Los derrames de petróleo en Amuay y Cardón, en el Complejo Refinador Paraguaná, no paran. En los últimos meses ocurren de manera continua, afectando las costas de Falcón, Zulia y Carabobo.
Así lo afirmó a El Nacional Eduardo Klein, director del Laboratorio de Sensores Remotos y Análisis Geo-Espacial del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar. Klein ha alertado sobre los derrames petroleros desde hace más de 10 años y advierte, en los casos de Amuay y Cardón, que la recurrencia de ellos es cada vez mayor.
Su cuenta de Twitter ha sido la plataforma para dar a conocer los hechos a la comunidad venezolana e internacional. El experto fue enfático en poner mayor atención a los derrames de petróleo ocurridos entre Amuay y Cardón, por ser continuos.
Precisó que muchos de los derrames en el Complejo Refinador Paraguaná pasan inadvertidos y las mareas los llevan al norte, a mar abierto, en donde se pierden y nadie se entera. Los habitantes no los ven y debido a su ubicación geográfica no hay alguna playa concurrida para alertar.
“En el caso de haber evidencia en las playas, esos lugares son como un caldero lleno de aceite. Son tantos los derrames que ni los perciben porque se acostumbran a lo que ahí pasa”, señaló.
Derrames de petróleo afectan a los habitantes
Dijo que los derrames, incluidos los de El Palito, que también han tenido un impacto inmediato tanto en Falcón, así como en las playas cercanas a la refinería, han afectado la vida de los habitantes y de los pescadores, que, entre la falta de gasolina y la contaminación sufren un golpe doble en sus finanzas.
Según Klein, en lo que va de año El Palito sufrió derrames cada dos meses. En Amuay y Cardón los derrames son continuos, indicó. Dijo que la maquinaria que depura los compuestos no funciona, lo que genera un mayor índice contaminante, ya que no cumple con los parámetros mínimos para la atención de eventos: contención, recolección, seguimiento.
Contacto con la Asamblea Nacional
Klein se ha mantenido en contacto constante con la presidenta de la Comisión Permanente de Ambiente de la Asamblea Nacional, María Gabriela Hernández, que visitó Carabobo como parte de una gira para constatar la realidad de la zona en crisis. Allí conversó con los habitantes, los que le confirmaron los olores a químico, los residuos de hidrocarburos en la arena y bajo esta, así como pequeños moluscos muertos producto de la toxicidad del agua.
Hernández reiteró que es importante que se tomen acciones cuanto antes, aunque el régimen no ha hecho lo suficiente ni en los tiempos pertinentes para contener la catástrofe. Hasta los momentos las playas siguen abiertas al público y los bañistas acuden a ella sin advertir los peligros de sus acciones.
Los habitantes
Osmary Saavedra vive a la orilla de la playa en El Paltio. Confirmó con dolor que los derrames de petróleo son cada vez más continuos. “Tengo 29 años de edad y toda mi vida he estado aquí. Eso de los derrames nunca habían ocurrido así. Eso no es normal”, explicó.
Saavedra cree que los derrames son producto de la constante llegada de buques petroleros.
A pesar de la contingencia, está bajo un toldo en compañía de sus hijos, todos menores de 10 años de edad y los amigos de estos. Se bañan en las playas a pesar que la orilla está manchadas de negro.
“Sí, me da miedo, pero como ya uno está acostumbrado. Nos sentimos mal porque esto no debería pasar, más que todo por nuestros hijos que les gusta bañarse aquí. Esto les afecta. No deberían permitir eso del petróleo. De verdad que nos sentimos mal”, indicó.
Saavedra sabe cuándo hay un derrame por el olor. Algunas veces es tan fuerte que debe salir corriendo lejos porque le arde la garganta, la nariz y la cabeza.
Son muchas las oportunidades que ha visto trabajadores del régimen de Nicolás Maduro acudir a la zona. “Vienen, miran y se van. Si te digo la verdad creo que no les importa lo que aquí está pasando. Si les interesara, lo acomodaran, pero lo ven normal”, dijo.
“A mí esta playa me duele”, concluyó.