Alimenta la Solidaridad llega a su cuarto aniversario. Desde que fue fundada en 2016, ha alimentado a 14.400 niños en los comedores populares que funcionan en 14 estados del país y que permiten garantizar un almuerzo diario a niños en grave riesgo de desnutrición.
Alimenta la Solidaridad inició su trabajo con un comedor en La Vega y desde entonces ha puesto en marcha otros 214 comedores, en los que han servido siete millones de almuerzos.
La iniciativa busca ofrecer una solución a la crisis de seguridad alimentaria que castiga al país como parte de la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela, señala la organización en una nota de prensa.
Transformación
El modelo de Alimenta la Solidaridad garantiza un proceso de organización y transformación comunitaria. Sus comedores proporcionan un almuerzo de lunes a viernes a niños, niñas y adolescentes en riesgo de inseguridad alimentaria, así como a madres lactantes y mujeres embarazadas.
La tarea no ha sido fácil, se han tenido que vencer muchos obstáculos. En el interior del país, en el último año, varios comedores se han visto obligados a cocinar a leña por la falta de acceso a servicios básicos, como el gas. A la mayoría de ellos, no les llega el agua.
Con la llegada del covid-19, los retos son aún mayores: para repartir los insumos los líderes de los comedores han tenido que recurrir a medios de transportes inusuales, como la bicicleta o incluso utilizar burros para transportar los insumos alimenticios. La tarea diaria es titánica.
Mucho más que un almuerzo
Alimenta la Solidaridad es mucho más que un almuerzo. Busca colaborar con el desarrollo físico, emocional y social de los infantes para que se mantengan en el sistema escolar. La iniciativa contempla programas de desarrollo psicosocial y crianza positiva, para los niños y sus padres, madres o cuidadores.
“Nos proponemos acompañar a las comunidades más desfavorecidas de Venezuela al incidir en la salud y nutrición de los niños, a través de un modelo de corresponsabilidad con sus padres o representantes, lo que permite garantizar su desarrollo y prevenir enfermedades a largo plazo. Además, así empoderamos a las madres voluntarias y liderazgos locales”, destacó Roberto Patiño, fundador y director de Alimenta la Solidaridad.
“Los resultados han valido la pena y el compromiso se mantiene intacto”, señaló.