Entre el levantamiento de sanciones, los acuerdos firmados en Barbados y la realización de la primaria, se puede pensar que estamos entrando en una nueva etapa en la vida socioeconómica y política del país.
Las estimaciones deben ser recalibradas y los puntos de riesgo y el perfil de las oportunidades, también deben ser recalibrados. No solo por los aspectos mencionados, sino porque de una vez por todas ya debemos reconocer e integrar formalmente en el análisis de negocios, a las ausencias producidas por la emigración, al cambio generacional, al cambio en el perfil de la demanda, la minimización de la clase media, y la ampliación y profundización de la pobreza.
Si hasta la semana pasada teníamos construida una hoja de ruta donde marcábamos con unas banderitas los lugares donde había minas que el empresario y el gerente no debían pisar, hoy eso cambió. Si teníamos la sospecha de que habría turbulencia política, hoy, más que sospecha, es una realidad que irá evolucionando hasta casi convertirse en tormenta. Ojalá no llegue a ese extremo, pero la sensibilidad a flor de piel en el chavismo y la fuerza con la que están atacando a la oposición resultante de las primarias, nos muestran que el tema será fuerte.
Y como esta vez, tal como reza en las licencias generadas por la OFAC, lo económico está intrínsecamente atado a lo político, la turbulencia política deberá inducir, directa o indirectamente, a una turbulencia económica.
Tendremos, tal vez mejores ingresos petroleros, pero no hay nada que haga pensar que la inflación será contenida, que los salarios aumentarán y que el bolívar no seguirá depreciándose y perdiendo participación, en el único atributo monetario que le queda, que es la transaccionalidad limitada a las transacciones electrónicas, y teniendo que compartir con el dólar la liquidez existente en el mercado. Porque el bolívar ya no es ni referencia de precios, ni reserva de valor.
Tampoco se puede perder de vista que los empresarios son vistos con desconfianza estructural desde el gobierno chavista. Y digo estructural, porque así haya actos y reuniones donde se lancen flores mutuamente, se trata solo de una coyuntura de oportunidad (compañero de ruta según el marxismo) que pudiera desaparecer de un momento para otro.
El «compañero de ruta», es alguien que sin ser comunista (ni siquiera potencial), puede apoyar algunas posturas comunistas, en forma inocente -los tontos- o en forma deliberada -¿pragmáticos?-, para conseguir objetivos que considera superiores, pero que, sabiéndolo o no, le “hacen el juego” al comunismo (o a su expresión específica en cada caso o país) favoreciendo sus propósitos, que casi siempre son para acceder o sostenerse en el poder.
Y cuando dejan de ser útiles, utilitarios o se vuelven incómodos, son dejados en la banquina de la ruta, para que sean recogidos por los que ellos representaban, que no les perdonarán haberle “hecho el juego” al comunismo. Y quedarán con un daño reputacional que los asimilará a traidores o vendidos, y que permanecerá durante más de una generación, dependiendo de la importancia y trascendencia del caso. Cuando hace frío, es bueno acercar las manos al brasero… pero si se acercan mucho, pueden quemarse, y dejar cicatrices… a veces permanentes.
Por lo que, una turbulencia política influida por la nueva figura que encarna María Corina Machado, más pronto que tarde, obligará a los empresarios a tener que pronunciarse en contra de ella. Ya no como un tema del que es mejor y sensato no hablar como empresario, sino que aparecerá –como ya ocurrió en el pasado- la obligación de criticarla y de ponerse en su contra. Lo cual producirá daños que llevarán a la turbulencia económica, que será arrastrada por la turbulencia política.
La cercanía actual casi una luna de miel, tiene un costo que aún no está claro cuál es, pero que cuando pasen la factura habrá que pagarlo.
Por eso es que les hablaba de una nueva hoja de ruta que considere las variables involucradas, y su proyección en el tiempo. Percibo un cierto criterio de inmediatez y cortoplacismo, que, si se evaluara con un perfil de mediano o largo plazo, tal vez las actuaciones actuales podrían ser mesuradas de una forma más conservadora.
Y lo que no cabe duda es que, así como la turbulencia política impulsará a la turbulencia económica, esta última, arrastrará a la turbulencia social. Esta semana comenzó una nueva etapa que debemos comenzar a perfilar… porque las cosas están cambiando, y cambiarán aún más.
Político
El reconocimiento internacional de María Corina Machado, se convierte en algo novedoso porque las condiciones son diferentes a las que había cuando a ese reconocimiento se lo hacían a Guaidó.
