Jesús Rafael Álvarez, de 44 años, se convirtió en el segundo preso político detenido durante las protestas poselectorales que muere bajo custodia del Estado. Aunque para la tarde de este sábado, 14 de diciembre, las autoridades no han confirmado sobre este hecho y se desconoce las causas del deceso, el Comité por la Libertad de los Presos Políticos (Clipp) indicó que al detenido le negaron atención médica.
Álvarez, quien se encontraba recluido en la cárcel de Tocuyito, estado Carabobo, desde principios de septiembre, fue detenido el 2 de agosto junto a su esposa, Anny Suárez de Álvarez, en El Callao, estado Bolívar, por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), que se los llevaron sin orden de captura de su casa.
Sus familiares se enteraron de su muerte, ocurrida entre la noche del 12 y la madrugada del 13 de diciembre, a través de las redes sociales. «Se supo que le fue negada atención médica. Fue trasladado a la enfermería del penal, luego de que sus compañeros de celda protestaran por su grave estado de salud», indicó el Clipp.
«A mi papá lo mataron en la cárcel»
El cuerpo de Álvarez lo trasladaron al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (SENAMECF) de Carabobo, sin que el Ministerio del Servicio Penitenciario le informara a sus familiares.
«Mi papá que falleció fue ayer (jueves 12 de diciembre) y lo pasaron para el hospital central, en la morgue, pero no me avisaron nada. No recibí ninguna llamada, nada. Yo me vengo a enterar es por una noticia en las redes. ¿Cómo el familiar de uno que está ahí, preso inocentemente, va a morir y a uno no lo llaman, uno tiene que enterarse así», aseveró su hijo Jesús Álvarez en un video difundido en la red social X del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
El joven, de 22 años, es el mayor de tres hermanos. Pese a que se instaló en Carabobo desde el traslado de su padre, para poder llevarle comida, no pudo visitarlo puesto que en el penal solo recibían mujeres.
Afirmó, en un video compartido en redes sociales, que su padre era un hombre sano. «Mi papá era una persona sana, no padecía de nada. Allí lo castigaban solo por tener hambre. Si se quejaba, lo aislaban y amarraban. Si pedía hablar con la familia, lo golpeaban. A mi papá lo castigaron y lo mataron en la cárcel«, denunció.
Álvarez, quien ha tenido que hacerse responsable de sus hermanas de 17 y 7 años, también exigió la liberación de su madre, Anny Suárez de Álvarez. «Hoy me llevo a mi papá muerto, pero no quiero que mi madre me la entreguen igual. No quiero que ella también muera, que ella muera encerrada ahí siendo inocente, igual que mi padre que murió inocentemente», expresó.
ONG exigen esclarecer las causas de la muerte
A través de las redes sociales, distintas ONG han exigido una investigación para determinar la causa de la muerte de Jesús Rafael Álvarez, la segunda de un presos político poselectoral bajo custodia del Estado.
«Exigimos al Estado venezolano información oportuna sobre la causa de muerte del sr. Jesús Rafael Álvarez. Que haya justicia y reparación para sus familiares«, pidió el Clipp.
Álvarez, que se encontraba a más de 1.000 kilómetros de distancia de su ciudad natal, fue acusado de los delitos de «terrorismo e instigación al odio».
El comité también pidió que se le permita a la familia Álvarez Suárez «despedirse de él en paz» y que se determinen las «responsabilidades de los órganos de seguridad, que no cuidaron su integridad física y mental».
Por su parte, el OVP y la ONG Justicia, Encuentro y Perdón solicitaron una investigación «imparcial y exhaustiva».
«Recordamos que el Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad y el bienestar de los detenidos, independientemente de las circunstancias de su arresto. Exhortamos a que se de información clara sobre las causas de la muerte de Jesús Álvarez y se realicen investigaciones exhaustivas e imparciales», aseveró Justicia, Encuentro y Perdón.
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