VENEZUELA

Análisis de entorno: ¿Cuán infinita es la paciencia?

por Avatar Benjamín Tripier

Ya casi está cerrado el proceso comicial de medio término en EE UU. Los republicanos ganarán la cámara baja, y todo indica que los demócratas obtendrán el puesto en disputa para quedar 51 a 49.

Más allá del impacto interno en EE UU que esto tiene, donde los republicanos no arrasaron y los demócratas no fueron aplastados, todo indica que la situación de gobernabilidad para el resto del período de Biden, será de mucha negociación ajustada, y que todo tenderá a ser bipartidista… prácticamente consensos y acuerdos, en vez de victorias y derrotas. Debido a lo cual, la Casa Blanca deberá administrar muy bien las batallas que decida luchar, porque siempre serán a costa de otras que deberán perder.

Biden es el único candidato que tienen los demócratas para el 2024, y se pudiera decir que su desempeño electoral en estas de medio término, ha sido no solo superior a lo esperado, sino superior a lo que otros presidentes demócratas lograron en esas elecciones.

Corroborado por la baja en la inflación y la suba excepcional de los mercados: le dieron un voto de confianza, que tendrá que administrar eligiendo las batallas, en función de los objetivos que las encuestas le marcaban, entre ellos la inflación, el tema del aborto y la defensa de la democracia.

Entonces, Biden sería el candidato (fuentes bien informadas me indican que la VP Kamala Harris, estaría fuera de carrera) por los demócratas. Y estaría enfrentando, o bien a Trump (que no salió tan bien parado porque no hubo marea roja) o a Ron DeSantis que se posicionó como una opción alternativa, por el resultado en la gobernación de Miami, que fue aplastante.

Lo anterior es para anticipar que el tema Venezuela, que es una cuestión de honor del congreso de EE UU con acuerdo bipartidista previo, en realidad no debería cambiar mucho. Es decir, es difícil que Juan Gonzales pueda continuar con su cruzada a favor de levantar las sanciones a Venezuela, porque podría poner en riesgo otras situaciones más críticas que enfrenta EE UU internamente, y en el resto del mundo.

Por lo que, aparentemente, esos escenarios venezolanos de excesivo optimismo, difícilmente puedan concretarse, tal como estaban planteados.

Claro; la conseja local es que con todo el petróleo que tenemos, a EE UU le convendría, hasta de manera prioritaria, permitir que Venezuela aumente su producción, alivianando sanciones e impulsando a Chevron como la única de las grandes que queda en Venezuela, y que además es norteamericana. Y eso es porque vemos el mundo desde Venezuela, y nos negamos a ver cómo es que el mundo nos ve y nos percibe; y las visiones son muy diferentes.

Cuando desde EE UU miran al Caribe desde el punto de vista petrolero, en el radar de aproximación, primero que Venezuela, seguramente, aparecerían Surinam y Guyana; también con empresas norteamericanas, y con petróleo más liviano, todo por hacer, con inversiones frescas y con buen mantenimiento, y baja politización… y sin sanciones.

Hay que comenzar a considerarnos postpetroleros, y dejar el ingreso de los 650.000 barriles diarios, parte para consumo interno y parte para vender a descuento, como una especie de plataforma de mantenimiento en el proceso de transformación del país. Porque a este paso, y sin inversiones, lo que nos queda, es optimizar los costos de producción petrolera, concentrarnos en los mejoradores del petróleo de la faja, y apostar a descentralizar las operaciones de toda la cadena, hacia empresas privadas petroleras, medianas y pequeñas, nacionales y extranjeras; que son las que correrían menos riesgo de sanciones.

Una vez más hay que mirar al mercado de valores como una opción para desintoxicar las inversiones del estado y sacarlas del ámbito de las sanciones, para transferirlas al sector privado.

Bottom line, nuestro panorama petrolero externo no mejorará, por lo que hay que apuntar a sacar del ámbito del estado toda actividad productiva (esencialmente privada), comenzando con el sector eléctrico, sin el cual no hay posibilidades de expansión de nuestro PIB; ni del petrolero, ni del no petrolero; porque ambos necesitan electricidad, y mucho más el petrolero. Y estamos muy limitados de electricidad.

Político

La frase que no hay que perder de vista es la del secretario de Estado Blinken indicando que la paciencia de EE UU no es infinita, refiriéndose al juego interminable y sucesivo de las mesas de diálogo, negociación o como quieran llamarlas.

Porque si no es infinita, entonces es finita; tiene fin… termina… se agota. La pregunta que hay que hacerse, es qué pasaría si esa paciencia se agotara. Porque cada vez que se habló de sanciones, de Chevrón y de petróleo, siempre la respuesta de EE UU fue la misma: elecciones libres. Y después de eso hablamos.