La diferencia está en el bottom up de María Corina, que viene remontando desde las bases en el reconocimiento popular, desde el interior hacia Caracas (y no al revés), y con una trayectoria política de consistencia conceptual liberal, que incluye la intrepidez y valentía de haber participado en la asamblea de la OEA defendiendo a Venezuela desde la silla que Panamá le cedió para que le pusiera voz a una oposición entonces aplastada, cuando se reunió con Bush hijo en la Casa Blanca y cuando enfrentó, cara a cara, a Chávez desde su silla de diputado.
Es posible que tantos años de lucha hayan servido para que ella ahora tenga el liderazgo absoluto de la oposición, 92% de los votos en la primaria, y algo similar en las encuestas (hasta en las chavistas), coincidiendo con el agotamiento de los modelos de izquierda que fracasaron, y donde la única opción que puede ofrecer esperanza es el liberalismo, mercado y libertad.
Porque el tema de su inhabilitación ahora se convierte en una piedra en el zapato de la negociación, porque, como dice Gerardo Blyde: “El oficialismo está leyendo incorrectamente el contenido del acuerdo de Barbados. El acuerdo estableció con principio de celeridad constitucional un procedimiento, ya sea administrativo o judicial, mediante el cual todo candidato a la presidencia que esté sometido a una inhabilitación administrativa debe respetársele su derecho constitucional y rehabilitar”.
Porque hasta Barbados podían ignorarla, pero desde el 22 de octubre es la cabeza de la oposición. Porque los alacranes y escorpiones no tienen pueblo, y los pseudo opositores que “van por fuera” de las primarias, no llegan, sumados todos, a 5 puntos porcentuales. O sea que ignorarla no es una buena idea. Y desde ahora, además del apoyo popular que le asignan las encuestas, pasa a tener el apoyo internacional.
Por lo anterior es que les repito que el juego cambió, y que hay que hacer nuevos mapas y hojas de ruta.
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Social
Tuve acceso a una nueva manera de medir los estratos socioeconómicos, considerando la tenencia o acceso a dólares donde, como se imaginarán, los que no acceden ni tienen dólares son los pobres, y así hasta llegar a los que tienen todo, que vendrían a ser los ricos, con sus escalas intermedias.
Pero lo que no se puede perder de vista, porque es nuestra oportunidad de recuperación, es que algunos actores de clase media, que así en la escala mencionada aparezcan como sin dólares, y por consiguiente clasificados como pobres, tanto por sus gustos y preferencias, como por su nivel de educación, siguen perteneciendo a la clase media.
Que supo ser la columna vertebral de nuestra economía, medida desde el consumo, fue la referencia para el diseño de infraestructura, y hasta para la capacidad instalada de plantas industriales, por no mencionar el tamaño del comercio representado por centros comerciales y tiendas, abastos y supermercados, restaurantes y entretenimiento.
Hoy seguimos encontrando jubilados con estudios universitarios, que viven en una quinta de El Cafetal, con un Corolla viejo en el estacionamiento, con los hijos en el exterior, y que no tienen dinero para alimentos ni para medicinas y que viven de la caridad de los vecinos. Esos, que son realmente pobres porque no tienen ingresos (sí los tienen, pero no llegan a los 5 dólares al mes), en realidad son estructuralmente de clase media, y deberían ser tratados como tales. Porque si ponemos a todos en el mismo saco, nunca podremos diseñar estrategias de salida, a la medida de cada grupo socioeconómico y socioeducacional.
Ahora que se liberaron los 3,2 mil millones de dólares para el fondo social administrado por la ONU es el momento de salir al rescate de esas poblaciones que quedaron a la deriva y fuera del alcance de las políticas públicas o de los planes, bonos y misiones que otorga graciosamente el gobierno.
No deberían ser graciosas, sino parte de algún sistema que permita planificar y no estar dependiendo de la caridad gubernamental. Porque en realidad, entre los 23 + 3 mil millones de dólares robados, confesados este año por el gobierno, más los cientos de miles de millones de dólares de otros exfuncionarios que están siendo capturados por autoridades del resto del mundo, principalmente EE UU por cuya jurisdicción financiera pasaron todos los robos y estafas, habría que reconocer la responsabilidad de privilegiarlos (a los pobres) por encima de otros gastos que cuando uno los ve, se preguntan si es que no tienen sensibilidad humana, para gastar en ciertas cosas, mientras hay familias enteras que comen de la basura.
Económico
El negocio petrolero sigue siendo la locomotora que mueve la economía del país. Podría mover mucho más, si no estuviera en manos del Estado, no ya por las sanciones que fueron levantadas la semana pasada sino porque los grados de inflexibilidad y rigidez que le induce ser parte del Estado actúa como contrapeso a la flexibilización empresarial necesaria que le requieren las circunstancias.
