Desde hace varias semanas, habitantes del estado Zulia, Trujillo, Mérida, Táchira, Barinas y Lara han denunciado cortes de electricidad prolongados que pueden extenderse hasta por más de 10 horas al día, pero, no fue sino hasta el pasado 24 de marzo que Néstor Reverol, ministro de Energía Eléctrica del gobierno de Nicolás Maduro, anunció un nuevo Plan de Administración de Cargas (PAC) debido a la sequía en el río Uribante, un fluvial que es la fuente de la central hidroeléctrica Leonardo Ruiz Pineda (San Agatón), que surte a estas entidades. Sin embargo, la realidad es que en todo el país las fluctuaciones y los apagones en el sistema eléctrico forman parte de la realidad de los ciudadanos. Esta situación, que afecta considerablemente las actividades comerciales y la calidad de vida, conlleva a una clara violación a los derechos humanos.
“Sin electricidad no hay bienestar social. Sin electricidad se ven afectados los hospitales. Hay muerte en quirófanos y en terapias, así como de bebés prematuros que están en incubadoras, y de esto hay un largo expediente. Tenemos una crisis eléctrica vinculada a crímenes contra la nación, que son de naturaleza de derechos humanos”, dijo a El Nacional el ingeniero eléctrico y exviceministro de Energía Eléctrica Víctor Poleo.
El problema hidroeléctrico en el país data del año 2005, cuando la falta de inversión comenzó a afectar el sector. De acuerdo con Poleo, el punto de quiebre en Venezuela en cuanto al Sistema Eléctrico Nacional llegó en 2007 con la creación de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), donde sin estudios previos de costos y sin ningún tipo de planificación se agruparon 12 empresas privadas más dos empresas estatales, Cadafe y Edelca, unas compañías que en la segunda mitad del siglo 20 electrificaron al país.
“Cadafe se ocupó de electrificar Venezuela, y para los años 80 cerca de 90% de las poblaciones con más de 500 habitantes tuvo electricidad. Aunado a esto la Electrificación del Caroní planificó y construyó un magnífico sistema de presas en cascadas y ríos en el bajo Caroní. Hasta ese momento se contaba con un magnífico sistema eléctrico en el país, el cual se fue degradando, a mi juicio, por razones intencionales. Una población sin electricidad es una población domesticada”, explicó el experto.
Sistema eléctrico
Actualmente Venezuela tiene una demanda de energía de 25.000 megavatios, pero solo se están trasmitiendo entre 10.000 y 11.000. Es por ello, señaló Poleo, que existe 20% de probabilidades de que se que se realice un racionamiento forzado de electricidad en parte del país.
El exviceministro apuntó que, además de la falta de inversión y el abandono del sistema eléctrico venezolano, otros factores que influyeron en el colapso del sistema son la militarización y la desprofesionalización del sector, algo que aseguró también ocurrió en el ámbito petrolero.
“Sin electricidad no hay actividad económica en el país”, puntualizó.
El Zulia y la región de los Andes son los más afectados
Hasta el 15 de marzo se han registrado más de 11.000 interrupciones en el Servicio Eléctrico Nacional, siendo el estado Zulia y los Andes los más afectados, de acuerdo con un balance realizado por el Comité de Usuarios Afectados por los Apagones.
Sobre este punto, Poleo indicó que el motivo por el que las fallas son más recurrentes en estas entidades es porque se encuentran en un extremo del sistema eléctrico interconectado nacional. La central hidroeléctrica de Guri, la principal fuente de electricidad del país, se conecta con la ciudad de Maracaibo por 1.300 kilómetros de líneas de alta tensión que hoy día se encuentran en ruinas.
Para poder cumplir con la demanda de electricidad en el estado Zulia, la planta Ramón Laguna que abastece a la región se complementó con la construcción de las llamadas termoeléctricas (TermoZulia), pero actualmente se encuentran prácticamente paralizadas debido a la escasez de combustibles como el gas natural y diésel, necesarios para su funcionamiento.
“En el otro extremo sur del Zulia, hacia los Andes, se realizó el desarrollo del ambicioso Complejo Hidroeléctrico Uribante Caparo. Estas son presas en secuencia en varios ríos que llevan agua a embalses que deben ser cuidadosamente administrados para poder complementar a la Hidroeléctrica Caroní. Pero, al no saber administrar los embalses de agua, los han agotado y de las máquinas habilitadas pocas o ninguna están funcionando”, manifestó Poleo.
