Últimamente se ha establecido la moda de pedirle al gobierno de Estados Unidos, públicamente y a quien quiera escuchar, desde el sector privado venezolano, por el levantamiento de sanciones y con argumentos basados en los daños que le están haciendo al empresariado, al mundo de los negocios, y al país en general.
Los planteamientos son ciertos y reales porque afectan el normal flujo de los negocios, y obligan a usar vías alternas que son más costosas, demoran más y quitan competitividad, en definitiva, resultan un incordio, que afecta hasta en lo subjetivo, de ser discriminados por el mero hecho de la empresa o la persona ser venezolana. Y por pertenecer a un país que está gobernado por una revolución de izquierda que es a la que realmente están sancionando… pero bueno… nos toca lo que nos toca.
Es importante dejar claro que el hecho de pedir que se levanten las sanciones no hará que, efectivamente, se levanten las sanciones; no hay manera de que por un pedido de algunos sectores nacionales o de algunos países, como ya se ha hecho y se viene haciendo reiteradamente, pueda haber un impacto sobre la toma de decisiones en los Estados Unidos que es el principal sancionador.
Hay que estar claro que están las sanciones personales y las sanciones a la infraestructura económica; las sanciones personales tienen un alcance que solo puede ser manejado por los sancionados, sus abogados y los tribunales. Mientras que las de la parte económica están debajo del paraguas de la Orden Ejecutiva de Obama renovada por todas las presidencias desde entonces, de considerarnos una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad interior de los Estados Unidos. Y mientras eso sea así, Estados Unidos va a seguir insistiendo en que las sanciones son para evitar que haya algún excedente económico en el gobierno de Venezuela, que, según ellos, pudiera ser utilizado para afectar su seguridad interior
El tema de hablar en contra de las sanciones, más allá de ser un proceso de catarsis, se ha convertido en una herramienta de política interior; es decir fronteras adentro, asumiendo que, fronteras afuera, esas declaraciones no tienen efecto. Porque si lo tuvieran, ya desde hace tiempo hay diversos países y diversos foros donde se viene pidiendo que se levanten las sanciones a Venezuela.
Pero claro, si en esos mismos foros ya se deja de hablar de sanciones, y se habla de bloqueo -cuando en realidad son sanciones- se colocan en el mismo paquete del caso de Cuba en el cual no estamos; en el caso de Irán está claro que no es un bloqueo sino que son sanciones; mientras en el caso de Cuba está claro que es un bloqueo y que no son sanciones… aunque el bloqueo con Cuba tiene tanta porosidad a estas alturas, que uno debería reconsiderar si se sigue usando la palabra, por la cantidad de vuelos diarios que hay con Estados Unidos y la fluidez que se ha ido generando en esta relación.
Pero regresando a nuestro caso venezolano el tema de pedir levantamiento de sanciones, se ha convertido en un factor de política interna donde el que pide levantamiento de sanciones se asemeja mucho al gobierno, mientras que el que pide que continúen, se considera un enemigo y traidor a la patria, y el que no dice nada y no se pronuncia, el gobierno tiende a verlo en forma sospechosa.
Esto es importante porque ciertos actores, especialmente económicos, en el último mes y medio, se han dedicado a enfatizar este tema como respondiendo a un intercambio de reconocimientos; o sea, “si tú pides que se levanten las sanciones entonces voy a pensar que eres amigo y voy a facilitarte ciertas cosas”, mientras que, si no lo haces, voy a verte como un enemigo potencial.
Pareciera que el mantra de decir “levanten las sanciones” sería suficiente, no para que las levanten, sino para que el gobierno lo mire con buenos ojos.
Entonces, el tema es la presencia fuerte del gobierno en la economía y la necesidad de los actores económicos de, sin entrar en la diatriba política, cumplir con pedidos políticos del gobierno; porque, en definitiva, más allá de lo pragmático, o no, que pueda significar, y ya sabiendo que eso no va a cambiar, hay que hacer la disquisición sobre qué significa hacer política desde el lado del empresario.
Para el Gobierno, que es un gobierno de corte socialista extremo, y que utiliza la liberalidad del mercado con el esquema marxista pragmático del compañero de ruta, o sea, mientras sea necesario, porque si no, tiene que volver a sus bases y a sus principios, existe la percepción de la empresa privada como que, al ser esencialmente capitalista, está en contra de las ideas o de los principios del gobierno, y se convierte en el sospechoso de siempre. Quien tiene que estar demostrando permanentemente que él no va a hacer esto o lo otro… que no estará conspirando.
