A John Constanzo y Manny Recio, exagentes de la DEA, los hallaron culpables a principios de noviembre de soborno y fraude electrónico luego de que en un juicio en Manhattan se comprobó que filtraron información confidencial a abogados defensores del empresario colombiano Alex Saab, preso en Estados Unidos por lavado de dinero.
Semana publicó que esa información permitiría posteriormente a Saab, presunto testaferro de Nicolás Maduro, negociar con la justicia estadounidense, teniendo ya conocimiento de todas las cartas. Según la revista colombiana, Constanzo recibió 74.000 dólares de su jefe Manny Recio, quien movió sus influencias y su experiencia para conseguir clientes en los exclusivos círculos de Miami y Florida, una vez que salió de la agencia en 2018.
Fue así como el exagente llegó al entorno de Saab y se unió como investigador privado a la oficina de los abogados Luis Guerra y David Marcey, a quienes les prometió resultados extraordinarios. En 2019, como un acto para demostrar su capacidad, filtró la fecha exacta de la acusación que la Fiscalía iba a presentar en contra de Alex Saab, quien entonces tenía orden de captura en su contra por sus turbios negocios.
Información «nunca se compartió»
«No es algo que debemos publicar. Son técnicas de investigación de las que no queremos que salgan fechas específicas», manifestó a Semana un agente de la DEA que trabajó en el caso de Alex Saab. Afirmó asimismo que la información minuciosa contra el empresario nunca se compartió con Constanzo o Recio.
La revista colombiana aseguró que según otra fuente cercana al asunto existe una reserva sumarial que confirmaría la gravedad de la información filtrada por el exagente. Además, afirmó que en el proceso contra el empresario se ha encontrado evidencia de que presuntamente están involucrados dirigentes políticos venezolanos y colombianos.
También poderosos empresarios que aunque rechazaban públicamente al gobierno de Maduro, se beneficiaron de la llamada revolución bolivariana.
Los exagentes, señaló Semana, usaron teléfonos desechables y eliminaban completamente los archivos de comunicaciones para evitar ser detectados por las autoridades.
Según el medio, quien delató a los exagentes fue Jorge Luis Hernández Villazón, alias Boliche, narcotraficante y exparamilitar colombiano.