VENEZUELA

Análisis de entorno: El futuro va tomando forma… de mujer

por Avatar Benjamín Tripier

La deuda externa impaga de Venezuela, tiene varios componentes, tales como los bonos de la República y de Pdvsa, los fallos en contra del Ciadi y de los de tribunales en EE UU, y las de Cadivi (deuda privada externa), China, Rusia, bancos y otros, todo junto sumando alrededor de 250 mil millones de dólares.

Nuestro PIB actual ronda los 60 mil millones de dólares, por lo que nuestra deuda externa cuadriplica nuestro nivel de actividad… más o menos… porque sin cifras oficiales, todo el tiempo hay que estar triangulando y estimando.

Un manejo razonable de la economía aconsejaría, para un país como el nuestro, que su deuda no superara 30% de su PBI, para mantener ciertos equilibrios macroeconómicos, que pudieran reflejarse en bienestar para su población; por lo que nuestra deuda, en normalidad, debería estar alrededor de los 20 mil millones de dólares.

Esa diferencia es la que se refleja en el valor de mercado de la deuda (entre 2% y 9% de su valor facial) y en nuestra vida diaria con mucha pobreza, fallas en los servicios públicos, y, para poder manejar la situación, una gran debilidad institucional, cuya consecuencia más visible es la corrupción y la informalidad. Lo cual funciona como un lastre que nos mantiene siempre en el fondo del pozo.

Es como si en una familia siempre estuvieran endeudados, pero intentando mostrar un alto nivel de vida, pero que solo un par de miembros pueden sostener, mientras que el resto, la mayoría, vive en la miseria. Pero de eso no se habla… solo se muestra el pseudo bienestar de unos pocos, y se esconde la miseria de los muy muchos. Y para colmo, ponen “cara de tabla” y se enojan cuando los sancionan o les quieren cobrar.

corrupción pdvsa

Foto: Federico Parra / AFP

En el caso concreto de la deuda soberana y de Pdvsa, los protocolos son más precisos, y, a los casos usuales de default, como ya ocurrió con Argentina y Ecuador, hay que sumarle el tema de las sanciones, porque no tenemos un gobierno amigo de EE UU, y nos consideran una “amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad interior”, por lo que el tratamiento que nos hacen es el de un país enemigo… como Corea del Norte o Irán.

Por eso, a veces, parece extraño que los opinadores excluyan de sus análisis ese hecho… el que nos consideren sus enemigos, y que, por esa razón, nunca permitirán que el gobierno tenga el mínimo excedente financiero, porque lo podrían usar en contra de EE UU. Y es por eso que la OFAC, que es la administradora de las sanciones financieras y operativas, hace tanto énfasis en que no quede ningún acceso de dólares a la tesorería nacional o de PDVSA. Caso Chevrón, y caso Trinidad & Tobago. Y ese concepto será extendido a cualquier comfort letter que permita alguna liberalidad, especialmente en el campo petrolero.

En el marco anterior, hay que entender que los bonos de deuda externa fueron emitidos bajo la jurisdicción de Nueva York, y que es en sus tribunales donde se dirimen las controversias derivadas de esa deuda, especialmente cuando no se pagó y se declaró el default. A partir del momento del impago, comenzaron a correr plazos de prescripción, que, para ese tipo de tema y en esa jurisdicción, se produce a los seis años del último impago.

El último pago de esa deuda se produjo en 2017, así como el primer impago, fecha a partir de la cual se comienzan a contar los seis años para que se aplique automáticamente, el statute of limitations, que es una ley que establece el tiempo máximo que las partes involucradas en una disputa tienen para iniciar un proceso judicial a partir de la fecha de un presunto delito, ya sea civil o penal.

El período de tiempo que el estatuto permite que una víctima (en este caso el tenedor de un bono que compró de buena fe, creyendo que iba a cobrar ese dinero) inicie una acción legal contra el deudor, que se comprometió a pagarlo y que ahora no lo hace; puede variar según la jurisdicción y la naturaleza del delito. Los defensores de los estatutos de limitaciones creen que son necesarios porque después de un tiempo, se pueden perder pruebas importantes. y los recuerdos de los testigos pueden volverse confusos.