De hecho, hubo una comunicación de Fedecámaras esta semana, diciendo que el dirigente empresario formalmente no debe hacer política partidista, y el tema es que la palabra partidista pareciera que acota, pero no limita, porque en realidad este mismo tema del pedido de levantar sanciones, ya es, de alguna forma, entrar en política, porque separa las aguas de un lado y del otro.
Se trata de una trampa política más que nada porque estamos en un periodo electoral en donde el empresario, como persona natural, es muy posible, en un porcentaje altísimo, que tenga un pensamiento de corte profundamente capitalista, y eso es en contra del pensamiento del gobierno.
Acercarse al fuego para calentarse las manos, está bien y es confortable cuando hace frío… pero acercarse más de la cuenta, puede resultar en quemaduras, que dejen cicatrices para el futuro.
Político
Habría que hacer una reflexión sobre el tema de la inhabilitación de María Corina Machado, y si debería retirarse de las primarias por haber sido inhabilitada. El consenso es que no, y que debería continuar hasta consolidar su liderazgo, y desde allí, y con el gran apoyo popular que va consiguiendo, presionar para que se la levanten.
Pero, en definitiva, eso no será importante porque a esa elección no la puede perder el chavismo de ninguna forma… o, dicho de otra manera, debe ganarla a cualquier costo, porque en ello les va la supervivencia.
No obstante, así como se va despertando la vena política que el venezolano tenía dormida, también debe ajustarse el rumbo, y cuando en el pasado estuvo bien abstenerse, para lo que nos viene por delante, hoy, el mandato debe ser exactamente el opuesto: pase lo que pase, la gente tiene que salir a votar. En las primarias primero, y en las presidenciales después.
Tal como les vengo diciendo, para la oposición, las amenazas reales seguirán viniendo desde la misma oposición, de gente que sigue creyendo que la Venezuela del futuro se construye con trampas y oportunismo, en vez de hacerlo con las preferencias populares y más cuando estas están tan claramente perfiladas.
El Caballo de Troya de alguien que desde adentro le hace daño a las primarias y a la unidad, es porque se acostumbró a la convivencia y continuidad, tal vez porque se trata de su zona de confort o porque cree que debe anteponer sus observaciones personales, aún a costa de que todo lo que precariamente se va construyendo, pueda ser demolido.
Pareciera que con la experiencia de haber demolido el interinato limitando la relación de la oposición con el exterior, no fue suficiente. Ahora quieren hacer lo mismo: entre alacranes y escorpiones te veas.
Porque los obstáculos que pueda poner el gobierno son parte del juego que se sabe que se está jugando, pero los personalismos negativos y perniciosos, no lo son; por eso cuando alguien le dice “traidor” al caballo, pues se parece mucho a la percepción general del hecho. Y no porque esa intervención negativa sea relevante –porque no lo es- sino como aviso para otros que ya se sabe que están pensando en diferentes maneras de implosionar a la oposición desde adentro.
Una preocupación sobre los acuerdos mínimos que alcanzaron los precandidatos, es la necesidad de dar mayores precisiones sobre el tema económico, que luce como muy estatista, cuando, si algo hemos aprendido, es que no todo lo económico debe girar alrededor del Estado. Hay que darle un rol claro y explícito a la empresa privada como motor del desarrollo… no solo aquí, sino en todos los países que son exitosos y no tienen pobreza.
Si bien el “reconocimiento de la diversidad de intereses dentro de una sociedad pluralista bajo el amparo de un estado de derecho democrático y social, respetando la Constitución como marco y la reinstitucionalización del poder público. La afirmación de la primacía de los DD HH con el propósito de restitución de garantías constitucionales; liberación de presos políticos con restablecimiento del orden público en favor de la vida, bienes y derechos de los ciudadanos dentro y fuera del territorio nacional”, luce políticamente correcto e incluyente, es necesario mostrar una parte de los “cómo” se van a hacer las cosas.