Porque en su mente, donde somos una amenaza para ellos, difícilmente le permitirían inversiones petroleras a un gobierno que seguramente las usaría como palanca y leverage político en contra de EE UU. Ellos habilitarían todo, solo cuando el panorama político institucional interno, les permita las garantías suficientes de que eso no va a ser usado en su contra; y en las condiciones actuales, pues eso no es posible.

Para que habiliten inversiones y aumentos de producción, aquí debe haber un cambio, que, por lo que se aprecia, no está a la vista en el futuro cercano.

Y porque la única manera de poner a prueba esa paciencia finita, es el camino del diálogo, y por eso es que hay tanto interés de EE UU de que se produzca un cambio. Porque hasta podría pensarse que, si el chavismo ganara las elecciones, para ellos, nada cambiaría, y seguirían o empeorarían las sanciones.

Lo que ellos buscan es un cambio de gobierno… y todo indica que, por el camino que llevamos, eso no pasará.

Y al agotarse la paciencia, habría que razonablemente imaginarse que cambiarían la estrategia de las sanciones por algo diferente, más fuerte y de solución rápida. Creo que debemos comenzar a mirarnos en el espejo de Irak y la invasión, porque ya desde la salida de Trump, han ido presentándonos ese escenario con mucha claridad. Y aquí no se ha entendido, y si se entendió, pues no les importó.

El armado institucional que hizo EE UU con el interinato solo será cambiado cuando haya una vía alternativa para manejar los activos en el exterior, y mantener la vigencia de la acefalía, base conceptual de la creación del interinato.

Social

La nueva encuesta de Encovi mostró una baja en la pobreza de ingresos, que pasó de 94% a 81,5%; y la pobreza extrema pasó de 76% al 53,3%. En contrapartida, se profundizó la desigualdad de ingresos mensuales, donde el decil más rico gana 533 dólares, y el más pobre 7,9 dólares (70 veces menos).

El otro indicador importante de las ayudas del estado, es que 35% de los beneficiarios recibe mensual y regularmente los CLAP, 30% cada 2 o 3 meses, 24% más de 4 meses, y casi 10% no recibe esta ayuda.

La única manera conocida de bajar la pobreza y la desigualdad en con la creación de puestos de trabajo privados genuinos capaces de contribuir al PIB del país. Y eso está asociado al crecimiento de la economía, lo cual está asociado a la disponibilidad de energía para promover ese crecimiento.

Confirma que la población total es de 28,5 millones de habitantes, número al que llegamos por la emigración y porque las defunciones superaron los nacimientos; aunque aquí se asume que se fueron solo 5 millones, y la ONU reconoce 7,1 millones; con una proporción de emigrantes retornados que no supera 6%.

Bueno… hasta que no tengamos un censo no sabremos el número exacto; pero seguro que ya no somos los 32 millones; “la migración reciente transversalizó todo el espectro social y territorial y se diversificó en términos de su capital educativo”; “perdimos las ventajas del bono demográfico que suponía contar con el mayor volumen de población en edad de trabajar, que podía significar un factor de potenciación del desarrollo”.

Debemos hacernos a la idea de que los que se fueron no regresarán y que deberemos impulsar un proceso inmigratorio selectivo de nacionales de otros países, con las profesiones y habilidades que el plan de desarrollo (cuando tengamos uno) nos vaya marcando.

Económico

El tema relevante de la semana es el deslizamiento del precio del dólar paralelo que por una parte se comienza a alejar del dólar oficial, y por otra parte impacta sobre todo aquello que está referenciado en dólares, que es casi toda la economía venezolana.

Porque ya sea al oficial o al paralelo, lo cierto es que todo precio de referencia público o privado está asociado al dólar.

Y todo indica que ese deslizamiento continuará, por lo cual tanto las posibilidades de inversión, como los precios de reposición, impulsan al empresario a tomar una posición de “esperar” con el consiguiente impacto sobre el nivel de actividad. Es de esperar que tengamos un fin de año extensible al primer trimestre del 2023, con un descenso en el nivel de actividad, lo cual exacerbará el componente de oferta (o su falta) de nuestra inflación, que ya se ha convertido en estructural.

No hay que perder de vista que lo anterior impacta sobre la sensación de bienestar que es impulsado por la capa transaccional de última milla de nuestra economía, que sigue alimentada más por importaciones que por producción nacional. No obstante lo cual, hay que reconocer que poco a poco se va incorporando un componente nacional de origen industrial.