O sea que, pasados los seis años del último impago, quien no inició una acción legal para cobrar ese instrumento, pierde las posibilidades de hacerlo y queda en manos de la buena voluntad del deudor; si quiere pagarle, cuándo y cuánto. Mientras que, demandando, se asegura de tener una sentencia que obliga al deudor a pagar, y no solo eso, sino que le asegura unos intereses compensatorios, así como le aumenta el valor nominal, hasta 200%. O sea que el acreedor, protege su inversión, la cual, de otra manera, prácticamente estaría perdida.

El deudor podría extender los plazos, dando tiempo a que se llegue a alguna negociación para el pago. Tal como hizo el gobierno de Venezuela unos meses atrás, y como se dice que está haciendo la AN de 2015. Para el primer caso, al no ser el gobierno de Venezuela reconocido en NYC, es como si no hubiera extendido el plazo, porque para esa jurisdicción, el statute of limitations es automático, a menos que alguien lo suspenda, y para ellos, ese alguien no es reconocido.

Para el segundo caso, el intento de la AN 2015, se entiende que para extender los plazos debe haber una voluntad ejecutiva, la cual se extinguió cuando disolvieron el interinato, que era la autoridad ejecutiva venezolana, reconocida por el gobierno de EE UU. Por lo que parece que esta vía de extensión de plazos, tampoco vaya a funcionar, por tratarse de un órgano legislativo; el cual, si bien está reconocido por EE UU, lo está en su carácter de legislativo.

Y suponiendo que se llegue a algún entendimiento y se le permita extender los plazos, esa extensión sería tan vulnerable, que fácilmente, en el futuro, se podría pedir su nulidad.

Tal como les decía, suponiendo que para cuando llegue el momento de reestructurar la deuda, y que el FMI se convierta en el articulador, es posible que, por las expectativas generadas por el cambio de rumbo que dio lugar a que la deuda se renegocie, nuestro PBI aumente, y alcance los 100 mil millones de dólares. Por lo que, si hay que hacer “calzar” los 250 mil millones que debemos en 30% de ese PBI, que serían 30 mil millones, entonces, el valor de la deuda caería desde 250 a 30 mil millones de dólares.

Y la lista de prioridades para cobrar, colocaría necesariamente de primeros en la cola, a aquellos que cuenten con una sentencia firme, porque son los que tendrían el derecho para embargar o cualquier otro método que haga que su inversión no se pierda.

Mencioné al demonizado FMI, porque será el actor necesario que dará confianza al mercado, no solo para las condiciones de reestructuración, sino también para extender los créditos puente, y habilitar la inversión extranjera, sin la cual nunca podremos salir del pazo que les decía. Alguien dijo esta semana que hacían falta 500 mil millones de dólares para rescatar al país. No sé si ese es el número, pero puedo pensar que es un mínimo a ser inyectado a lo largo de una década, pero en condiciones de empresa privada, mercado y de libertad económica, evitando volver a caer en el, ahora, tristemente célebre “Estado empresario”.

Político

A medida que pasa el tiempo y se acercan las fechas clave, como las primarias opositoras, y más tarde las elecciones presidenciales, se percibe una mayor permeabilidad de la gente hacia el tema de la política. Hay que recordar que, tan solo un par de meses atrás, había una profunda desvinculación entre la gigantesca base opositora, y sus dirigentes, la mayoría de ellos en Caracas o en el exterior. Y solo unos pocos recorrían el país y se interesaban por sus problemas.

Entonces yo les anticipaba que cuando quisieran buscar sus votos, iban a encontrar un rechazo derivado del abandono y el desinterés que mostraron hacia las bases. Se ocuparon de eliminar el interinato y execrar al único que sí recorrió el país y dio la cara –Juan Guaidó– en vez a hacer política incluyente, y acompañar a la gente en, tal vez, la época más negra de la historia, que es la que están viviendo hoy en día los pobres y el interior del país. Y el mejor reflejo de lo anterior es el alto nivel de rechazo, y la baja aceptación que tienen los políticos en general, pero los opositores en particular.

Claro… hay que sacar del lote anterior a María Corina Machado, cuyo nivel de aceptación se refleja en un trabajo de Meganálisis (que no difiere mucho de otras encuestadoras, tanto del chavismo, como de oposición) que le pregunta a 76,1% que no votaría por Maduro y el chavismo, en una elección presidencial, “por cuál de los 13 candidatos inscritos en las primarias votaría usted en esas primarias”. Y la respuesta fue 65,36% para María Corina Machado, 8,77% para Capriles, y 8,62% para Delsa Solórzano; Andrés Velásquez 4,69%, César Pérez Vivas 4,24%, Carlos Prosperi 3,18%, Roberto Enríquez 1,97%, Freddy Superlano 1,82%, y los cinco candidatos restantes 1,36%.

