La rampa 4 del aeropuerto internacional Simón Bolívar de Caracas, operada en un 50% por los cubanos, fue la que se usó para el aterrizaje de la comisión que envió el gobierno Biden, el pasado 5 de marzo.
En menos de 30 minutos, un fuerte esquema de seguridad condujo a los funcionarios estadounidenses hasta el Palacio de Miraflores, en donde los estaba esperando el propio Nicolás Maduro, con su esposa, Cilia Flores, y el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se ha limitado a señalar que la reunión se centró en la seguridad energética de Estados Unidos, de cara a la invasión de Rusia a Ucrania.
En efecto, entre las sanciones impuestas a Vladimir Putin, para frenar la sangrienta arremetida en Europa, está la prohibición de comprarle petróleo a Rusia, medida que abrió un boquete en las reservas internas estadounidenses.
Pero dos fuentes en Caracas le dijeron a El Tiempo que, además de explorar el suministro de crudo de Venezuela a Estados Unidos, en el mediano plazo, Maduro alcanzó a tocar de frente dos temas claves para él.
El factor Saab
Uno es el levantamiento de sanciones económicas a su país, ligado a la producción petrolera. Y el otro, la libertad del barranquillero Álex Saab, preso en Miami por lavado de activos, vinculado a negocios corruptos con el régimen.
De hecho, uno de los presos que Maduro liberó, tres días después de la reunión confidencial en Miraflores, hace parte del llamado grupo de «Los 6 de Citgo».
Se trata de ejecutivos vinculados a Citgo Petroleum Corporation, filial en Houston de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), procesados en Caracas por presunta corrupción.
Estos fueron enviados a prisión el mismo día en que se conoció la extradición de Saab de Cabo Verde a Estados Unidos, el 16 de octubre de 2021.
«La liberación del exvicepresidente de Citgo Gustavo Cárdenas (nacionalizado en Estados Unidos) y del cubano estadounidense Jorge Fernández es un gesto de Maduro y no corresponden a ningún tipo de contraprestación», agregó una fuente en Venezuela.
Y añadió que en la reunión con los emisarios de Biden también se habló de reactivar la mesa de diálogo con la oposición, que se había instalado en México y que quedó paralizada por el mismo factor: Saab.
También dijo que no se tocó el tema de mover la fecha de las próximas elecciones presidenciales en Venezuela, programada para mayo de 2024, con las que el chavismo completaría (de ganarlas) 27 años en el poder.
La bofetada
«Esa reunión en Miraflores fue un error. Maduro es títere de ese gobierno. Incluso ofreció enviar tropas para enfrentar a Ucrania. Es una bofetada que se sienten a hablar con alguien investigado por la Corte Penal Internacional por delitos de lesa humanidad y que está sancionado por lavado y narcoterrorismo. Es imposible aislar a Venezuela de la influencia de Putin», señala Johan Obdola, analista y experto en seguridad y defensa.
Y agregó que si bien la invasión a Ucrania cambió drásticamente la geopolítica global, Biden entró en pánico por la subida del precio de la gasolina.
Obdola recordó que tres días después de la reunión en Miraflores, la vicepresidenta Delcy Rodríguez llegó a Turquía a reunirse con el canciller ruso.
Al respecto, un grupo de senadores republicanos y demócratas ha manifestado su protesta por los acercamientos entre Washington y Caracas.
Varios, incluido el republicano Jim Risch, dijeron que no se debe reemplazar el crudo de Rusia con «suministros de dictadores con manos untadas de sangre».
El efecto judicial
Otros señalan que Estados Unidos no ha acudido a la alternativa energética, como la de Canadá y Colombia, que también se declaró sorprendida con los acercamientos con Caracas.
Con todo, en algunos círculos ya evalúan las consecuencias de que Saab entre en la negociación. Aunque es claro que el Ejecutivo va por un lado y el Poder Judicial por otro, fuentes federales dijeron que un perdón presidencial a cualquier procesado frenaría hasta un juicio.
A esa probabilidad atribuyen que el señalado testaferro de Maduro esté guardando absoluto silencio y esperando la audiencia del 16 de abril, cuando, en una corte de apelaciones del circuito 11 de Atlanta, se definirá si goza de fuero diplomático, lo que anularía su captura.
Lo que es claro es que el Departamento de Justicia ha hecho saber que tiene un proceso sólido en su contra y que en ese expediente hay evidencia para procesar e incluso extraditar a socios, allegados y aliados del barranquillero. Uno de esos casos se resolvería en 60 días.
Los otros poderes y Saab
A eso se une que convertir a Saab en un canjeable solo le interesa a una de las tres alas de poder que manda en Venezuela. A Maduro y al grupo de los Rodríguez –Delcy, la vicepresidenta, y su hermano, Jorge Rodríguez, cabeza del Parlamento– no les interesa que Saab retome la senda de informante de la DEA.
Los otros dos poderes que rigen en Venezuela, representados en el ala de Diosdado Cabello y en la de los militares (en cabeza del ministro de Defensa, Vladímir Padrino), le apuntarían a negociar otros procesos.
Uno de ellos avanza en cortes de Nueva York contra el llamado «cartel de los Soles», que los vincula con armas, cocaína, a las Farc y a Hezbolá.
«Les importa poco la suerte de Saab y creen que con tener en sus manos a su familia es suficiente para controlarlo», dice un oficial de inteligencia.
En todo caso, en medio de la polémica desatada por las reuniones de emisarios de Biden –Juan González, director para las Américas del Consejo de Seguridad Nacional; Jimmy Story, embajador de Estados Unidos en Venezuela, con base en Bogotá, y Roger Carstens– no se descarta que pueda haber un nuevo aterrizaje en la rampa 4.
El Tiempo ya había informado que Carstens, experto en liberación de rehenes, estuvo en Venezuela en diciembre de 2021, cuando la invasión a Ucrania aún estaba lejana.
Venezuela: tema de Biden y Duque
Cerca de una hora duró la reunión de este jueves entre el presidente Iván Duque y su homólogo Joe Biden. La designación de Colombia como aliado principal extra-Otán fue el punto que más se resaltó.
Esto le permitirá al país acceder a apoyo militar en temas financieros. Pero trascendió que también se habló de Venezuela y la reunión con emisarios de Estados Unidos.
Duque aseguró que Nicolás Maduro «es el Putin latinoamericano» y ha generado la migración de 7 millones de venezolanos.
Además, hablaron de inversión, comercio, apoyo humanitario y la condena de la sangrienta invasión de Rusia a Ucrania.
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