino por el impacto sobre los costos, por el tipo de cambio y la inflación. Entonces pasa lo que está pasando ahora, que hay una disparada del tipo de cambio y de la inflación, y cambia diametralmente el humor social, y las expectativas asociadas, que pasan de positivas o neutras a ser directamente negativas.

Una de las encuestadoras más afines al chavismo publicó en la semana que 63% de la gente siente que la situación económica del país está empeorando; en octubre de 2022, para ellos, ese número era 39%. O sea que la sensación de que las cosas están desmejorando, ya es medible y, si no se generan cambios de fondo, de la recta trazada entre 39 y 63, se puede hacer una proyección lineal que anticipe los números para este primer trimestre. Pero sabemos que las tendencias no son lineales sino compuestas, y como pasó en 2017, la curva se volvió asintótica.

Porque lo económico es un marcador del humor social, especialmente para aquella parte de la sociedad para la cual la esperanza y el optimismo son cruciales para su vida diaria. Que buscan desesperadamente indicadores positivos, así estos no sean ni profundos ni posibles.

Pero es posible que la disparada del tipo de cambio frene, o hasta se revierta, con la inyección de los dólares producto de las exportaciones que ya está haciendo Chevrón y que entren a la “yugular” de la economía y consigan frenar el deterioro financiero. Porque está claro que nuestra solución es permitir que el dólar avance más sólidamente en la economía, porque ya está visto que el bolívar perdió la mayoría de los atributos para ser considerado una moneda… le queda solo –y solo parcialmente- ser unidad de cuenta… porque ya perdió la transaccionalidad, y la reserva de valor.

Porque el motor de las expectativas positivas del año pasado se basó solo en eso: en expectativas. Que nunca se dieron, pero que conectaron a la sociedad en modo activo. Hoy eso ya pasó, y aunque no digo que pasamos a modo estático o negativo, sí se puede afirmar que el modo es más realista… de “optimismo informado”.

Entonces la ampliación de la GL41 de Chevrón para que entren otras petroleras luce difícil de implementar por las declaraciones de voceros del Departamento de Estado, de la Casa Blanca y del Comando Sur, que ya no son condescendientes como fueron hace unos meses, sino que le hablan claro al gobierno indicando que las sanciones se mantienen y que hasta pudieran ampliarse. Y no hay que olvidar que esa GL es renovable mensualmente; lo cual puede leerse como que podría no renovarse si la contrapartida del gobierno no es clara y visible en cuanto a elecciones que conduzcan a un cambio.

Porque hay que estar claros… para EE UU no entra la posibilidad de que, en elecciones libres, gane el chavismo… para ellos no es concebible; y si ocurriera van a considerarlo como que hubo trampa. Claro… es entendible esa posición desde afuera, porque no imaginan que un pueblo como el nuestro pueda reelegirlos con el estado al que han llevado las cosas.

Sin embargo, los que vivimos aquí y más o menos conocemos el panorama desde adentro, entendamos que es posible que, sin necesidad de trampas, el chavismo gane la elección por la simple división infinita de la dirigencia opositora, y por el desencanto político de las bases que, a este paso, se abstendrán, y no irán a votar. Pero, al no percibirse eso desde afuera, si ganara el chavismo, pues no habría cambios en la posición externa de EEUU y la UE; no hay que olvidar que hoy, ambos están más alineados que nunca con el tema del peligro ruso.

Y el caso del waiver que le dieron a Trinidad y Tobago para explotar el gas venezolano en el campo Dragón de aguas profundas, hay que ponerlo en la perspectiva de que los pagos que reciba Venezuela solo podrían ser en ayuda humanitaria, lo cual, al igual que con el caso de los 3,2 mil millones acordados en México, serán administrados por organismos internacionales y que las tesorerías nacionales, del gobierno y de PDVSA, tendrán un limitado margen de maniobra.

