En la apertura formal del encuentro de presidentes suramericanos, y con Alberto Fernández sentado a su derecha, el mandatario brasileño Luis Inácio Lula da Silva reforzó la necesidad de relanzar la Unasur como “instrumento de integración y mecanismo de resolución de diferendos”. Fernández dio un paso más y se reunió, por primera vez durante su mandato y según confirmaron fuentes de la delegación, con Nicolás Maduro, invitado por Lula da Silva, y quien concretó así su regreso a los foros internacionales luego de años de ostracismo y críticas a su política de derechos humanos.
Según fuentes oficiales, la reunión duró poco más de diez minutos, fue cordial y formal. Según el comunicado oficial de la Presidencia argentina, durante el encuentro, en el que también participaron los cancilleres Santiago Cafiero e Yván Gil Pinto, el presidente Fernández instó a Maduro «para que su país vuelva a estar representado en foros y mecanismos internacionales, remarcando principalmente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.
Maduro se reúne con Alberto Fernández
Maduro agradeció a Fernández haber enviado a Oscar Laborde como embajador. Y ambos destacaron “el trabajo que ha realizado Argentina con respecto al apoyo al diálogo entre los propios venezolanos para la búsqueda de una salida política que, en el marco de sus mecanismos institucionales y constitucionales, garantice la plena vigencia de la democracia y el respeto de los derechos humanos, contribuyendo así a la recuperación de la economía venezolana y al bienestar de su gente”, según el texto distribuido por Presidencia argentina.
No hacía falta mucho más: alcanzó el encuentro (y la foto posterior) como elocuente mensaje de normalización de los vínculos entre Argentina y Venezuela, más allá de las críticas de organismos de derechos humanos.
“Como dijo Néstor Kirchner, los viejos moldes se han roto y los nuevos problemas requieren nuevas soluciones. Celebro la iniciativa del presidente de Brasil de impulsar este encuentro que une a los presidentes de América del Sur para integrar a la región”, tuiteó el presidente argentino luego de su discurso ante el plenario de mandatarios.
En ese discurso, de poco más de quince minutos, Fernández habló de lo que llamó el “desastre climático” mundial, antes de definir a Suramérica como el continente más desigual del mundo.
Fernández critica sanciones a Maduro
Detalló de modo crítico los años de Donald Trump y la creación del grupo de Lima “solo para permitir la intervención en un país suramericano”, en relación con Bolivia.
También fustigó “los bloqueos que dos países americanos sufren”, refiriéndose a Venezuela y Cuba, y sostuvo la necesidad de retornar a la Unasur.
“La globalización se está revisando, y tiende a fortalecer regiones, debemos admitir la necesidad de unirnos como región”, detalló el mandatario, en apoyo a la postura de Lula y con la reunión con Maduro en mente.
Unasur
“La Unasur fue una maravillosa idea. Nos hicieron creer que era un espacio ideológico, y ahí convivían Hugo Chávez y Álvaro Uribe, el Unasur funcionaba, se trata de unirnos”, expresó.
Habló de generar un sistema de defensa común. “No hay que esperar lo que el comando sur de algún país sobre lo que tenemos que hacer en América latina”, dijo en otra crítica a Estados Unidos.
Pidió “ampliar las paredes de la Unasur”, incluyendo empresarios y sindicatos, antes de recordar nuevamente al expresidente argentino Néstor Kirchner y su pedido de “no aferrarnos a lo malo conocido, y que nos animemos a cambiar”.
Cerró con el Martín Fierro y sus “hermanos sean unidos”, como modo de respaldar, otra vez, el pedido de Lula.
La intención de Lula de consolidar su liderazgo regional fue evidente durante el encuentro, al que el Fernández asistió en momentos en los que el mandatario brasileño gestiona ante el FMI y los Brics una ayuda financiera para tiempos de escasez de reservas.
Luis Lacalle Pou sobre Maduro
Pero no todas fueron rosas en la reunión. Cuando le tocó hablar, el presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou, rechazó retornar a la Unasur y criticó la política de derechos humanos de Venezuela, con Nicolás Maduro sentado a pocos metros.
“Hay gente acá que no está de acuerdo con volver a la Unasur, yo levanto la mano”, dijo el mandatario uruguayo, y manifestó: “Basta de instituciones”, en relación con el interés de Brasil por relanzar el organismo.
“Cuando nos tocó asumir, nos retiramos de la Unasur, también de Prosur, porque no queríamos participar de ningún club ideológico”, explicó el presidente de Uruguay.
Y de inmediato la emprendió contra la reunión bilateral entre Maduro y Lula, antes del plenario de presidentes. “No podemos tapar el sol con un dedo, no tenemos la misma definición de democracia y respeto a la institucionalidad que Venezuela”, detalló.
Lula da Silva y Maduro
“La integración debe ser el objetivo permanente de todos nosotros, permitir que las divergencias se impongan tendría un costo elevado”, había dicho Lula en sus poco más de veinte minutos de introducción al encuentro de 12 mandatarios, entre ellos Nicolás Maduro, cuyo retorno a los foros regionales luego de años de ausencia fue auspiciado por el mandatario brasileño.
“La integración es fundamental para la fortaleza de la región”, afirmó el presidente brasileño. Y destacó los primeros pasos de los expresidentes José Sarney y Raúl Alfonsín, que, según él, «entendieron la importancia de la integración para la consolidación de nuestras democracias” a mediados de los años ochenta.
Durante su discurso, Lula lanzó una serie de propuestas, por ser discutidas por el plenario, entre los cuales se encontraban Lacalle Pou y Guillermo Lasso (Ecuador), renuentes a firmar su retorno a la Unasur, como ya lo hicieron Argentina y Brasil en los últimos meses, y al cual ya están adheridos Venezuela, Bolivia, Guyana y Surinam. El presidente colombiano Gustavo Petro, que tampoco se ha sumado hasta el momento al bloque regional, llegó tarde al encuentro, por lo que la foto de familia se pospuso para después del almuerzo.
Entre las propuestas figuran la de “profundizar nuestra identidad en el área monetaria por medio de mecanismos de compensación más eficientes y la creación de una unidad de referencia común para el comercio, reduciendo la dependencia de monedas extrarregionales como el dólar».
También propuso “comenzar la discusión sobre la constitución de un mercado energético suramericano, que asegure el abastecimiento, el uso eficiente de nuestros recursos, la estabilidad jurídica, los precios justos y la sostenibilidad social y ambiental, y acuerdos en el área de salud, medioambiente y cooperación en materia de defensa».
Tal vez conocedor de las diferencias en la región en torno a la invasión rusa a Ucrania, el presidente de Brasil utilizó el término “guerra” al referirse al conflicto.
“Todos sufrimos las consecuencias de la guerra. El conflicto en Ucrania ha desestabilizado el mercado de la energía y los fertilizantes y ha provocado la volatilidad de los precios de los alimentos, deteriorando nuestras condiciones de vida”. Así lo dijo Lula, quien desechó días atrás una invitación del presidente ruso Vladimir Putin para visitar ese país, y le pidió retomar el diálogo para terminar con el conflicto armado.
Alberto Fernández llegó a Brasilia el lunes en la noche en el Tango04 y acompañado por el canciller Santiago Cafiero, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y la portavoz Gabriela Cerruti. En el aeropuerto se les sumó el embajador en Brasil, Daniel Scioli, precandidato presidencial por el oficialismo. Y la delegación se trasladó al hotel Meliá de la capital brasileña.
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