Social
Ante la urgencia de atender directamente al bolsillo de las clases más necesitadas del país, insisto sobre el tema del CLAP virtual, apoyándonos en la fortaleza del sistema patria y en la posibilidad de combinarlo con tarjetas de pago, en el sentido de definir, dentro de la tarjeta, un cupo que sustituya al CLAP físico, en el sentido de que tenga capacidad de comprar, y eso sea reconocido por la tarjeta, un aceite de 900 cc, un kilo de arroz o un kg de harina de maíz. O sea que todo lo que vendría en la bolsa física, definirlo en forma virtual dentro de la tarjeta, que es lo que yo llamo el CLAP virtual.
Esto significa que la persona beneficiaria no tiene que estar esperando todo el proceso logístico que significa que llegue a su zona el camión con las bolsas, y que haya quien las distribuya, y que se preste para manejos clientelares, donde alguien decide si te la da o no te la da, y que en el camino no se pierdan componentes.
Desde el punto de vista de la experiencia internacional del manejo de subsidios y ayudas humanitarias, calculan que de cada 100 dólares que se asignan para subsidio, 80 se quedan en el aparato que distribuye el subsidio por el costo administrativo que tiene, por el costo tecnológico o el costo logístico, el costo de transporte, sin apartar lo que pueden significar los sobreprecios que se puedan pagar por los productos, más los elementos de corrupción y de clientelismo y presión política.
Al evitar todo eso es posible que mucho más que los 20 dólares logren llegar; que, de cada 100 dólares, aplicando un sistema que ya está en funcionamiento, es posible que 60 o 70 dólares lleguen directamente al bolsillo del usuario final. Quien con esa tarjeta en sus manos, debería poder ir a cualquier negocio -supermercado o abasto- y comprar, como cualquiera en su carrito, los elementos que él sabe que están cubiertos por el cupo del CLAP virtual, y una vez que llega a la caja, va pasando los productos, y el cajero va marcando el precio normal de mercado, pero al momento de pagar cuando pasa la tarjeta, se hace un doble movimiento: uno le limpia el cupo o parte del cupo que haya consumido, y otra le hace un cargo al comerciante con una especie de cuenta por cobrar al sistema de subsidios del Estado, por el diferencial de precio entre el que se marcó como precio base para la bolsa CLAP virtual, y el precio de venta al público.
Entonces al usuario le resultó muy práctico porque no tuvo que esperar a que llegue alguien y lo presione sino que directamente fue y compró lo que tenía que comprar. Ahora, una vez que cierra la caja del supermercado, se encuentra con una cuenta por cobrar al Estado, que al final del día, debe alcanzar un cierto monto que se pudo haber proyectado para ser liquidado contra el cálculo mensual, por ejemplo, del IVA.
Se podría establecer como un cupo para que cada establecimiento pueda proveer el servicio de CLAP, un cupo máximo como el equivalente al promedio de los últimos seis meses de pago del IVA, por ejemplo; de forma tal que al momento de liquidar, el comerciante anticipa el monto que le tocaría pagar y deduciría lo que ya pagó porque subsidió al asumir el CLAP virtual; y el proceso de compensación sería equivalente al que podría tener en crédito o débito fiscal.
Lo cierto es que teniendo lo anterior como referencia, ya se podría pensar que en que ciertos negocios, en ciertos momentos del mes, ya podrían poner un cartelito que diga “cupo CLAP virtual agotado”. Entonces la persona, el beneficiario tendría que ir a buscarlo en otro lado. ¿Por qué hago tanto énfasis en esto? Porque en realidad la situación de pobreza en Venezuela es crítica y la de indigencia es más crítica aún, y si todos los participantes, en un porcentaje muy alto, ya están personalizados y perfilados en el sistema patria, esta sería una manera de transferirles recursos directamente.
Porque a la misma tarjeta la puede utilizar para el cupo, pero también ahí se pueden ir cargando los bonos y misiones que van asignando, de forma tal de tener un instrumento que permita una cierta actividad económica. Ahora poniéndonos en el punto de vista del poder de compra del Estado para satisfacer los CLAP, esto tiene ventajas y desventajas.
Tiene ventajas cuando es transparente y por licitaciones abiertas, pero de la manera en que está funcionando no hay ninguna garantía de que realmente los precios que se estén obteniendo sean los mejores; entonces pareciera que nuestra economía, especialmente en la parte de alimentos, se divide en dos bloques: el bloque CLAP, y el bloque de mercado.