Político

Poco a poco se va clarificando el tema del desmembramiento del interinato, el cual, así ellos mismo no lo notaran, era la pega que mantenía más o menos ensamblado el ecosistema opositor. Ahora, que ya esa figura feneció, cada uno anda por su cuenta, con muchas de cabezas, pero separadas del cuerpo que son las bases que cada vez creen menos en sus dirigentes. De hecho, ninguno (tal vez con la excepción hecha de Guaidó y María Corina) tiene aceptación en las bases y todos tienen un nivel de rechazo importante.

Y digo clarificando, porque todo va convergiendo a desechar a la celebración de primarias y a buscar un consenso alrededor de Capriles, que ya se intentó en tres oportunidades entre 2021 y 2022, y no funcionó; y eso se lo atribuían a la presencia de Guaidó y del interinato. Bueno… ya sacaron al interinato, pero aún les queda Guaidó, y tendrán que probar una vez más si el tema era déficit del candidato que proponían, o era un superávit del contendor.

Lo cierto es que hoy el chavismo está solo contra sí mismo; ya no hay manera de echarle la culpa a nadie aquí, fronteras adentro. Inclusive las protestas de calle, nacen de la propia base del chavismo, porque ellos también tienen hambre y no se ven soluciones.

Por eso es que se está enfrentando a sus propios demonios y aparecen pugnas internas tratando de capitalizar la zozobra inducida desde adentro por la precariedad de la economía, y desde afuera por el tema sanciones, y por la evidente falta de apoyo concreto por parte de los gobiernos de izquierda de la región. Hoy los planetas no están alineados para el chavismo, cuya única victoria tangible es haber pulverizado a la dirigencia opositora.

Ahora, con las bases es otra cosa; porque si se abstienen al momento de votar, toda esa energía impulsora del cambio la podrían canalizar por otras vías… y eso sí sería un problema; que por cierto ya hemos vivido. En 2014 fueron fuertes, en 2017 fueron mucho más fuertes, y, si la gente vuelve a la calle en 2023, todo indica que será peor.

Social

La pobreza y la falta de recursos por parte del estado ya están públicamente reconocidas; la primera en la Memoria y Cuenta, y la segunda en la reunión del Consejo Federal de Gobierno. Y si bien el reconocimiento ya es un paso importante, las posibilidades que hay para solucionar ambos casos, lo son aún más.

Sin necesariamente hablar del fondo de la base de la pirámide, y refiriéndonos al grupo de empleados públicos y jubilados, el impacto en la calidad de vida por limitación de ingresos e incremento de los precios, coloca a ese grupo en una situación de precariedad actual y progresiva que los está llevando, esta vez, a diferencia de lo ocurrido en años anteriores, a salir a protestar. Eso se está viendo una vez más, y ya sin temor de permanecer en la calle, porque sienten que tienen poco para perder, y que no tienen un lugar adonde su tiempo tenga más valor agregado para ellos. Por eso es que continúan esas protestas.

Y como les decía más arriba, esa situación de inestabilidad social no se refleja en los medios formales, pero sí en las redes y medios alternativos o bloqueados; pero lo cierto es que el tema se va complicando.

En el sector privado -personas y empresas- que tenga posibilidades de ayudar al prójimo, este es el momento para hacerlo. Cada uno dentro de sus posibilidades, pero hay que ayudar con alimentos, medicinas y, si se puede, con dinero; y siempre con apoyo emocional, porque uno de los mayores daños que produce esta situación de carencias críticas, es sobre la autoestima y la depresión. De alguna manera, los que podamos hacerlo, debemos convertirnos en generadores de esperanza.

Económico

Esta nueva etapa gerencial en Pdvsa, a diferencia de las anteriores, está generando expectativas positivas, que habrá que esperar para ver si se concretan o si se quedan solo en eso… en expectativas. Y solo para dar una idea de base, habría que despolitizar y desideologizar la empresa, para regresarla a una organización profesional y técnica orientada al mercado, y considerando a las sanciones como una restricción de negocios.

El pasar del modo queja al modo acción proactiva, es una recomendación para Pdvsa, pero extensiva a todas las instancias de gobierno.