Es esta situación la que a llevado orillado a estos estados a padecer, desde hace años, de cortes eléctricos frecuentes y de continuos planes de racionamiento. Algunas ciudades pueden permanecer sin luz hasta más de 12 horas, aun cuando el reciente Plan de Administración de Cargas de Corpoelec indica que deben tener una duración de entre tres y cuatro horas.
¿Sigue la Gran Caracas en una burbuja?
Aunque en algún momento se dijo que la Gran Caracas se encontraba en una burbuja en cuanto al funcionamiento del sistema eléctrico, Poleo advirtió que la capital no está exenta de la crisis que padece el país.
“Caracas no está blindada. Guarenas, Guatire, Baruta, El Hatillo sufren a diario racionamiento. Sin embargo, este racionamiento es asimétrico porque hay zonas cuyos circuitos eléctricos no tienen una gran demanda y cuentan con un sistema robusto que impide que transformadores y circuitos de difusión se degraden. Sin embargo, Caracas no está exenta de la situación”, explicó a El Nacional.
Un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) en 12 ciudades venezolanas señaló que, en los dos primeros meses del año, 51,4% de los encuestados valoró de forma negativa al servicio eléctrico.
¿Colapso inminente?
En marzo se cumplieron tres años del apagón nacional que mantuvo a gran parte del país a oscuras por más de cinco días. Poleo señaló que este corte fue “producto del mal mantenimiento de las líneas, donde se generaron incendios que causaron el disparo de los sistemas de protección y unos 7.500 megavatios se devolvieron a las máquinas del Guri. Esto provoco incendios y daños físicos, mecánicos y eléctricos en los patios de distribución y en la casa de máquinas”.
Ante los nuevos planes de racionamiento y el incremento de las fluctuaciones eléctricas en gran parte de Venezuela, los ciudadanos temen que se repita una situación similar este año. Además, han expresado preocupación por la posibilidad de que el Plan de Administración de Cargas de Corpoelec se extienda a otras zonas del país, porque esto afectaría gravemente a una economía ya golpeada por años en hiperinflación, aunado a la paralización que se vivió al inicio de la pandemia y de la aún muchos comercios se están recuperando.
El último reporte del OVSP reveló que 76,4% de los encuestados con servicio inconstante sufrió la pérdida o desperfecto de algún electrodoméstico debido a la forma en que reciben la energía. Esta respuesta tuvo una incidencia superior a 70% en todas las ciudades bajo estudio excepto Caracas, y fue particularmente elevada en Maracaibo (86,7%), Punto Fijo (81,8%), Porlamar (80,3%) y Barquisimeto (80,1%).
“Las probabilidades de un colapso siempre están allí. Los Andes y el Zulia se encuentran actualmente en una agonía, así como otros estados como Nueva Esparta. Caracas no está blindada y el resto del país está abandonado”, aseguró Poleo.
¿Se agravará la crisis del sistema eléctrico?
El exviceministro de Energía Eléctrica afirmó que el “futuro inmediato del sistema eléctrico venezolano no tiene expectativas gloriosas, por el contrario, es una crisis que gracias a la degradación de 15 años se va a agravar”.
Poleo explicó que la capacidad termoeléctrica del país, que debería generar más de 50% de la energía, se encuentra prácticamente fuera de servicio. Esto hace al país sumamente dependiente de la Hidroeléctrica del Guri en el estado Bolívar, donde en 2021 solo funcionaban 9 de 20 turbinas disponibles.
El experto consideró que la situación del sistema eléctrico debería ser uno de los temas principales a discutir en las jornadas de diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición venezolana. “Si las partes estuvieran interesadas en resolver la crisis progresiva e irreversible, ya debería ser un tema de común interés, pero no hay intención en ninguno de los bandos”, agregó.
A su juicio, para poder solucionar este problema una de las medidas a tomar es la disolución de Corpoelec. “Deberíamos volver a la configuración político- institucional del 2007, para que empresas como Electricidad de Caracas y Enelvén en Maracaibo atiendan sus mercados regionales y se hagan cargo del crecimiento de la demanda eléctrica residencial, industrial y comercial”, puntualizó.