Uno diría que habría que fusionar todo en el bloque de mercado y permitir que todas aquellas producciones que van directamente al CLAP sean asignadas al mercado, obligándolas a competir en precio hacia la baja y vayan a proveer a los distintos supermercados o abastos para darle fluidez a la oferta de bienes y servicios; cuya restricción es la que se convierte en un componente duro de la inflación estructural.
Entonces no solamente se dinamizaría el consumo por la cantidad de gente que masivamente iría a los abastos a consumir su cupo, sino que posiblemente la oferta de estos bienes se incrementaría tendiendo a obtener unos precios lo más realistas posible, evitando de esa forma, la inflación escondida u oculta que se da por este tipo de mercados diferenciados.
Económico
Venezuela sigue siendo el país de las oportunidades, y hay que identificarlas y trabajar para lograr, si es viable, convertirlas en negocios que promuevan actividad económica y generen ocupación de recursos, humanos y de planta y equipos. Excepto por aquellas áreas que se sabe que son sensibles políticamente, como la energía, en casi cualquier otra área o sector hay cosas para hacer. Todo lo que hay que lograr es, en cada caso, desarrollar una hoja de ruta que identifique dónde están las minas potenciales, para evitar pisarlas y volar por los aires.
Es cierto que la economía es la ciencia de las expectativas, pero me gusta insistir en que se basen en premisas que tengan alguna probabilidad de ocurrencia. Por ejemplo, existe la posibilidad real de que se amplíen las conformidades para que algunas operaciones del negocio petrolero se lleven a cabo; siempre en la conciencia de que no será grande y que será acotado y monitoreado por la Ofac, para evitar que el gobierno tenga acceso a excedentes económicos que los americanos creen que pudieran usarse en su contra. Pero claro, con eso ya se mueve un poco más la actividad económica y entran algunos dólares al mercado.
El criterio anterior es aplicable al caso del gas en el campo Dragón con Trinidad, donde ya hay una autorización de la OFAC, pero restringiendo el acceso a fondos por parte del gobierno de Venezuela, los cuales deberían ser manejados como ayuda humanitaria y administrados por Naciones Unidas.
El campo de gas “Dragón” en la región oriental del país “con reservas estimadas en 4,2 TPC es parte de un conjunto de campos de gas libre ubicados costa afuera en la península de Paria, con reservas calculadas en 14,3 TPC. El propietario de la infraestructura es Pdvsa y para ponerlo en marcha requiere de un operador, que según ha planteado T&T pudiera ser Shell, empresa que opera el campo trinitario de Hibiscus. En principio el volumen a suministrar sería de 150 MPCD para luego llevarlo hasta los 300 MPCD, que serían transportado a T&T para su licuefacción y exportación a mercados internacionales”.
Pero claro, si a lo largo de los años el tema del gas ha sido el eterno postergado –por múltiples razones, no todas válidas- no hay nada que haga pensar que esta vez vaya a ser diferente. Aunque la necesidad de T&T, y el hecho de que cuente con todo lo necesario para hacerlo, pudiera cambiar la situación; claro que con acuerdos que aseguren que por cuestiones políticas no se van a cambiar las condiciones. Y esa credibilidad la hemos perdido… y tenemos que trabajar para recuperarla.
Internacional
Los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) son un grupo de países que se unieron con el objetivo de fortalecer su cooperación económica y política. Venezuela ha expresado su disposición de unirse, lo que podría tener varias implicaciones y beneficios. El ingreso de Venezuela a los Brics podría tener implicaciones tanto en el ámbito diplomático como en la economía y la geopolítica energética. La diversificación económica y el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas podrían ser algunos de los beneficios potenciales. Sin embargo, también es importante considerar las posibles tensiones con Estados Unidos y las reacciones en América Latina.
A continuación, algunas claves sobre el posible ingreso de Venezuela a los Brics:
- Ampliación de relaciones diplomáticas: los Brics tienen estrechas relaciones con otros esquemas de integración, como Mercosur, Celac, ALBA y Asean. La diversificación de relaciones diplomáticas puede contribuir a ampliar el apoyo en foros internacionales.
- Relación con Estados Unidos: la adhesión de Venezuela a los Brics puede aumentar las tensiones con Estados Unidos y provocar más sanciones, guerra híbrida, desestabilización política y económica. También puede ser visto como un avance de China y Rusia en la región.
- Geopolítica energética: los países Brics tienen una parte significativa de las reservas mundiales de petróleo y gas, lo cual no significa que el grupo las controle. Si Venezuela se une a los Brics, podrían sumar un porcentaje aún mayor de estas reservas.
