VENEZUELA

Advierten que mantas geotérmicas en glaciar del pico Humboldt empeoraría la situación

por El Nacional El Nacional

Ecologistas, montañistas y científicos protestaron este jueves contra la propuesta del gobernador del estado Mérida, Jehyson Guzmán, de conservar el pequeño glaciar del pico Humboldt mediante de mantas geotérmicas, pues consideran que ello complicaría aún más la situación.

Los activistas recogieron firmas que respaldan su posición para presentarlas a la gobernación del estado y al Ministerio para el Ecosocialismo con el fin de detener el proyecto oficial Operación La Corona Glaciar Humboldt.

Rafael Cuevas, activista ambiental, montañista y miembro de la organización merideña de alpinismo, expresó que la aplicación de mantas geotérmicas puede empeorar la situación.

«Los montañistas, ecologistas y científicos rechazamos la Operación la Corona Glaciar Humboldt, que implica la colocación de un material geotextil de plástico en los alrededores del glaciar, con el riesgo de contaminación de casi tres toneladas de polipropileno sobre un área natural protegida bajo la figura de parque nacional», señaló Cuevas.

Impacto ambiental

Los especialistas sostienen que la operación no ha presentado un estudio científico acerca del impacto ambiental, teniendo en cuenta que probablemente será mayor el daño que los beneficios esperados.

Aseguran que ese manto tendría un resultado medioambiental negativo para el ecosistema al degradarse por la radiación solar y la lluvia.

Explicaron que esa técnica se aplica en países como Alemania, Chile, Rusia, Australia e Italia para proteger las pistas de esquiar.

No es un glaciar

Especialistas de la Universidad de Los Andes insisten en que La Corona en el pico Humboldt, el segundo más alto de Venezuela, dejó de ser glaciar pues le quedan solo 2 hectáreas de las 450 que se extendían hasta el pico Bonpland.

Según estándares internacionales, un glaciar debe medir por lo menos 10 hectáreas.

Las estimaciones más optimistas, de acuerdo con el especialista Enrique La Marca -vinculado desde hace tres décadas a estudios sobre el cambio climático-, le dan a este trozo de hielo en los Andes venezolanos de cuatro o cinco años. Otros cálculos no le dan más de dos años.