Debería diseñarse un modelo de negocio principalmente privado que permita que la dinámica del negocio pase por empresas petroleras pymes, las cuales puedan manejar el ciclo completo de explotación, y contribuyan con su output o bien a alimentar centros de almacenamiento para exportación y consumo, o bien hacia centros refinadores.
Porque debido al limitado volumen de negocios que tenemos, hoy en día, el negocio petrolero en Venezuela ya no es corporativo, sino esencialmente pyme. Tenemos que ver a Venezuela desde su nueva realidad, la cual no cambiará en muchos años más.
El negocio del gas, por otra parte, tiene la vertiente del gas asociado, limitado por las posibilidades de la explotación petrolera, y la de los bolsones de gas que tienen la autonomía como para ser considerado un negocio independiente, y hasta fuera del alcance del negocio petrolero.
Porque, así como el negocio petrolero, y el del gas asociado, en Venezuela es esencialmente pyme, el del gas, requiere de inversiones tan grandes que lleva a que solo las corporaciones internacionales puedan encararlo.
Y a veces queda la sensación que se mezcla una cosa con la otra, y que, al ponerle el componente ideológico, cruzado por las ventajas políticas y geopolíticas, y aderezado por la lucha por sostenerse en el poder, una vez más, perderemos la oportunidad que tuvimos durante las grandes crisis mundiales, de volver a ser proveedores confiables, que hoy, tal como están las cosas, no lo somos.
Pero podríamos serlo con dosis importantes de un patriotismo que hoy es difícil encontrar.
Internacional
Lo impactante de esta semana que pasó en nuestra región sudamericana a la cual pertenecemos, fue el resultado de las elecciones presidenciales en Argentina que tuvieron que ser extendidas hasta el 19 de noviembre (ballotage), por no haberse llegado a un resultado en lo que se llama la primera vuelta.
El nivel de abstención fue alto, aunque 4 puntos más bajo que en las PASO, especie de ensayo electoral que ordena a los partidos y sus candidatos para la verdadera elección. Los resultados personales de cada uno de los 3 candidatos en las PASO fueron, Milei con 30%, Massa, con 21% y Bullrich con 17%. Donde Massa tenía que salir a buscar 6% de los votos que sacó Grabois, que era su competidor interno, y Bullrich tenía que salir a buscar 11% de los votos que sacó Larreta, que fue su competidor interno.
Bueno… el resultado en términos porcentuales fue que Milei se mantuvo en sus 30 puntos, que Massa recuperó 100% de los votos de Grabois y sumó parte de los votos de Larreta (al menos 5 puntos), y capitalizó los votos entre blanco, nulo y ausentes, que lo llevaron a contar con 36% de las preferencias. Y Bullrich… bueno… solo consiguió una parte de los votos de Larreta, y quedó en tercer lugar con 24% de los votos, quedando automáticamente fuera del ballotage.
Lo anterior es lo cuantitativo. Cuando uno lo pone en perspectiva, casi 60% del electorado votó en contra del gobierno y a favor de un cambio, el cual se dividía entre cambio radical –representado por Milei– y cambio más suave, representado por Bullrich. Y, pasara lo que pasara, esos límites estaban allí, y solo podían crecer, pensando en la pésima gestión de gobierno del kirchnerismo en general, y de Massa en particular como ministro de Economía.
O sea que Massa alcanzó el techo de lo que la lealtad peronista/kirchnerista le podía proporcionar… un mínimo de los 36 puntos que sacó, y la esperanza de sumar 4 puntos más para llegar a 40% que no quiere cambios.
Ahora así como la pelea interna entre Bullrich y Larreta fue brutal y les hizo perder votos y seriedad, la posterior pelea entre Milei y Bullrich hizo algo similar. Con la complicación de que, para llegar a capitalizar los 60 puntos de los que quieren cambiar, Milei, segundo en esta elección y, junto con Massa competidor en el ballottage, debió aliarse con Bullrich con quién se había insultado hasta del mal que se iban a morir.
Pero lo hicieron… horas después de conocerse el resultado, Milei y Bullrich acordaban trabajar juntos tratando de sumar sus votos para llegar a 51% que se requiere para ganar la presidencia.
Si esas aritméticas fueran planas y los votos transferibles, Massa conservaría su 36% y Milei (con los votos de Bullrich) tendría 54%… y listo… Milei sería el presidente.