- Diversificación económica: Venezuela tiene una alta dependencia del petróleo y unirse a los Brics podría contribuir a diversificar su economía. La cooperación en áreas como agricultura, medicinas e inversión en infraestructura, podría ayudar a reducir la dependencia del petróleo y promover un crecimiento más equilibrado.
La adhesión de Venezuela a los Brics podría ayudarla en la legitimidad en el ámbito diplomático y generar tensiones en espacios de integración como la Celac y la Unasur.
Es importante tener en cuenta la expansión prevista de los Brics en 2024, con la adhesión de Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, la cual podría tener un impacto en la dinámica y los beneficios potenciales de la membresía de Venezuela en los Brics.
No hay que perder de vista que los Brics, en este momento, tiene unas tensiones internas producto de las posiciones antagónicas de China y de India. China es la economía más grande del Brics, es la moneda más fuerte y es quien está tratando de, apuntalándose en esta nueva estructura, ganar espacios geopolíticos más que económicos; porque económicos ya los tiene bastante avanzados en forma bilateral. Y considerando que el resto de la estructura de los Brics, desde el punto de vista de algunos de los de los países con sentido más de izquierda, es anteponerse a Estados Unidos y a la Unión Europea -en general al G7- el cual es un aspecto que no es compartido por India que tiene unas alianzas muy fuertes con Estados Unidos.
En esta nueva etapa de China con una economía declinante donde tiene que apostar a fortalecer sus mercados, como son Estados Unidos y la Unión Europea, e importar menos recursos, por la misma declinación, es posible que haya algún tipo de viraje en la posibilidad de seguir insistiendo en antagonizar con Occidente. Inclusive su relación con Rusia se vería afectada
El otro punto importante es que el viaje que está sosteniendo el gobierno de Venezuela a China, tiene el doble propósito de trabajar con China y de trabajar con el banco de los BRICS, se va a encontrar con esa posición de China comprando menos insumos -que son los que provee Latinoamérica y en general los países Brics- y que el banco Brics no tiene fondos suficientes como para poder este asistirlos.
Es importante considerar que, si el presidente de Venezuela decidió viajar a China es porque debe haber, o bien acuerdos para listos para ser firmados, o bien la necesidad de reforzar los apoyos que financieramente necesita Venezuela.
La invasión de Rusia a Ucrania consiguió todo lo contrario a lo que buscaba Rusia que era tener más lejos a la OTAN de sus fronteras. Ahora, con la incorporación de Finlandia, están en todas sus fronteras, más armados y motivados que nunca antes, comprometidos con asegurarse de que Ucrania gane esta guerra, y saque a los rusos de su territorio, incluyendo de Crimea; que el silencio de la Europa de entonces (2014), había hecho creer que era irrecuperable.
En este momento, Ucrania está haciendo retroceder a los rusos, está recuperando Crimea y está haciendo incursiones en la propia Rusia. Triste papel el de Putin que tendrá que explicarle a su pueblo como es que perdió tanto en tan poco tiempo. La salida de Wagner dejó al ejército ruso sin su única fuerza motivada y comprometida, porque eran mercenarios y sabían que, si peleaban bien, cobraban bien… bueno… eso ya se acabó.
Recomendación
- Al gobierno: que regrese a las estrategias del año pasado manteniendo e impulsando el uso del dólar, bajando las barreras a la importación en todo aquello que no compita con la producción nacional, abra al mercado de valores el capital de las empresas del estado, y baje la carga tributaria, más allá del esfuerzo reconocido de la armonización tributaria. También considerar seriamente la apertura del capital de Pdvsa y de Corpoelec, dos sectores clave que requieren inversión, y que, mientras el gobierno sea un participante accionario, no se van a conseguir.
- A la dirigencia opositora: que mantengan abiertas las opciones alternativas del consenso y el promedio de encuestas, por si, por alguna razón, las primarias no pueden realizarse; o si se ven limitadas por acciones del gobierno. No puede pasar octubre sin que la oposición tenga un líder claro que los represente
- A la dirigencia empresarial: que promueva internamente mecanismos de financiamiento orgánico vinculado al fortalecimiento y expansión de la capacidad productiva, y al mismo tiempo impulse la filosofía de la economía de la base de la pirámide. Nuestro país ha cambiado y eso no tiene vuelta atrás.
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