Y ya a estas alturas podemos pensar que los números de María Corina Machado no son los de un efecto espuma, sino que cada día se ve más consolidada, y sería razonable que el resto de los candidatos, a la luz de sus propios números y de las diferencias abismales, dejen los resentimientos y las envidias de lado, y se dediquen a apoyarla, y a aportar ideas.

Porque hay que estar claros que en esta elección los partidos están desdibujados, y todo gira alrededor de personas… de las personas que les mencioné más arriba. Y casi pueden estar seguros que cualquier opositor que se haya “guardado” para las presidenciales, sin pasar por primarias, debe estar por debajo de los números de Capriles y Solórzano.

Y lo anterior es natural, porque la gente que estaba desencantada de los políticos, ahora se encontró con una líder que los representa, y los atrae nuevamente al ruedo político. Cada día que pasa hay más gente que abandona el escepticismo, y asume una actitud más activa, lo cual conspira contra la abstención; si tuviéramos que mirar el futuro desde las tendencias que se van percibiendo, la abstención está tendiendo a cero, sin importar las trabas que el gobierno pueda intentar para desanimar.

Ahora todo depende de cómo María Corina maneje las diferentes situaciones que se le irán presentando, tanto de cara al chavismo, como de cara al resto de los opositores. Porque tenemos que estar claros que la gente, la gigantesca base opositora, está muy susceptible a señales confusas y con las que no se sientan identificados. Por ejemplo, ciertos nombramientos en los grupos que la apoyan, despertaron resquemores, por tener pasados controversiales. Debería apostar a gente con más futuro que pasado…

Y también ya debería estar claro que el tema de inhabilitar a María Corina, no conduciría a que pongan a otro en su lugar, porque la gente no está votando por la oposición, sino por ella, como persona individual. Y tratar de extrapolar el caso Barinas es un error, porque en barinas no votaban a favor de los candidatos, sino en contra del chavismo.

Mientras que, en este caso, ocurre todo lo contrario: votan por ella…

Social

Hoy no hay señales de violencia social. Hay desencanto, descontento y desesperanza. Pero al mismo tiempo hay una necesidad de expresarse que aún no está madura. Pero lo estará.

En la medida que la gente vaya sustituyendo escepticismo por proactividad, también va a ir liberando fuerzas renovadoras que podrían sacarlos de sus casas y regresarlos a las calles. Porque el tema María Corina, si bien es político, es esencialmente social, y relacionado antropológicamente a la sociedad y su transformación y comportamiento.

Que no son estáticos, sino que, por el contrario, son dinámicos y cambiantes, no solo desde lo perceptivo sino principalmente en su topología, con los cambios en la pirámide socio demográfica, la pérdida del bono demográfico, la juventud extendida, y los espacios nuevos que hay que cubrir, y que, en este momento, no tenemos cómo hacerlo.

Cuando la población se entusiasme nuevamente, no será solo saliendo a votar contra vientos y mareas, sino también tratando de recuperar los espacios que el miedo y la pobreza les ha hecho perder. Por eso es tan importante el rol relevante que ha ido tomando María Corina, que va más allá de una candidatura, porque lo que está quedando claro es que se está construyendo un liderazgo -ya sea que haya o no haya primarias o presidenciales- que marque el camino “hasta el final”.

Económico

Con las reuniones entre gobierno y empresarios, por el momento, una vez más, estamos en la etapa en la cual “el papel aguanta todo”, que descomprime y mediatiza los temores de lo que todos intuimos que es, mayor intervención del Estado en la economía. Se nota en el tema de tasas, impuestos y aranceles a la importación, los cuales, en un país como el nuestro, esencialmente importador, se transfiere directa y linealmente a los precios.

Y como del otro lado de un precio está un consumidor con sueldos casi congelados ya por dos años, el resultado se refleja en caída del consumo, aumento de inventarios, baja en la importación, achicamiento de las empresas, y los despidos consecuencia de todo lo anterior.