Pero las cosas no son así. Massa, apoyado en 36% que él considera duro e inamovible, tiene que buscar votos extra tanto en los que no votaron, como en la cartera de su competidor. Y para eso, tenía (y es lo que está haciendo) que desperonizarse y deskirchnerizarse. Tiene que mostrarse como que el ya no es el que está gobernando ahora, sino el que va a gobernar a partir del 10 de diciembre, cuando podrá sacarse de encima los peronistas y a los kirchneristas, y el, finalmente, será lo que siempre quiso ser, un liberal al que no lo dejaron ejercer, pero que ahora, finalmente podrá hacerlo.
Bueno… habrá que ver si lo consigue porque nunca más volvió a dejarse ver con los contaminados Alberto, Cristina y Máximo. Por cierto, que, si llegara a ganar Massa, gran parte del logro se debería estrictamente a su persona que se echó al hombro la campaña, con la mochila de ser el ministro de Economía del desastre. Claro que ese desastre le sirvió para comprometer 3 puntos del PBI en apoyo a su campaña, lo cual posiblemente, sea la explicación de cómo salta de 21 puntos a 36 en un par de meses.
Del otro lado, cuando Bullrich y su candidato a vice, en forma inconsulta, deciden apoyar públicamente a Milei, se produce un cataclismo en su propia coalición, la cual, a estas alturas, es un milagro que no se haya desintegrado. Es una fuerza importante entre gobernadores, senadores, diputados e intendentes que ya están todos asegurados; o sea que no se puso en riesgo ninguno de los cargos logrados y se trató de darle algún tipo de utilidad a los 6 millones de votos que sacaron.
Se partió de la premisa de que eran muy pocos los votos que aportó la izquierda de juntos por el cambio, compuesta por Larreta, Morales y Lousteau, que son los que principalmente se quejaron, por lo que los números que se infieren es que, de los 6 millones de votos, casi 5 irían a Milei, quien, junto con Bullrich eran las opciones de cambio. O sea que de 24% que sacó Bullrich podría sumarle 19,2% a Milei, quien con su 30% estaría más cerca de 51% requerido.
El otro gran elector secundario es la fórmula Schiaretti-Randazzo, quienes, con su 7%, públicamente se deslindó de los dos contendientes. Pero, a nivel de debates, se dio una buena relación entre la vice de Milei, Victoria Villarroel, y Florencio Randazzo, que es posible que, en las próximas semanas, en camino al 19 de noviembre, se pronuncie de alguna forma.
Un tema que repitieron los políticos, analistas y periodistas hasta el cansancio, fue que los votos son de la gente y que los dirigentes no los pueden transferir. Es cierto, pero…
El que votó a Milei o a Bullrich, nunca, pero nunca, va a votar por Massa y es difícil que vayan a votar en blanco o abstenerse, porque también se repitió hasta el cansancio, que abstenerse o similar es votar por Massa.
Hoy no está claro si la jugada de la alianza Milei-Bullrich vaya a funcionar o si el encono de Larreta, Morales, Lousteau los hará favorecer, de alguna forma a Massa.
De todos modos, el 20 de noviembre sabremos si el país seguirá cayendo en caída libre con la continuidad de Massa, o si se abre una oportunidad de frenarla y comenzar a crecer, con Milei.
A estas alturas, después de vivir los desastres que la izquierda les está haciendo a Argentina y a Venezuela, pareciera razonable darle, aquí y allá, la oportunidad al mercado y la libertad, que lo que prima en los países exitosos.
Recomendación
- Al gobierno: que tiene que administrar por separado los ámbitos político, económico y social, siempre teniendo en cuenta que hay un efecto cascada desde lo político hacia lo económico, y desde allí hacia lo social. Y que al final de la cascada, hay gente de carne y hueso, con nombre y apellido, que no tiene como procurarse alimentos ni medicinas.
- A la dirigencia opositora: que prepare una sesión de estrategia para ponerle límites a las acciones que, después de las primarias y de Barbados, deben emprender de cara al futuro. No puede quedar en manos del libertinaje declarativo el futuro del país, que hoy parece seriamente comprometido. No olvidar como la AN 2015 desperdició su oportunidad con necedades que hoy no deberían dejar dormir a los que las llevaron a cabo.
- A la dirigencia empresarial: que arme un cuadro de competitividad para conocer en qué sectores contamos con ventajas, y en cuáles deberíamos construirlas. Y si este es el momento de construirlas o de consolidar lo que ya tenemos. Lo más accesibles es identificar las ventajas comparativas y medir el esfuerzo y la inversión para volverlas competitivas. Ah… y no olvidar que, sin electricidad, no hay actividad económica. Y que, con la empequeñecida economía que tenemos, aun así, tenemos problemas de abastecimiento eléctrico.
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