El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana reanudarán este sábado en México las negociaciones tras 15 meses de interrupción, con la mirada puesta en la celebración de elecciones «libres» y el levantamiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos.
A su arribo a Ciudad de México, donde se retomarán formalmente las negociaciones, el jefe negociador del gobierno, Jorge Rodríguez, reiteró a la prensa que uno de los objetivos de esta ronda es «firmar con un sector de la oposición venezolana un amplio acuerdo social».
Se refería a un pacto que liberaría recursos venezolanos bloqueados en el extranjero, según había adelantado el gobierno, sin precisar dónde se encuentran esos fondos ni su monto.
El dinero serviría, entre otras cosas, para aliviar el colapso de servicios básicos en un país donde la pobreza golpea a ocho de cada diez personas, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), un estudio publicado el 10 de noviembre.
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La crisis política y económica ha obligado a emigrar a unos siete millones de venezolanos, según Naciones Unidas.
«Defender la paz»
La delegación también llega a México para «cumplir su papel de defender la paz, el derecho que tenemos… de vivir en paz», añadió Rodríguez en un hangar militar del aeropuerto capitalino, junto al equipo negociador.
Maduro exige principalmente el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos al régimen venezolano, que incluyen un embargo petrolero y el bloqueo de activos.
No se ha informado aún sobre el arribo de los representantes de la Plataforma Unitaria, que aspira a concretar soluciones para la «crisis humanitaria, el respeto a los derechos humanos… y especialmente» garantías para «elecciones libres y observables», según adelantaron el jueves en un comunicado.
Sin embargo, una fuente vinculada al proceso dijo a la AFP que aún no hay consenso sobre los próximos comicios, que en teoría deberían celebrarse en 2024, y sus condiciones.
La oposición acusa a Maduro de haberse reelegido fraudulentamente en 2018. Estados Unidos y países europeos tampoco reconocen esos comicios.
Basado en esa denuncia e invocando su condición de líder del Parlamento, el dirigente opositor Juan Guaidó se juramentó presidente de Venezuela en 2019 con apoyo de medio centenar de países, encabezados por Estados Unidos.
Pero desde entonces su liderazgo se ha erosionado, así como su poder de convocatoria. Esto, sumado a cambios en el plano internacional y acercamientos del gobierno de Maduro con Estados Unidos, ha dado impulso al heredero del presidente Hugo Chávez, fallecido en 2013.
Diálogos frustrados
El oficialismo y la oposición entablaron diálogos en México en agosto de 2021 tras fallidas iniciativas en 2018 en República Dominicana y 2019 en Barbados. Maduro los congeló dos meses después por la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab, enjuiciado por lavado de dinero.
El gobierno incluyó en su equipo negociador a Camila Fabri, esposa de Saab, cuya incorporación a la mesa exige el mandatario.
En una entrevista publicada este sábado por El País de Madrid, el canciller español, José Manuel Albares, señaló que su país está dispuesto a tener un papel en las negociaciones en México «si los venezolanos lo quieren».
También expresó que la decisión española de no tener embajador en Caracas desde 2020 «fue un gesto político que se tomó para propiciar unas condiciones determinadas» y «si esas condiciones -que son las del diálogo entre venezolanos, que ellos tomen en sus manos su destino y decidan la mejor forma de avanzar por la senda democrática- se producen, como empezamos a ver hoy, por supuesto que es una decisión perfectamente susceptible de revertirse».
«España no quiere verse sin embajador en un país hermano de América Latina, ni en Venezuela ni en ningún otro», sostuvo el diplomático.