La utilización de planta ya ha superado 30%, lo cual se ve reflejado en la encuesta de Encovi, como una mayor incorporación de gente al mercado laboral, y en la discreta disminución de la pobreza.

Es interesante evaluar la posibilidad de comenzar a sustituir importaciones del otro lado del mundo, por producción de países de Latinoamérica, tal como Argentina o Brasil, con una afinidad de mercados que hace más fácil la incorporación de productos.

La Cámara de Comercio Venezolano argentina, Cavenarg, está organizando una misión empresarial Exploratoria a Buenos Aires para los días 23 y 24 de noviembre de este año, en sectores como los alimentos, farmacia, medicinas y laboratorios, café, equipos y tecnología agropecuaria, asesoría en finanzas corporativas, y mercado de capitales.

Internacional

La incorporación de Colombia y Francia a los actores involucrados en el futuro democrático de Venezuela, le amplía el panorama de opciones tanto a los opositores como al gobierno venezolano.

La aparición intempestiva de Maduro en Egipto, sirvió como para medir el grado de aceptación o rechazo internacional de su figura, que en ese foro no contó con la presencia de sus aliados ideológicos, China y Rusia; por lo que había más países interesados en aconsejarle que “arreglara las cosas” que en apoyar el estatus quo.

Tan inesperada fue la visita de Maduro a Egipto como la de Petro a Caracas; se especuló que había traído un mensaje urgente de EE UU, que uno puede pensar que solo se transmitía en persona, y que era relevante; y si tuvo algo que ver con el viaje a Egipto, pues tampoco se sabrá. Lo que si sería interesante saber es si era solo entregar el mensaje, o si también debía llevar respuesta; y si la obtuvo… en fin.

Porque durante esa semana todo el gobierno colombiano, Benedetti incluido, salió a explicar a quien quisiera escuchar que ellos no hacían nada sin consultar con EE UU; dejando muy clara la alineación. Lo cual fue reconfirmado por el pedido de disculpas a Guaidó: ¿Cómo se le ocurre insultar al reconocido por EE UU?

Por lo que también sería razonable anticipar que EE UU no le soltará la mano a Guaidó, y que la estructura del interinato continuará; porque las condiciones que llevaron a su diseño, no han cambiado. Y todo lo que hay es fuego amigo por los juegos de tronos, de posicionarse mejor frente al chavismo dominante; porque pareciera que los ataques en su contra son solo eso.

Las otras preguntas que surgen son si México finalmente se formalizará, si Paris será “solo una noche” o si habrá otra mesa; y también si existe la posibilidad de fusionar las conversaciones en París. Y si eso fuera así, pues el rol de Petro se volvería mas relevante que el de López Obrador, quien no busca soluciones, sino solo que la mesa esté en su casa… al Grupo de Puebla no le interesa un opositor mandando en Venezuela, ni que EE UU retome la relación, sino todo lo contrario. Si se moviera hacia París, pues habría, al menos, algo diferente, que pudiera anticipar un resultado diferente. Porque seguir haciendo lo mismo, conducirá a los mismos resultados.

La guerra en Europa está entrando en una nueva fase de estabilización que permite pensar que durará varios años. Porque la OME de 2 semanas ya fracasó, y ahora los rusos comienzan a perder los territorios conquistados.

Ucrania se convertirá en una potencia militar con tropas entrenadas en el campo de batalla, y con habilidades para manejar tecnología militar de avanzada, en el campo de operaciones. Son pocos los ejércitos de la OTAN que pueden decir lo mismo.

Y la zona impactada por la guerra se transformará de ser un proveedor de alimentos a ser un importador neto, y en condiciones desfavorables, por lo que el peso relativo de los polos productivos, se trasladará, poco a poco, hacia américa latina, y el Atlántico el corredor productivo más importante del mundo. Y eso se verá reforzado, porque los escenarios de conflictos bélicos que se anticipan, están en el Pacífico y el Índico. Ojalá nuestra región comprendiera el rol estratégico que deberemos jugar, y que lo podamos hacer por voluntad propia, y manteniendo nuestros sistemas políticos.

Porque el mundo occidental no se detendrá en temas burocráticos a la hora de hacerse cargo de los recursos que nuestra zona pudiera proveer; y los obtendrá por la fuerza si fuera necesario. No olvidar que los contrapesos de Rusia y China están cada vez más aislados y perdiendo relevancia relativa para nuestra región.

Especialmente en Venezuela, los que fueron nuestros amigos, los “chicos malos”, están aislados y ya no pueden hacer mucho por nosotros. Estamos solos y a merced de quien la revolución decidió convertir en enemigo: Los EEUU.

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