Habría que desarrollar un proyecto de transformación de la empresa que incluya refrescar la estrategia de Pdvsa y generar una cartera de proyectos para articularla; desarrollando un mapa de procesos y actores para revisar la relación entre los stakeholders y establecer una hoja de ruta para la transformación; la cual debe incluir una dosis grande de gerencia del cambio, porque, en definitiva, quienes producen los cambios son las personas.

Uno de los indicadores de acción más importantes, está en la restructuración interna de la empresa para llevarla a menos de un tercio del tamaño que tenía en el año 2.000, si tomamos el indicador de personas por bdp. El otro indicador será la preparación de un proyecto de modificación de la ley de hidrocarburos, o al menos, producir una reestructuración de fondo del modelo de negocios bajo el paraguas de la Ley Antibloqueo; que, como tiene solo alcance nacional sin impacto frente a terceros del exterior, como resultado del aislamiento causado por las sanciones, puede realmente funcionar como un sustituto transitorio de una modificación a la mencionada ley, que en algún momento tendrá que ocurrir.

Porque en realidad, la redimensión del modelo de negocios, que debería reflejarse en la organización y los procesos de Pdvsa, debe orientarse hacia tener una empresa más liviana, apoyada desde adentro solo en los procesos críticos y orientada a lo que se llama strategic outsourcing que incluye no solo a las actividades de apoyo, sino también a las actividades core.

Y dentro de la reestructuración/redimensión está el cambio estratégico que debe incluir la posibilidad de pasar a la actividad privada segmentos completos del ciclo de negocios, buscando crear por esa vía un distanciamiento entre las figuras jurídicas sancionadas, y las privadas libres de sanciones.

Y es posible que el mercado de valores sea una de esas vías ofreciendo paquetes de acciones en el mercado para que diferentes actores tomen posición patrimonial; la cual, tenemos que estar claros, son relaciones jurídicas institucionales, diferentes a las relaciones técnicas o de mercado.

Internacional

La reunión de la Celac se convirtió en el relanzamiento de Lula en la región, quien asumió, indirectamente la presidencia a través de su amigo el camarada Ralph, apagando las expectativas de Alberto Fernández de repetir en la presidencia. Y digo lo de indirectamente, pues el gobierno de San Vicente y las Grenadinas no cuenta con los fondos suficientes como para financiar las actividades por sí mismo. Y tal vez el único gobierno en la región que tiene una economía grande y sólida con reservas suficientes, heredadas de Bolsonaro, sea el del Brasil.

Tanto se notaba la presencia del Foro de Sao Paulo en la reunión, que llevó a que Lacalle Pou dijera que no era posible que esas reuniones se convirtieran en un club de amigos hermanados por la ideología (de izquierda). Pero bueno… esos son los tiempos que corren… donde ese izquierdismo “rojo” que conocimos ya no está más; y se podría decir que migró al “rosado”, principalmente por las gigantescas oposiciones de centro derecha que tienen en sus países; y por la necesidad vital de alinearse con EEUU, más ahora que, como país que está entrando en una guerra, tendrá poca paciencia con los berrinches de izquierda.

Nótese que Rusia no fue mencionada y que la palabra antimperialismo, solo fue usada por Cuba. Y que el caso Venezuela fue mencionado en forma crítica por Chile, Paraguay y Uruguay, sin que los demás hayan salido a defenderla.

En definitiva, esa reunión fue el show de Lula, tratando de cumplir con las expectativas de EE UU de que, de una vez por todas, Brasil asuma el liderazgo de la región.

En el caso de la relación de EE UU con Venezuela, está pasando por una etapa de tirantez, donde los más ambiguos declarantes de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, han sido coincidentes en que las sanciones no se aliviarán hasta que haya un proceso democrático, y que algo podrían mejorar si las señales de cambio fueran claras, tanto en lo declarativo como en lo concreto.

Entonces, pensar que algo pueda mejorar desde ese lado, si todo sigue como va, pasa a ser una ilusión.

Recomendación