Más allá de las reuniones y las palabras bonitas y halagüeñas de lado y lado, la realidad es que la presión tributaria neta se va a incrementar, aunque más ordenada y previsible por lo de la armonización tributaria, pese a que las tasas y aranceles se comienzan a hacer sentir.

Y lo anterior es tan así, que los importadores están inclinándose al esquema “bodegón”, y esperar a ver si el mercado aguanta la formalización de los costos y gastos, que son los que, en definitiva, pondrán el piso al sistema de precios, y ayudarán a decidir si se sigue en el negocio, o se deja.

Porque hoy estamos en un momento de toma de decisiones e inflexión, porque el mercado ha mutado, mientras que la capacidad instalada, por sus características, es más rígida y más difícil de modificar. Pero habrá que hacerlo; habrá que ver cuál es la capacidad para sostener una oferta fija de bienes y servicios, cuando el mercado, a los gritos, está pidiendo cambios como para poder alinear la oferta con la demanda, y lograr que, en ese momento único, en el que se cruzan la oferta y la demanda, en cada transacción, en un mostrador, se logra que la operación se complete y se cierre.

Si la oferta es en paquetes de 1 kilogramo, pero el cliente tiene dinero solo para comprar 100 gramos, entonces, si cada uno se ancla en su postura, esa transacción nunca se va a concretar. Ahora, si el oferente estuviera dispuesto a venderle los 100 gramos que el cliente puede pagar, bueno, ya hubo un progreso, y el inventario, poco a poco comenzará a rotar, el flujo de caja comenzará a moverse, y el cliente podrá comprar lo que necesita, y puede pagar.

Hoy es el momento de “refrescar la estrategia” de cada empresa, de forma tal de confirmar o ajustar el rumbo que llevaba. Lo cierto es que lo peor que puede hacerse, es no hacer nada…

Fernando Villavicencio: ¿Qué otros asesinatos de candidatos han enlutado América?

Fernando Villavicencio, candidato presidencial asesinado en Ecuador. Foto: AFP

Internacional

El asesinato en Quito del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio ha dado la vuelta al mundo y ha generado suspicacias sobre los motivos y los posibles responsables. Es posible que, como ha ocurrido en el pasado, que nunca se sepa la verdad. Pero ya la opinión pública, desde el momento cero, tuvo algún nombre top of mind, y eso es lo que contará para las elecciones de la semana próxima. Y ese nombre, es el que perderá votos.

Sin tanta visibilidad global, en Argentina hubo tres muertos en dos días, a tres días de las PASO, las cuales, si bien ya son parte del paisaje diario del cordón urbano de Buenos Aires, en este caso, al tratarse de una niña de 11 años que murió defendiendo la mochila con sus libros de escuela y su celular, se lo atribuyen al gobierno, porque la ambulancia llegó 20 minutos tarde, y la policía 40 minutos tarde.

Ese caso, más un médico asesinado y un piquetero que murió de un infarto, terminan como responsabilidad del gobierno, que perdió gobernabilidad en muchos campos, entre los cuales está la seguridad personal. El ministro de seguridad dijo “ese no es mi problema” … bueno… que se puede esperar entonces.

Y como la violencia política en la región, liderada por el caso de Nicaragua, podría extenderse, hay que estar atentos a nuestro caso venezolano, donde el gobierno debería poner especial protección a la candidata María Corina Machado, que lidera las encuestas, porque ya un gobernador del chavismo, la amenazó con golpearla, él y toda su gente.

Este domingo 13 de agosto son las PASO en Argentina, donde se espera que el candidato presidencial del gobierno, y actual ministro de economía, no haga un buen papel; es posible que el día lunes 14 de agosto, haya respuestas de los mercados y los indicadores económicos desmejoren. Lo que no está claro es si desmejorarán mucho o poco, pero seguro que desmejorarán. Con el indicador bandera que es el llamado dólar blue.

En agosto de 2019, cuando Macri perdió las PASO, el dólar, que estaba a $ 40, saltó a $ 60… si ocurriera algo proporcional, iríamos en camino a los $ 1.000 por dólar para fin de año, lo cual tendría un impacto equivalente en la inflación. El dólar oficial cuesta la mitad con $ 296, pero solo unos pocos lo consiguen, y es una potencial fuente de corrupción y arbitraje.

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