El grupo de abogados que demandó al gobernador de Florida, Ron DeSantis, por enviar a medio centenar de migrantes a la elegante isla de Martha’s Vineyard a comienzos de mes pidió este jueves a las aerolíneas que los transportaron que se aseguren de no destruir cualquier documento relevante.
«En cartas enviadas a Vertol Systems y Ultimate JetCharters, LCR (Lawyers for Civil Rights) puso formalmente a las compañías sobre aviso de la demanda colectiva. Y ha dado instrucciones a ambas compañías de que no destruyan ninguna prueba sobre los vuelos». Así lo detalló el grupo en un comunicado remitido este jueves a los medios.
En las cartas, los abogados de LCR recuerdan a las dos empresas que los documentos como el manifiesto de pasajeros, los mensajes enviados a las personas que fletaron los aviones o cualquier contrato con las autoridades de Florida son susceptibles de ser requeridos por los demandantes.
Venezolanos enviados por DeSantis a Martha’s Vineyard
DeSantis envió el 14 de septiembre 2 aviones chárter con 50 migrantes venezolanos al aeropuerto de Martha’s Vineyard (Massachusetts) como parte de un programa, con 12 millones de dólares de presupuesto, para relocalizar indocumentados en los llamados «estados santuario».
En su escrito judicial, los demandantes alegan que las autoridades de Florida ejecutaron un plan «premeditado, fraudulento e ilegal». Haciéndose pasar por «buenos samaritanos», varias personas captaron a los migrantes en los alrededores de un refugio y locales similares en Texas, ofreciéndoles ayuda humanitaria.
Entre otras cosas, según el escrito, les dieron cupones de 10 dólares para gastarse en una conocida cadena de comida rápida y los convencieron para que se subieran a los aviones que los llevaron a Martha’s Vineyard, asegurando que allí les ofrecerían trabajo y vivienda.
Una vez que aceptaron, los alojaron gratis en un hotel antes de partir hacia la isla, bajo la creencia de que los aviones irían a Washington, DC o a Boston.
A su llegada a Martha’s Vineyard los abandonaron sin comida, bebida y alojamiento y sin que nadie en la isla o en el estado de Massachusetts supiera con antelación que iban a llegar allí, indica el texto.